Descripción general
La crioablación para el cáncer es un tratamiento que consiste en aplicar frío extremo directamente sobre las células cancerosas para hacer que mueran. Durante la crioablación, se colocan sondas delgadas de metal en la zona donde se encuentra el cáncer. Las sondas se llenan con un gas que congela el tejido cercano.
La crioablación sirve para tratar muchos tipos de cáncer. Se suele recurrir a esta cuando la cirugía no es una opción. La crioablación también sirve para aliviar el dolor y otros síntomas causados por un cáncer que se ha diseminado.
La crioablación se considera un procedimiento de invasión mínima porque no requiere cirugía abierta con grandes cortes en la piel. La crioablación para tratar el cáncer también puede llamarse criocirugía o crioterapia.
Por qué se hace
La crioablación congela las células cancerosas y hace que mueran.
Se suele recurrir a la crioablación cuando las personas no pueden someterse a una cirugía para tratar el cáncer. Por ejemplo, puede ser recomendable si el cáncer es demasiado grande para extirparlo quirúrgicamente. También podría servir para personas que tienen otras enfermedades por las cuales la cirugía no es segura.
La crioablación puede ser un tratamiento útil para muchos tipos de cáncer, como los siguientes:
- Cáncer de hueso
- Cáncer de mama
- Cáncer de riñón
- Cáncer de hígado
- Cáncer de pulmón
- Cáncer de próstata
La crioablación también puede servir para aliviar el dolor y otros síntomas causados por el cáncer que se disemina al hueso, a otros órganos o a los ganglios linfáticos.
Riesgos
Al igual que cualquier procedimiento médico, la crioablación para tratar el cáncer conlleva riesgos. Entre ellos se incluyen sangrado, coágulos sanguíneos e infección. También es posible tener una reacción adversa a los medicamentos llamados anestésicos, que ayudan a evitar el dolor durante el procedimiento.
Otros riesgos de la crioablación para tratar el cáncer incluyen dolor duradero en la zona tratada, así como lesiones en órganos y tejidos sanos.
Algunas personas padecen una enfermedad denominada síndrome postablación, que se produce varios días después de la crioablación. Suele presentarse como fiebre y otros síntomas similares a los de la gripe. En general, el síndrome postablación dura unos cinco días. Pero en algunas personas, podría durar entre 2 y 3 semanas.
En raras ocasiones, poco después de la crioablación, se puede producir una afección llamada criorreacción. Esta puede causar escalofríos, fiebre, taquicardia y respiración superficial. También puede derivar en daño a los riñones. Sin embargo, el daño suele ser temporal.
Una versión más grave de la criorreacción es el criochoque. Se trata de una afección mortal que puede llevar a la disfunción orgánica. La causa del criochoque no está clara. Pero se produce con más frecuencia cuando se recurre a la crioablación para tratar el cáncer de hígado.
Cómo prepararte
A menudo se realizan estudios por imágenes antes de la crioablación para poder planear el procedimiento. Los estudios pueden incluir ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética.
Varios días antes de la crioablación, deberás dejar de tomar aspirina u otros medicamentos anticoagulantes. Estos pueden incluir la warfarina (Jantoven), el apixabán (Eliquis), la heparina y otros medicamentos como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros). No dejes de tomar este medicamento sin hablar primero con un miembro de tu equipo de atención médica.
Es probable que debas evitar comer o beber durante un tiempo antes de la crioablación. El equipo de atención médica te dará instrucciones que deberás seguir antes del procedimiento.
Quizá debas permanecer una noche en el hospital después de la crioablación. Sin embargo, algunas personas pueden volver a su casa el mismo día. Haz los arreglos necesarios para que alguien te lleve a tu casa cuando salgas del hospital.
Qué esperar
Durante la crioablación para tratar el cáncer
La crioablación para tratar el cáncer se realiza en el hospital. Es posible que te administren un medicamento, llamado anestesia general, para que entres en un estado similar al del sueño. A veces, se utiliza anestesia local para que permanezcas consciente del entorno, pero no sientas nada en la zona de tratamiento.
Una vez que la anestesia hace efecto, el profesional de atención médica:
- Inserta agujas o sondas de metal delgadas en la zona donde se encuentra el cáncer.
- Mira imágenes generadas por ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética para asegurarse de que las sondas o agujas estén en el lugar correcto.
- Libera un gas que circula por las sondas o agujas y causa la congelación del tejido.
- Supervisa y controla la temperatura de las agujas y el nivel de congelación en el tejido.
Después de la crioablación para tratar el cáncer
Posiblemente puedas regresar a casa el mismo día del procedimiento o quizás tengas que permanecer en el hospital por una noche. Podrías recibir un antibiótico para prevenir una infección.
Después del procedimiento, es posible que tengas inflamación y moretones durante varios días en los lugares en los que se colocaron las sondas o agujas. La mayoría de las personas puede reanudar sus actividades normales en unos pocos días.
Resultados
Después de la crioablación para tratar el cáncer, te harán exámenes de seguimiento periódicos, así como exploraciones por imágenes y análisis de laboratorio, para verificar cómo responde el cáncer al tratamiento. Pregúntale al equipo de atención médica cuándo podrás conocer los resultados.
Estudios clínicos
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