Diagnóstico
Tu médico o dentista hablará contigo sobre tus síntomas y te examinará la mandíbula. El médico, probablemente, hará lo siguiente:
- Escuchar y sentir tu mandíbula cuando abres y cierras la boca
- Observar el rango de movimiento de tu mandíbula
- Presionar en las áreas alrededor de la mandíbula para identificar los sitios de dolor o malestar
Si tu médico o dentista sospecha que hay un problema, es posible que necesites lo siguiente:
- Radiografías dentales para examinar tus dientes y mandíbula
- Tomografía computarizada para proporcionar imágenes detalladas de los huesos involucrados en la articulación
- Resonancia magnética para revelar problemas con el disco de la articulación o el tejido blando circundante
La artroscopia temporomandibular se usa a veces en el diagnóstico de un trastorno temporomandibular. Durante la artroscopia temporomandibular, el médico inserta un tubo delgado y pequeño (cánula) en el espacio de la articulación, y luego se inserta una pequeña cámara (artroscopio) para ver el área y ayudar a determinar un diagnóstico.
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Tratamiento
En algunos casos, los síntomas de trastornos de la articulación temporomandibular desaparecen sin tratamiento. Si tus síntomas persisten, el médico te recomendará una variedad de opciones de tratamiento, a menudo más de una que se administren al mismo tiempo.
Medicamentos
Junto con otros tratamientos no quirúrgicos, estás opciones de medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor asociado con los trastornos temporomandibulares:
- Analgésicos y antiinflamatorios. Si los analgésicos de venta libre no son suficientes para aliviar el dolor temporomandibular, el médico o dentista te puede recetar analgésicos más fuertes durante un tiempo limitado, como ibuprofeno en concentraciones de venta con receta.
- Antidepresivos tricíclicos. Estos medicamentos, tales como la amitriptilina, se usan principalmente para la depresión, pero en dosis bajas, a veces se usan para el alivio del dolor, el control del bruxismo y el insomnio.
- Relajantes musculares. Estos tipos de medicamentos a veces se usan durante algunos días o semanas para ayudar a aliviar el dolor causado por los trastornos temporomandibulares creados por espasmos musculares.
Terapias
Las terapias no farmacológicas para los trastornos temporomandibulares incluyen:
- Férulas orales o protectores bucales (aparatos oclusales). A menudo, las personas con dolor de mandíbula se beneficiarán al usar un dispositivo suave o firme insertado sobre los dientes, pero las razones por las que estos dispositivos son beneficiosos no se conocen bien.
- Fisioterapia. Junto con los ejercicios para estirar y fortalecer los músculos de la mandíbula, los tratamientos pueden incluir ultrasonido, calor húmedo y hielo.
- Asesoramiento psicológico. La educación y el asesoramiento pueden ayudarte a comprender los factores y comportamientos que pueden agravar tu dolor, para que puedas evitarlos. Los ejemplos incluyen apretar o rechinar los dientes, apoyarse en la barbilla o morderse las uñas.
Cirugía u otros procedimientos
Artrocentesis
Artrocentesis
Con la artrocentesis, se hacen pequeñas aberturas en la ATM para poder hacer pasar líquido a través de la articulación y eliminar los desechos.
Cuando los otros métodos no den resultado, el médico podría sugerir procedimientos tales como:
- Artrocentesis. La artrocentesis es un procedimiento mínimamente invasivo que implica la inserción de pequeñas agujas en la articulación para que se pueda irrigar líquido a través de la articulación para eliminar los desechos y productos secundarios inflamatorios.
- Inyecciones. En algunas personas, las inyecciones de corticoesteroides en la articulación pueden ser útiles. En casos excepcionales, la inyección de toxina botulínica tipo A (Botox, otros) en los músculos de la mandíbula utilizados para masticar puede aliviar el dolor asociado a los trastornos temporomandibulares.
- Artroscopia temporomandibular. En algunos casos, la cirugía artroscópica puede ser tan efectiva para tratar distintos tipos de trastornos temporomandibulares como la cirugía de articulación abierta. Se coloca un pequeño tubo delgado (cánula) en el espacio articular, luego se inserta un artroscopio y se usan pequeños instrumentos quirúrgicos para la cirugía. La artroscopia temporomandibular tiene menos riesgos y complicaciones que la cirugía de articulación abierta, pero también tiene algunas limitaciones.
- Condilotomía modificada. La condilotomía modificada aborda la ATM de manera indirecta, con cirugía en la mandíbula, pero no en la articulación en sí. Podría resultar útil para el tratamiento del dolor o si se experimenta bloqueo de la articulación.
- Cirugía de articulación abierta. Si el dolor en la mandíbula no se resuelve con tratamientos más conservadores y parece deberse a un problema estructural en la articulación, el médico o dentista puede sugerir una cirugía de articulación abierta (artrotomía) para reparar o reemplazar la articulación. Sin embargo, la cirugía de articulación abierta implica más riesgos que otros procedimientos y se debe considerar muy cuidadosamente, después de analizar las ventajas y desventajas.
Si el médico recomienda cirugía u otros procedimientos, asegúrate de analizar los posibles beneficios y riesgos, y pregunta cuáles son todas tus opciones.
Estilo de vida y remedios caseros
Tomar conciencia de los hábitos relacionados con la tensión, como apretar la mandíbula, rechinar los dientes o masticar lápices, te ayudará a reducir la frecuencia. Los siguientes consejos pueden ayudarte a reducir los síntomas del trastorno de articulación temporomandibular:
- Evita el uso excesivo de los músculos de la mandíbula. Come alimentos blandos. Corta los alimentos en trocitos. Evita la comida pegajosa o dura. Evita la goma de mascar.
- Estiramientos y masajes. Tu médico, dentista o fisioterapeuta puede mostrarte cómo hacer ejercicios para estirar y fortalecer los músculos de la mandíbula y cómo masajearte los músculos.
- Calor o frío. Aplicar calor tibio y húmedo o hielo al costado de la cara puede ayudarte a aliviar el dolor.
Medicina alternativa
Las técnicas de Medicina Complementaria y Alternativa pueden ayudar a controlar el dolor crónico a menudo relacionado con los trastornos de articulación temporomandibular. Por ejemplo:
- Acupuntura. Un especialista en acupuntura trata el dolor crónico mediante la inserción de agujas del tamaño de un cabello en lugares específicos de tu cuerpo.
- Técnicas de relajación. Respirar más despacio intencionalmente y realizar inhalaciones profundas y regulares puede ayudar a relajar la tensión muscular y así reducir el dolor.
- Biorretroalimentación. Los dispositivos electrónicos que controlan la rigidez de determinados músculos pueden ayudarte a practicar técnicas de relajación efectivas.
Preparación para la consulta
Es probable que primero consultes con tu médico de cabecera o con el dentista sobre tus síntomas temporomandibulares. Si los tratamientos sugeridos no brindan alivio suficiente, pueden derivarte a un médico que se especialice en trastornos temporomandibulares.
Qué puedes hacer
Tal vez quieras preparar una lista que responda las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo comenzaron tus síntomas?
- ¿Ya te había pasado esto anteriormente?
- ¿Tu nivel de estrés aumentó recientemente?
- ¿Tienes dolores frecuentes de cabeza, cuello o muelas?
- ¿Qué medicamentos y suplementos toma regularmente?
Qué esperar del médico o dentista
Es posible que el médico te haga las siguientes preguntas:
- ¿El dolor es constante o los síntomas aparecen y desaparecen?
- ¿Hay alguna actividad que parezca desencadenar el dolor?
- ¿Tu mandíbula hace un chasquido o salta cuando la mueves? ¿Es doloroso ese chasquido?
- ¿Te resulta difícil abrir la boca normalmente?
Tu médico o dentista te hará preguntas adicionales según tus respuestas, síntomas y necesidades. Anticiparte y preparar una lista de preguntas puede ayudarte a aprovechar tu tiempo al máximo.