El aceite de oliva utilizado en lugar de otras grasas puede ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, ya que se reduce el nivel de colesterol en la sangre.
Para que sea solo a base de plantas, no agregues queso.
Añade 1 cucharadita de aceite de oliva en una sartén. Sofríe los espárragos a fuego medio-alto hasta que se doren y estén tiernos pero crujientes. Retíralos de la sartén y déjalos enfriar. Córtalos en trozos de 1 pulgada (2,5 cm).
Llena 3/4 de una olla grande con agua y ponla a hervir. Agrega la pasta y cocínala hasta que esté tierna (al dente), de 10 a 12 minutos, o según las instrucciones del paquete. Cuela la pasta por completo.
Vierte la pasta en un bol grande. Rocía la cucharadita restante de aceite de oliva sobre la pasta y revuelve con cuidado. Agrega el tomate, el ajo, la albahaca, los espárragos y 2 cucharadas de queso parmesano. Mezcla hasta integrar bien los ingredientes.
Divide la pasta en distintos platos individuales. Cubre cada porción con 1 cucharada de queso parmesano y pimienta negra a gusto. Sirve de inmediato.
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