Diagnóstico
Si tienes uno o más episodios de coágulos de sangre o de pérdida de embarazo que no pueden explicarse por afecciones conocidas, el proveedor de atención médica puede solicitar análisis de sangre para comprobar la coagulación y detectar la presencia de los anticuerpos relacionados con el síndrome antifosfolipídico.
Para confirmar el diagnóstico de síndrome antifosfolipídico, los anticuerpos deben aparecer al menos dos veces en la sangre, en pruebas realizadas con 12 o más semanas de diferencia.
Es posible tener anticuerpos antifosfolipídicos y nunca presentar signos o síntomas. El diagnóstico del síndrome antifosfolipídicos se hace solo cuando estos anticuerpos causan problemas de salud.
Tratamiento
Si tienes coágulos sanguíneos, el tratamiento inicial estándar implica una combinación de medicamentos anticoagulantes. Los más comunes son la heparina y la warfarina (Jantoven). La heparina es de acción rápida y se administra mediante inyección. La warfarina viene en forma de píldora y tarda varios días en hacer efecto. La aspirina también es un anticoagulante.
Al tomar anticoagulantes, existe un mayor riesgo de sufrir episodios de sangrado. El médico controlará las dosis con análisis de sangre para asegurarse de que la sangre pueda coagular lo suficiente como para detener el sangrado de una herida o el sangrado debajo de la piel por un moretón.
Hay pruebas que indican que otros medicamentos podrían ser útiles para tratar el síndrome antifosfolipídico. Estos incluyen hidroxicloroquina (Plaquenil), rituximab (Rituxan) y estatinas. Es necesario hacer estudios adicionales.
Tratamiento durante el embarazo
Si tienes el síndrome antifosfolipídico, es posible tener un embarazo exitoso, en especial si sigues un tratamiento. Por lo general, el tratamiento incluye heparina o heparina con aspirina. La warfarina no se les administra a las mujeres embarazadas porque puede afectar al feto.
Autocuidados
Según tu plan de tratamiento para el síndrome antifosfolipídico, existen otras medidas que puedes tomar para proteger tu salud. Si tomas medicamentos anticoagulantes, ten mucho cuidado para evitar sufrir heridas y sangrar.
- Evita los deportes de contacto u otras actividades que puedan provocar moretones, heridas o caídas.
- Utiliza un cepillo de dientes suave e hilo dental encerado.
- Aféitate con una afeitadora eléctrica.
- Sé más cuidadoso cuando utilices cuchillos, tijeras y otras herramientas filosas.
- Las mujeres deben evitar recibir terapia con estrógeno como método anticonceptivo o para la menopausia.
Suplementos alimentarios y nutricionales
Ciertos alimentos y medicamentos pueden afectar la eficacia de los diluyentes de la sangre. Pídele asesoramiento a tu proveedor de atención médica para lo siguiente:
- Opciones de alimentación seguras. La vitamina K puede disminuir la eficacia de la warfarina, pero no de otros diluyentes de la sangre. Es posible que debas evitar comer grandes cantidades de alimentos ricos en vitamina K, como aguacate, brócoli, coles de Bruselas, repollo, verduras de hoja verde y garbanzos. El alcohol puede aumentar el efecto de dilución de la sangre de la warfarina. Pregúntale al médico si es necesario limitar o evitar el consumo de alcohol.
- Medicamentos y suplementos dietéticos seguros. Ciertos medicamentos, vitaminas y productos herbarios pueden interactuar de manera peligrosa con la warfarina. Estos incluyen algunos analgésicos, medicamentos para el resfriado, remedios para el estómago o productos multivitamínicos, así como también el ajo, el ginkgo y el té verde.
Preparación para la consulta
En la mayoría de los casos, las complicaciones del síndrome antifosfolípido, como la Trombosis venosa profunda, el accidente cerebrovascular o la pérdida del embarazo, harán que busques atención médica. Dependiendo de la complicación, es probable que consultes con un especialista en enfermedades vasculares, en obstetricia o en hematología.
A continuación, se presenta información que te ayudará a prepararte para la consulta.
Qué puedes hacer
Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita médica. Cuando programes la cita médica, pregunta si hay algo que debes hacer con antelación. Prepara una lista de lo siguiente:
- Los signos y síntomas y cuándo comenzaron
- La información personal clave, incluidos eventos o cambios recientes en tu vida que sean importantes
- La información médica clave, incluidas otras afecciones o infecciones que tengas y los antecedentes médicos familiares, especialmente los de parientes cercanos que hayan tenido síndrome antifosfolipídico
- Todos los medicamentos, vitaminas y otros suplementos que tomes, incluidas las dosis
- Las preguntas para hacerle al médico
Si es posible, lleva a un familiar o a un amigo, para que te ayude a recordar la información que recibas.
Algunas de las preguntas que puedes hacerle a tu médico sobre el síndrome antifosfolipídico son las siguientes:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Qué pruebas necesito hacerme?
- ¿Qué tratamiento me recomienda?
- ¿Cómo sabré si el tratamiento está funcionando?
- ¿Esta afección aumenta mi riesgo de tener otros problemas médicos?
- ¿Esta afección aumenta el riesgo de padecer problemas médicos durante el embarazo? ¿Existen tratamientos para reducir ese riesgo?
- ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer también otras preguntas.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga varias preguntas, que incluyen las siguientes:
- ¿Tienes antecedentes de accidentes cerebrovasculares o de formación coágulos sanguíneos?
- ¿Tienes antecedentes de complicaciones del embarazo, como presión arterial alta, abortos espontáneos o muerte fetal intraútero?
- ¿Tienes lupus o algún otro trastorno autoinmunitario?
- ¿Alguna vez te realizaste pruebas para detectar infecciones de trasmisión sexual o enfermedades virales crónicas, como la hepatitis?
- ¿Tienes dolores de cabeza frecuentes?
- ¿Has observado un sarpullido de color rojo, parecido a una red, en las muñecas o las rodillas?
- ¿Fumas?