Dra. Siobhan T. Pittock, Endocrinología pediátrica, Mayo Clinic: Hola, soy Siobhan Pittock, endocrinóloga pediátrica del Centro Pediátrico de Mayo Clinic, y hoy les quiero hablar sobre el cáncer de tiroides en niños. La palabra cáncer es aterradora para cualquier persona, pero el cáncer de tiroides no tiene por qué dar tanto miedo como otros tipos de cáncer cuando se lo trata adecuadamente. El control del cáncer de tiroides suele estar en manos de endocrinólogos y cirujanos, en lugar de oncólogos, y el tratamiento para este tipo de cáncer es bastante diferente a otros tratamientos contra el cáncer.
¿Cómo se sabe o cómo se sospecha que una persona tiene cáncer de tiroides? La glándula tiroides se encuentra aquí, en el cuello. Se encarga de producir la hormona tiroidea y la mayoría de los casos de cáncer de tiroides se presentan con un bulto en la glándula tiroides o en uno de los ganglios linfáticos del cuello. Básicamente, la mayoría de los casos de cáncer de tiroides se presentan con un bulto en el cuello. Los bultos en el cuello son frecuentes en los niños. Aparecen como consecuencia de infecciones del oído o dolores de garganta y muchos son completamente normales y no causan preocupación. Sin embargo, si los bultos en el cuello son muy persistentes, son grandes, van acompañados de un cambio en la voz o permanecen por mucho tiempo, el proveedor principal de atención médica deberá evaluarlos para determinar si el bulto en el cuello de tu hijo es más preocupante que el tipo más habitual de linfadenopatía.
Si nos preocupa que pueda tratarse de cáncer de tiroides, la mejor manera de averiguar si estamos frente a algo que debería inquietarnos es hacer una ecografía del cuello. Deberá hacerla alguien con mucha experiencia. El cáncer en el cuello tiene un aspecto diferente al de los ganglios linfáticos típicos. Los bultos dentro de la glándula tiroides, llamados nódulos, son muy frecuentes en adultos. Muchos adultos tienen lo que se conoce como nódulos benignos o inofensivos en la glándula tiroides cuando llegan a los 50 o 60 años. Dado que los nódulos en niños no son tan frecuentes, cuando notamos que hay un nódulo en la glándula tiroides, lo analizamos en mayor profundidad tan pronto como lo detectamos. Si vemos un nódulo en la glándula tiroides o si en la ecografía vemos un ganglio linfático que parece sospechoso, el próximo paso es hacer lo que se denomina una biopsia con aguja fina, que consiste básicamente en insertar una aguja (del tamaño de una aguja que usaríamos para extraer sangre) en la zona que nos genera inquietud, ya sea en la glándula tiroides o en el ganglio linfático, y extraer algunas células para colocarlas en un portaobjetos y observar si tienen una apariencia preocupante. Por lo general, a los adolescentes se les realiza este procedimiento sin anestesia. Los niños más pequeños a veces necesitan un poquito de anestesia.
Si se diagnostica cáncer de tiroides, el tratamiento es básicamente quirúrgico para extirpar la glándula tiroides. Es de suma importancia trabajar con un cirujano que tenga mucha experiencia en la extirpación de glándulas tiroides. El cuello tiene muchas estructuras muy importantes que se pueden dañar si un cirujano sin experiencia extirpa la glándula tiroides y, a veces, después de la cirugía, es necesario recibir otro tratamiento, como yodo radioactivo. Si bien el tratamiento no es necesario en todos los pacientes, sí lo es en algunos pacientes cuya enfermedad se ha extendido más. En ese caso, la base del tratamiento es el reemplazo de la hormona tiroidea, es decir, el mismo remplazo de la hormona tiroidea que se haría en un adulto o un niño con una glándula tiroides poco activa. No se trata de quimioterapia, sino de una hormona. Los pacientes reciben este tratamiento de por vida y se hace un seguimiento que consiste en la revisión de los análisis de sangre por parte del endocrinólogo, los exámenes físicos frecuentes, la palpación del cuello y las ecografías frecuentes del cuello. Hay algunas modalidades de tratamiento nuevas que no solemos utilizar, como la ablación con etanol, que también están disponibles en centros especializados.
El cáncer de tiroides es un tipo de cáncer. No necesariamente tiene que ser aterrador como otros tipos de cáncer, pero es importante que, si se diagnostica o se sospecha de cáncer de tiroides, se realicen las pruebas correspondientes para comenzar con el tratamiento lo más pronto posible.