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Heather Lister: Cuando nací, me diagnosticaron un soplo cardíaco y me hacían revisiones todos los años. Las únicas limitaciones que tenía eran, según me dijeron, que debía tomar antibióticos cada vez que fuera al dentista. Pero no fue hasta que llegué a los 20 años cuando decidí tomar las riendas de mi salud. Busqué un cardiólogo que me hizo un examen muy minucioso, o eso me pareció en aquel momento. Me dijo que en realidad tenía una válvula aórtica bicúspide. Iba a su consultorio una vez al año y la válvula parecía estar bien. Así que prolongaron el plazo de la visita a dos años.

Últimamente, no he podido recuperar el aliento tan fácil como antes. Me he sentido cansada, no me he encontrado bien. Así que consulté al cardiólogo, que me dijo que la válvula estaba bien y que me vería dentro de dos años. Como quería estar segura, decidí ir a Mayo y pedir una segunda opinión.

Dra. Carolyn Landolfo, Enfermedades Cardiovasculares, Mayo Clinic: A Heather le habían dicho en otro sitio que no tenía de qué preocuparse. Pero algunos pacientes que tienen una válvula aórtica bicúspide también presentan una anomalía en la aorta.

Heather Lister: Nadie había mencionado nunca una conexión entre mi válvula y la posibilidad de un aneurisma aórtico.

Dra. Landolfo: Un aneurisma aórtico es una afección en la que la aorta se agranda. Las capas de la aorta se debilitan y son propensas a desgarrarse o incluso a romperse, lo que puede ser obviamente catastrófico.

Heather Lister: Sentía como si tuviera una bomba de tiempo en el pecho.

Dra. Landolfo: Ideamos un plan para personalizar sus cuidados.

Dr. Naser M. Ammash, Enfermedades Cardiovasculares, Mayo Clinic: De los pacientes a los que seguimos por un aneurisma en el contexto de una válvula bicúspide, alrededor del 30 % se someten a cirugía de la aorta. Aunque el riesgo de una operación de la aorta es realmente bajo, nunca se sabe cuándo va a presentarse una complicación por la cirugía.

Heather Lister: El problema es que hay muchas incógnitas. Siempre se basa en un equilibrio entre riesgo y recompensa, o sea, si el riesgo de la cirugía es mayor que el de una disección.

Dra. Landolfo: Mientras tanto, Heather había ido a la sala de emergencias al menos dos veces con dolor en el pecho. Así que tomamos la decisión de seguir adelante y repararle la aorta. Afortunadamente, como su válvula estaba en tan buen estado, fue posible hacer la resuspensión sin tener que sustituirla ni sufrir daños.

Dr. Ammash: Sabemos cómo atender a pacientes como ella. El proceso se inicia con los ecografistas, que hicieron el ecocardiograma e identificaron la aorta dilatada. Fue la Dra. Landolfo quien la vio primero y le explicó cuál era la situación real. Después de más imágenes del tórax, la tomografía computarizada, para observar toda la aorta, la vio el radiólogo. Luego, como tiene una cardiopatía congénita, entré yo en escena, por los antecedentes congénitos y la experiencia necesaria para tomar decisiones. Intervino también la genética médica, debido a la base genética de su anomalía. Por último, la vio el cirujano, por lo que este esfuerzo de colaboración entre distintas especialidades centrado en Heather es único. Creo que lo hacemos mejor que nadie.

Heather Lister: Me operaron y terminé la rehabilitación cardíaca. Ahora, por fin, siento que he vuelto a ser quien era hace un par de años.

Creo que toda esta experiencia me ha despertado una pasión por defenderme a mí misma. Cuando sabes que algo no está bien, tienes que luchar para que te escuchen. Cuando vine a Mayo, sentí que me escuchaban y comprendían, y que, si no tenían respuesta para alguna pregunta, la buscarían. Creo que eso marcó la diferencia en el resultado.

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Dec. 28, 2023