Descripción general
Una queratosis actínica es una mancha áspera y escamosa en la piel que se presenta después de años de exposición al sol. A menudo aparece en la cara, los labios, las orejas, los antebrazos, el cuero cabelludo, el cuello o el dorso de las manos.
Queratosis actínica
También conocida como queratosis solar, una queratosis actínica se desarrolla lentamente y, por lo general, aparece por primera vez en personas mayores de 40 años. Puedes reducir el riesgo de padecer esta afección de la piel minimizando tu exposición al sol y protegiendo la piel de los rayos ultravioleta (UV).
Si no se trata, el riesgo de que las queratosis actínicas se conviertan en un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma de células escamosas es aproximadamente del 5 al 10 por ciento.
Síntomas
La queratosis actínica varía en el aspecto. Entre los síntomas se incluyen los siguientes:
- Mancha áspera, seca o escamosa en la piel, por lo general de menos de 1 pulgada (2,5 cm) de diámetro
- Mancha plana a ligeramente elevada o bulto en la capa superior de la piel
- En algunos casos, una superficie dura, similar a una verruga
- Variedad de colores, incluido rosa, rojo o marrón
- Picazón, ardor, sangrado o costras
- Nuevas manchas o protuberancias en las áreas expuestas al sol, como la cabeza, el cuello, las manos y los antebrazos
Cuándo consultar al médico
Puede ser difícil distinguir entre las manchas cancerosas y no cancerosas. Por ello, lo mejor es que un proveedor de atención médica evalúe los nuevos cambios en la piel, especialmente si una mancha escamosa persiste, crece o sangra.
Causas
La queratosis actínica se produce a causa de la exposición frecuente o intensa a los rayos ultravioleta del sol o a las camas solares.
Factores de riesgo
Todos podemos desarrollar queratosis actínica. Pero tu riesgo es mayor si:
- Eres pelirrojo o rubio y tienes ojos claros o de color azul
- Tienes antecedentes de exposición solar intensa o quemaduras por el sol
- Tienes tendencia a las pecas o a las quemaduras cuando te expones a la luz del sol
- Son mayores de 40 años
- Vives en un lugar soleado
- Trabajas al aire libre
- Tienes un sistema inmunitario debilitado
Complicaciones
Si se trata a tiempo, la queratosis actínica se puede resolver o extirpar. Si no se la trata, algunas de estas manchas pueden transformarse en un carcinoma de células escamosas, un tipo de cáncer que generalmente no pone en riesgo la vida si se lo detecta y trata a tiempo.
Prevención
La protección solar ayuda a prevenir la queratosis actínica. Toma las siguientes medidas para proteger la piel del sol:
- Reduce la cantidad de tiempo que pasas al sol. Evita exponerte al sol, especialmente entre las 10:00 y las 14:00. Además, evita permanecer mucho tiempo al sol, ya que esto podría ocasionarte una quemadura por el sol o un bronceado excesivo.
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Usa protector solar. Antes de pasar tiempo al aire libre, aplica un protector solar de amplio espectro resistente al agua con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, como recomienda la American Academy of Dermatology (Academia Estadounidense de Dermatología). Hazlo incluso en los días nublados.
Usa protector solar en toda la piel expuesta y usa bálsamo labial con protector solar en los labios. Aplica protector solar al menos 15 minutos antes de salir y vuelve a aplicarlo cada dos horas, o con más frecuencia si estás nadando o sudando.
No se recomienda el uso de protectores solares en bebés menores de 6 meses. Es preferible mantenerlo alejados del sol, si es posible, o protegerlos con sombra, sombreros, y ropa que les cubra los brazos y las piernas.
- Cúbrete. Para protegerte mejor del sol, usa prendas de tejido ajustado que te cubran los brazos y las piernas. Usa también un sombrero de ala ancha, que brinda mayor protección que una gorra de béisbol o que una visera.
- Evita las camas solares. La exposición a los rayos ultravioleta de la cama solar puede causar el mismo daño en la piel que un bronceado adquirido al sol.
- Revísate la piel regularmente e informa los cambios al proveedor de atención médica. Examina la piel con regularidad para comprobar si hay crecimientos nuevos o cambios en lunares, pecas, protuberancias y marcas de nacimiento existentes. Con la ayuda de espejos, revísate el rostro, el cuello, las orejas y el cuero cabelludo. Examina la parte superior e inferior de los brazos y las manos.