Si lo deseas, después de hervir los ravioles, puedes sofreírlos brevemente con un poco de aceite de oliva o mantequilla.
En un procesador de alimentos, mezcla la harina, las semillas de lino, 4 huevos y el aceite y procesa. Procesa hasta que la harina se incorpore y se humedezca de manera uniforme. Espolvorea ligeramente la mesada con harina. Retira la masa y amasa. Déjala reposar durante unos 30 minutos.
Coloca la calabaza en el procesador de alimentos. Añade el queso, 1 huevo, la sal, la nuez moscada y la pimienta. Procesa hasta que esté bien mezclado y quede suave. Llena una olla grande con agua hasta que hierva a fuego lento. Estira la masa de ravioles con un rodillo en 2 láminas largas y delgadas que tengan aproximadamente la misma longitud y espesor. Coloca 1 cucharada de la mezcla de calabaza cada 2 o 3 pulgadas (entre 5 y 7,5 cm) debajo del centro de una de las láminas de la masa. Pincela ligeramente la masa con agua alrededor de la mezcla de calabaza. Coloca la segunda lámina de la masa por encima, presiona suavemente para eliminar el aire y sella la masa alrededor de cada montículo de la mezcla de calabaza.
Corta los ravioles en cuadrados o círculos y viértelos en agua hirviendo durante unos 8 minutos. Retíralos con un colador o una espumadera.
Creada por el cocinero ejecutivo para el bienestar y los dietistas matriculados del Healthy Living Program (Programa para una Vida Saludable) de Mayo Clinic.
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