Hola, soy la Dra. Amy Oxentenko. En nombre de dos de los coautores, el Dr. Amrit Kamboj y el Dr. Patrick Hoversten, me gustaría dedicar unos minutos a hablarles de un artículo que hemos publicado recientemente en los expedientes de Mayo Clinic sobre el dolor crónico de la pared abdominal. El dolor crónico de la pared abdominal es algo que vemos con bastante frecuencia en nuestra práctica gastrointestinal, sobre todo en el paciente ambulatorio en comparación con el paciente internado. Sin embargo, el dolor crónico de la pared abdominal es algo que vemos en pacientes que han tenido un dolor abdominal crónico que parece difícil de detectar en cualquier control. Normalmente se someten a un control exhaustivo con análisis de laboratorio, estudios radiográficos y evaluaciones endoscópicas. Luego, los atendemos nosotros, porque nadie puede determinar el origen del dolor abdominal.
El dolor crónico de la pared abdominal es un diagnóstico que se puede obtener si se revisan los antecedentes de manera muy detallada y se dirige el examen físico. El dolor crónico de la pared abdominal suele ser el resultado de un atrapamiento del nervio cutáneo de la pared abdominal. Esto puede ocurrir después de una cirugía abdominal donde los nervios pueden ser alterados por incisiones quirúrgicas. También ocurre como resultado de los cambios hormonales. Los pacientes suelen notar que el dolor abdominal es bastante localizado. La mayoría de las veces (más del 40 % de las veces) se encuentra en el cuadrante superior derecho, o puede estar en el área de la cicatriz quirúrgica. Cuando se les pide a los pacientes que indiquen dónde sienten el dolor abdominal, suelen señalar con uno o dos dedos, en especial donde el dolor es más intenso. Además, es posible que informen ciertas actividades que podrían empeorar el dolor, como acostarse sobre el lado donde sienten el dolor abdominal. Cualquier cosa que presione la pared abdominal en esa zona puede ser molesta. Cualquier cosa que haga presión o tense la pared abdominal también puede agudizar el dolor. Esas son preguntas importantes que se deben hacer cuando se revisan los antecedentes.
El examen es fundamental para que el diagnóstico sea posible. Por supuesto que se revisarán los antecedentes y se realizará un examen completo. Sin embargo, algo específico que puedes hacer durante el examen es el signo de Carnett. La forma de evaluar a un paciente para el signo de Carnett positivo o la presencia de un signo de Carnett es, en primer lugar, colocarlo en decúbito supino en la camilla para que relaje la pared abdominal. Normalmente, primero hago que el paciente me indique específicamente dónde siente dolor. Una vez más, a menudo, puede señalar con uno o dos dedos para localizar el dolor. Primero, palpo la zona de sensibilidad o dolor que ha señalado y me aseguro de que estoy en el lugar correcto. Normalmente, mantengo los dedos en la zona de máxima sensibilidad, mientras los músculos abdominales están relajados, y luego le pido que levante la cabeza de la camilla, como un ejercicio abdominal. También puedes pedirle que levante las piernas de la camilla, lo que sea más fácil, para tensar los músculos de la pared abdominal. Normalmente, cuando hay dolor crónico de la pared abdominal, el paciente informa un empeoramiento del dolor abdominal cuando se tensa la musculatura abdominal. Luego, se debe relajar la pared abdominal una vez más y, por lo general, es doloroso si el dolor de la pared abdominal es crónico. Se determinar que un signo de Carnett es positivo cuando, por ejemplo, alguien que tiene un empeoramiento de la sensibilidad abdominal en un área localizada cuando se tensa la musculatura de la pared abdominal y, luego, siente una mejora del malestar cuando se relaja la musculatura de la pared abdominal. Los antecedentes son fundamentales. El examen puede ayudar a precisar este diagnóstico.
Cuando se trata del control, lo primero es tranquilizar a los pacientes de que esto no va a causar morbilidad ni mortalidad, aunque sin duda puede tener una repercusión significativa en la calidad de vida. Para eso estamos aquí, para ayudarlos a mejorar los síntomas. En primer lugar, la tranquilidad es la clave. Pueden probar anestésicos o tópicos de venta libre, como un parche para el dolor, también conocido como parche Lidoderm. Ahora se pueden conseguir sin receta, lo que me parece muy útil. A algunos pacientes les puede servir una almohadilla térmica u otra faja abdominal para aliviar un poco el malestar de la pared abdominal. Sin embargo, la mayoría de los pacientes, cuando buscan atenderse por un médico especialista, pueden beneficiarse tanto para el diagnóstico como el tratamiento de una inyección en un punto desencadenante del dolor. Una inyección en un punto desencadenante del dolor se realiza con una aguja y un agente anestésico, como un derivado de la lidocaína, o también un esteroide, un agente corticoide mezclado, que se inserta en el área de máxima sensibilidad. Esto puede hacerse junto con una ecografía para ubicar mejor la punta de la aguja. Una vez más, algunos pacientes obtendrán un alivio inmediato con el agente anestésico y, luego, en los días siguientes, sentirán más alivio cuando el corticoide haga efecto. Sabemos que algunos pacientes pueden necesitar otra inyección en un punto desencadenante del dolor meses o años después, si el dolor de la pared abdominal reaparece. Muchos pacientes pueden obtener un beneficio duradero gracias a este método.
Espero que estos consejos sean útiles para obtener información sobre el dolor de la pared abdominal. De nuevo, se trata de un diagnóstico frecuente que detectamos en pacientes ambulatorios, en especial en pacientes que no llegan a comprender por qué sienten dolor en la pared abdominal o dolor abdominal, a pesar de realizarse una evaluación exhaustiva. Esto es algo que tanto el paciente como el médico deben recordar. Gracias.