Alfafetoproteína anormal. La alfafetoproteína anormal se produce por un bebé en desarrollo. Un exceso de esta proteína en la sangre de una mujer embarazada puede indicar que el bebé presenta un mayor riesgo de defecto del tubo neural, como la espina bífida.
Para comprobar si existen niveles anormales de alfafetoproteína, es posible que una mujer embarazada deba someterse a un análisis de alfafetoproteína en suero materno. Este es un análisis de sangre que se hace entre las semanas 15 y 22 del embarazo, es decir, en el tercer trimestre. Este análisis mide la cantidad de proteína producida durante el embarazo.
Si tus exámenes de detección dan positivo (o muestran un nivel elevado), deberán realizarte análisis adicionales antes de que el médico pueda hacer un diagnóstico. Tú decides si te someterás a otros análisis. Si continúas, te realizarán una amniocentesis. Los resultados suelen estar disponibles en un plazo de dos semanas.
Anemia fetal. La anemia fetal se produce cuando hay poca cantidad de glóbulos rojos sanos en un bebé en desarrollo. Esta afección puede ocurrir por varias razones:
- Es posible que el bebé no produzca glóbulos rojos, quizás a causa de una infección.
- Los glóbulos rojos se destruyen.
- Lo más frecuente es que los grupos sanguíneos de la madre y el bebé no sean compatibles, lo que se denomina isoinmunización Rh.
Si el niño que aún no ha nacido tiene anemia, es posible que tu médico te pida que acudas a más citas médicas y controles. El bebé puede necesitar una transfusión de sangre a través del cordón umbilical para tratar la anemia. Durante este procedimiento, que se realiza en un quirófano, se te administrará un sedante suave, quizás en combinación con un analgésico intravenoso para minimizar cualquier malestar. Tu médico usará una ecografía para guiar una aguja a través de tu abdomen de modo que se pueda transfundir sangre al cordón umbilical o a la cavidad abdominal del bebé.
Anomalías fetales. Las anormalidades que se descubren en un niño que no ha nacido se denominan anomalías o defectos fetales. Muchas de estas afecciones pueden detectarse a través de una ecografía fetal. Los defectos cardíacos congénitos son una de las anomalías más comunes que se muestran en una ecografía. Otras anomalías incluyen desarrollo anormal del cerebro, espina bífida, paladar hendido y labio leporino, gastrosquisis y onfalocele.
Si el proveedor de atención médica desea obtener más información sobre la salud de tu bebé, quizás recomiende hacer pruebas adicionales. O bien, puede remitirte a un consejero genético u ofrecerte citas médicas más frecuentes para ecografías.
Arritmia fetal. La arritmia fetal se produce cuando la frecuencia cardíaca del bebé es anormal. La taquicardia, que es el aumento de la frecuencia cardíaca, la bradicardia, que es la disminución de esta frecuencia, y los latidos irregulares son distintos tipos de arritmias. Si se detecta una arritmia, es posible que tu proveedor de atención médica controle la frecuencia cardíaca del bebé más a menudo durante el embarazo.
Gastrosquisis. Durante la vida del feto, el intestino primero se desarrolla fuera del cuerpo y después suele volver al interior de la cavidad abdominal. Debido a una afección poco común denominada gastrosquisis, el intestino y a veces el estómago quedan fuera de la cavidad abdominal. Esto deja a los intestinos expuestos al líquido amniótico y aumenta el riesgo de complicaciones, como crecimiento fetal insuficiente, parto prematuro y muerte fetal intraútero.
Si una ecografía fetal indica que tu hijo tiene gastrosquisis, quizás deban hacerte pruebas adicionales durante el embarazo para realizar una observación estricta de los signos de sufrimiento fetal. Poco después del parto, la parte del intestino del bebé que está fuera de la cavidad abdominal se coloca dentro de una bolsa húmeda para protegerla. Lo que se haga para remediar la situación dependerá del estado del bebé y del intestino. Estas son algunas opciones:
- Realizar una cirugía poco después del nacimiento.
- Dejar que la hinchazón disminuya y que el contenido del intestino vuelva a la cavidad abdominal.
Una vez que el intestino se encuentra por completo en la cavidad abdominal, un cirujano cierra el orificio en la pared abdominal.
Secuencia de perfusión arterial inversa en gemelos. La secuencia de perfusión arterial inversa en gemelos es una afección poco común en la que los gemelos comparten una placenta. Uno de los gemelos se desarrolla de manera normal y el otro con anomalías, por lo general, sin corazón evidente (feto acardio). Debido a que los gemelos comparten una placenta y vasos sanguíneos conectados, el gemelo normal bombea sangre para ambos. Pese a ello, el gemelo sin corazón no tiene probabilidades de sobrevivir. Si no se trata, esta afección puede llevar a insuficiencia cardíaca en el feto sano.
El tratamiento se centra en detener el flujo sanguíneo hacia el feto acardio para evitar la insuficiencia cardíaca en el bebé sano. Una opción de tratamiento en el feto es la ablación por radiofrecuencia, un procedimiento en el que se pasa una aguja a través del abdomen de la madre hacia el cordón umbilical del feto acardio. Se envía energía a través de la punta de esta aguja para coagular los vasos sanguíneos que van a este gemelo.
Síndrome de transfusión de gemelo a gemelo. El síndrome de transfusión de gemelo a gemelo es una complicación que se presenta en gemelos monocigóticos (idénticos) que comparten una placenta y tienen dos cavidades amnióticas y que consiste en que el flujo sanguíneo entre los gemelos es desigual y preferente a uno de ellos. El gemelo que recibe más sangre se denomina gemelo receptor. El otro es el gemelo donante. Si no se trata, esta afección puede llevar a que los gemelos mueran antes del nacimiento.
El tratamiento depende de la etapa del embarazo en la que se detecte la afección y la gravedad de esta. Una opción de tratamiento consiste en un procedimiento con láser en el feto, en el que se introduce un endoscopio de fibra óptica a través del abdomen de la madre hasta la cavidad amniótica del gemelo receptor. Se envía la energía del láser a través de la punta del endoscopio para cortar los vasos sanguíneos que causan el problema.