En lugar de usar pollo enlatado, puedes usar pechuga de pollo asada (sin hueso y sin piel), que tiene aproximadamente un tercio menos de sodio.
En un bol pequeño, agrega el pollo, la lechuga, el tomate, el queso parmesano y el aderezo César. Mezcla hasta integrar bien los ingredientes. Cúbrelo y colócalo en el refrigerador durante 10 minutos.
Corta la pita por la mitad. Rellena cada mitad con la mezcla de pollo. Sirve de inmediato.
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