[SUENA MÚSICA]
Descubrimos el poder de la expresión génica: clasificación molecular de los tumores cerebrales
Dr. Joon H. Uhm, Neurología, Mayo Clinic: Hoy en día, en el siglo XXI, las pruebas moleculares o pruebas de ADN en tumores deben considerarse para la gran mayoría de los pacientes con tumores cerebrales, por no decir para todos.
Dr. Robert B. Jenkins, Análisis Clínicos y Patología, Mayo Clinic: Debemos utilizar herramientas de genética molecular para mejorar la clasificación de los gliomas, determinar el pronóstico de un paciente y definir el tipo de tratamiento que debe recibir.
Dr. Daniel Honore Lachance, Neurología, Mayo Clinic: Los tumores cerebrales se originan a partir de diversas alteraciones genéticas.
Dr. Uhm: Los investigadores de Mayo Clinic y otras instituciones descubrieron que al analizar el ADN, se puede clasificar con mucha más precisión los tumores cerebrales que simplemente con la observación de cuán rosados son o de cómo se dividen las células.
Dr. Jenkins: Sin embargo, podemos utilizar esa información genética para clasificar más lógicamente estos tumores en tipos específicos que podrían responder a determinadas clases de tratamiento.
Dr. Ian F. Parney, Cirugía Neurológica, Mayo Clinic: Hay pacientes con determinadas clasificaciones moleculares a los que les resulta muy eficaz un tratamiento, pero no otro. Ahora que disponemos de esta forma de analizar la información, realmente podremos adaptar mucho mejor nuestros tratamientos y encontrar nuevas opciones para los pacientes a quienes los tratamientos anteriores quizás les resultaron ineficaces.
Dr. Jenkins: Descubrimos que, en un tipo específico de glioma, había una codeleción de los brazos cortos del cromosoma 1 y del brazo largo del cromosoma 19.
Dr. Uhm: Es lo que conocemos como deleción 1p/19q. Ocurre cuando dos fragmentos de ADN de los cromosomas humanos esencialmente desaparecen. No sabemos realmente por qué es algo positivo para el paciente, pero cuando faltan esos dos fragmentos de ADN, se prevé que el tumor cerebral crecerá un poco más lento y, lo que es más importante, será más sensible a la radiación y a ciertas categorías de quimioterapia.
Dr. Jenkins: En algunos tumores cerebrales, se presenta una codeleción 1p/19q. En otros, se presenta una mutación de la isocitrato deshidrogenasa y en otros, una mutación del promotor de la transcriptasa inversa de la telomerasa. En algunos tumores, se presentan las tres alteraciones, ninguna o solo una o dos de ellas. Así que pensamos que, si hacemos pruebas de estos tumores para detectar estas tres alteraciones, podríamos clasificarlos en grupos de genética molecular.
Dr. Lachance: Con solo utilizar tres mutaciones genéticas clave, los gliomas podrían clasificarse en cinco grupos que tienen en común determinadas características importantes, como la edad de presentación.
Dr. Jenkins: Esos cinco grupos moleculares pueden predecir el pronóstico del paciente, es decir, qué expectativa de vida tiene, y al menos dos de los grupos determinan el tipo de tratamiento que recibirá. Por ejemplo, una persona que tenga lo que llamamos un glioma triple positivo (es decir, una codeleción 1p/19q, una mutación de la isocitrato deshidrogenasa y una mutación del promotor de la transcriptasa inversa de la telomerasa) debería recibir un régimen de quimioterapia y radioterapia diseñado única y exclusivamente para ese tipo de tumor.
Dr. Uhm: Si en un tumor no se presenta la codeleción 1p19q, no hay duda de que deberíamos administrar quimioterapia a ese paciente, ya sea junto a radiación o posteriormente. Solo con radiación, la expectativa de vida se duplicaría de unos 8 años a alrededor de 15 o 16 años, o más.
Dr. Lachance: En términos oncológicos, sabemos que la mediana de supervivencia de los pacientes que tienen la combinación de las tres mutaciones (la codeleción, la mutación de la isocitrato deshidrogenasa y la mutación del promotor de la transcriptasa inversa de la telomerasa) es de más de 15 años. Algunos de esos pacientes son verdaderos supervivientes a largo plazo. Si administramos a estos pacientes un tratamiento demasiado agresivo al comienzo, 15 o 20 años después podrían sufrir las consecuencias a largo plazo de la terapia y presentar daños neurológicos. Si utilizáramos un enfoque diferente en los pacientes que sabemos que tendrán buenos resultados, podríamos brindarles una mejor calidad de vida a futuro.
Dr. Uhm: Aquellos con la mutación de la isocitrato deshidrogenasa y la mutación de la telomerasa, que también tienen un muy buen pronóstico. La siguiente categoría es la mutación de la isocitrato deshidrogenasa sola. También tenemos lo que llamamos triple negativo, que es cuando el paciente no tiene ninguna de estas tres buenas características genéticas; si bien no es seguro que no tendrá buenos resultados, no es el mejor panorama.
Dr. Jenkins: Si se presenta una de las mutaciones, es decir, la mutación del promotor de la transcriptasa inversa de la telomerasa, ese grupo de tumores es lo que solíamos llamar “glioblastoma primario”, el tumor cerebral más frecuente y de peor pronóstico. Si el tumor pertenece a esa categoría, el paciente recibe una quimioterapia y una radioterapia diferentes.
Dr. Parney: Podemos utilizar los resultados moleculares para complementar la información que obtenemos de las resonancias magnéticas y determinar el mejor procedimiento quirúrgico para cada paciente. Si en ese tumor específico se presenta una mutación de la isocitrato deshidrogenasa, existe una relación muy estrecha con una mejora de la supervivencia y los resultados si extirpamos toda el área que es posible extirpar de forma segura. Lo que siempre pretendemos hacer en cualquier cirugía de tumor cerebral es extirpar la mayor cantidad de tumor que podamos sin riesgo para conseguir los mejores resultados y supervivencia.
Dr. Lachance: El tumor de cada persona es diferente, por lo que, en última instancia, cada una necesita un enfoque personalizado de tratamiento. Solo si contamos con este tipo de información detallada, podremos empezar a comprender los diferentes patrones de los distintos tipos de tumores de los pacientes.
Dr. Uhm: Ahora tenemos cinco categorías moleculares de gliomas. Estamos completamente seguros de que hay más de cinco y que tendremos 50, 500, quién sabe cuántos. Hasta ahora se conocen 40 000 genes humanos. 40 000. Y por ahora tenemos cinco tipos de tumores cerebrales humanos según la genética. Por lo tanto, creo que prácticamente no hay límites.
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