Diagnóstico
El diagnóstico de una enfermedad de trasmisión sexual empieza con tus antecedentes sexuales y tus síntomas actuales. Si esa información indica que tienes una enfermedad de trasmisión sexual, tu proveedor de atención médica podría hacer una revisión médica o pélvica para buscar signos de infección. Algunos signos de infección son sarpullido, verrugas o secreción.
Pruebas
La causa de los síntomas de la enfermedad de transmisión sexual se puede identificar mediante pruebas de laboratorio. También se pueden detectar infecciones de transmisión sexual que no presentan síntomas.
- Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden confirmar el diagnóstico de VIH o las últimas etapas de la sífilis.
- Muestras de orina. Algunas enfermedades de transmisión sexual se pueden confirmar con una muestra de orina.
- Muestras de fluidos. Si tienes llagas genitales abiertas, el profesional de atención médica puede examinar el líquido y muestras de las llagas para diagnosticar el tipo de infección.
Análisis de detección
Las pruebas para detectar una enfermedad de trasmisión sexual o una infección de trasmisión sexual en una persona que no tiene síntomas se conocen como exámenes de detección. La mayoría de las veces, los exámenes para la detección de infecciones de trasmisión sexual no son una parte rutinaria de la atención médica.
Sin embargo, cuando el riesgo de que una persona contraiga una enfermedad de trasmisión sexual cambia, un profesional de la salud suele sugerir exámenes de detección. El nivel de riesgo puede cambiar si la persona se encuentra en un nuevo entorno de mayor riesgo, como una prisión o una cárcel, o bien si existen factores como antecedentes de infecciones de trasmisión sexual.
Los expertos recomiendan exámenes para la detección de infecciones de trasmisión sexual en los siguientes casos:
Casi todas las personas, al menos una vez. Las pautas recomiendan un examen para la detección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el SIDA, mediante un análisis de sangre o saliva, para todas las personas que tengan entre 15 y 65 años. Los expertos recomiendan que a las personas con alto riesgo se les haga la prueba del VIH todos los años.
Las pautas nacionales recomiendan que se hagan exámenes para la detección de hepatitis B a las personas de 18 años o más al menos una vez, con una prueba que incluya algunos marcadores diferentes del virus.
Las pautas también recomiendan hacer en todos los adultos exámenes para la detección de la hepatitis C.
Mujeres embarazadas. Por lo general, a todas las mujeres embarazadas se les realizarán en las primeras etapas del embarazo los exámenes de detección para VIH, hepatitis B, clamidia y sífilis.
Las pautas recomiendan los exámenes para la detección de la gonorrea y de la hepatitis C, por lo menos, una vez durante el embarazo para mujeres con alto riesgo de contraer estas infecciones.
También sugieren realizar a todas las mujeres el examen para la detección de la hepatitis B en cada embarazo.
Mujeres de 21 años o más. El examen de Papanicolaou detecta cambios a nivel celular en el cuello del útero, como inflamación e irritación, cambios precancerosos y cáncer. El cáncer del cuello del útero suele deberse a ciertas cepas del virus del papiloma humano.
Los expertos recomiendan hacer en las mujeres un examen de Papanicolaou cada tres años a partir de los 21 años. Después de los 30 años, los expertos recomiendan hacer en las mujeres una prueba para VPH y un examen de Papanicolaou cada cinco años. Otra alternativa es que, en las mujeres mayores de 30 años, se haga solamente un examen de Papanicolaou cada tres años o solamente una prueba para VPH cada tres años.
- Mujeres menores de 25 años que son sexualmente activas. Los expertos recomiendan que, en todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años, se haga la prueba para la infección por clamidia. Para el examen de clamidia, se utiliza una muestra de orina o de líquido vaginal que tú misma puedes recolectar.
La reinfección por parte de una pareja no tratada o que no ha recibido suficiente tratamiento es frecuente. Si recibiste tratamiento para una infección por clamidia, hay que hacerte otro análisis, aproximadamente, a los tres meses. Hay que repetirte la prueba si tienes una nueva pareja.
Los expertos también recomiendan un examen para la detección de la gonorrea en las mujeres menores de 25 años que sean sexualmente activas.
Hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. En comparación con otros grupos, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres corren un mayor riesgo de contraer infecciones de trasmisión sexual.
Las recomendaciones de muchos grupos de salud pública para estos hombres es que se les realicen exámenes de detección para infecciones de trasmisión sexual una vez al año o con mayor frecuencia. Las pruebas regulares del VIH, la sífilis, la clamidia y la gonorrea son particularmente importantes. También se puede recomendar la evaluación para la hepatitis B.
Personas con VIH. Si tienes VIH, corres un mayor riesgo de contraer otras enfermedades de trasmisión sexual. Los expertos recomiendan realizar pruebas para la detección de la sífilis, la gonorrea, la clamidia y el herpes inmediatamente después de recibir un diagnóstico de VIH. También recomiendan que, en las personas con VIH, se realicen exámenes para la detección del virus de la hepatitis C.
Las mujeres con VIH pueden desarrollar un cáncer de cuello del útero agresivo. Por eso, los expertos recomiendan hacer el examen de Papanicolaou en el momento del diagnóstico de VIH o dentro del primer año del inicio de la actividad sexual si son menores de 21 años. Después, los expertos recomiendan repetir el examen de Papanicolaou cada año durante tres años.
Después de tres resultados negativos, en las mujeres con VIH, se puede hacer un examen de Papanicolaou cada tres años.
Personas que tienen una nueva pareja. Antes de tener relaciones sexuales vaginales o anales con parejas nuevas, asegúrate de que ambos se hayan realizado las pruebas para la detección de enfermedades de trasmisión sexual. Sin embargo, los expertos no recomiendan pruebas de rutina para los herpes genitales, a menos que se presenten síntomas.
Aunque el resultado de la prueba sea negativo, es posible estar infectado con una infección de trasmisión sexual. Esto es muy común si la infección ha sucedido recientemente.
Más información
Tratamiento
Las enfermedades de transmisión sexual se pueden tratar de diferentes maneras de acuerdo con sus causas. Las infecciones de transmisión sexual causadas por bacterias generalmente son más fáciles de tratar. Las infecciones de transmisión sexual causadas por virus se pueden controlar y tratar, pero no siempre se curan.
Si hay un embarazo y tienes una enfermedad de transmisión sexual, recibir tratamiento de inmediato puede prevenir o reducir el riesgo de que tu bebé se infecte.
El tratamiento de las infecciones de transmisión sexual suele consistir en una de las siguientes medidas, según la infección:
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Antibióticos. Los antibióticos, a menudo en una sola dosis, pueden curar muchas infecciones de transmisión sexual de origen bacteriano o parasitario, como la gonorrea, la sífilis, la clamidia y la tricomoniasis.
Una vez que comiences el tratamiento con antibióticos, debes tomar toda la cantidad que te recetaron. Si crees que no podrás tomar los medicamentos según las indicaciones, díselo a tu profesional de atención médica. Es posible que exista un modo de tratamiento más corto y sencillo.
Además, es importante evitar tener relaciones sexuales hasta siete días después de haber completado el tratamiento con antibióticos y de que cualquier llaga se haya curado.
Los expertos también sugieren que las personas diagnosticadas con clamidia vuelvan a hacerse la prueba tres meses después del tratamiento, ya que hay una alta probabilidad de reinfección.
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Medicamentos antivirales. Si tienes herpes o VIH, tu médico puede recetarte un medicamento, llamado antivírico, para evitar que la infección viral empeore.
Por lo general, tendrás menos recurrencia del herpes si tomas lo que se conoce como terapia supresora diaria con un medicamento antivírico recetado. Sin embargo, aún puedes contagiar el herpes a tu pareja.
Los medicamentos antivíricos pueden mantener bajo control la infección por VIH durante muchos años. Sin embargo, seguirás siendo portador del virus y podrás propagarlo, aunque el riesgo sea menor.
Cuanto antes comiences el tratamiento contra el VIH, más eficaz será. Si tomas los medicamentos según las indicaciones, es posible reducir la carga viral en la sangre de modo que no se pueda detectar. En ese punto, no trasmitirás el virus a tus parejas sexuales.
Si has tenido una infección de transmisión sexual, pregúntale a tu profesional de atención médica cuánto tiempo después del tratamiento debes repetir la prueba. Si te vuelves a hacer la prueba, te asegurarás de que el tratamiento haya funcionado y de que no te hayas vuelto a infectar.
Partner notification and preventive treatment
Si los análisis demuestran que tienes una enfermedad de trasmisión sexual, debes informarlo a tus parejas sexuales. Informa a tus parejas sexuales actuales y a cualquier otra pareja que hayas tenido en los últimos tres meses a un año que contrajiste una infección de trasmisión sexual. Deberán realizarse análisis. Si están infectadas, pueden recibir tratamiento.
Cada estado tiene diferentes requisitos. Sin embargo, la mayoría requiere que ciertas infecciones de trasmisión sexual se informen al departamento de salud local o estatal.
Los departamentos de salud pública a menudo cuentan entre su personal con especialistas capacitados en intervención de enfermedades. Estos especialistas pueden ayudar a notificar a las parejas y remitir a las personas para su tratamiento.
La notificación oficial y confidencial de la pareja puede ayudar a limitar la propagación de las infecciones de trasmisión sexual. Es muy importante para la sífilis y el virus de la inmunodeficiencia humana.
Además, orienta a las personas que tienen riesgos de tener enfermedades de trasmisión sexual a que reciban asesoramiento y tratamiento. Debido a que puedes contraer algunas infecciones de trasmisión sexual más de una vez, decirle a tu pareja reduce el riesgo de reinfección.
Estudios clínicos
Explora los estudios de Mayo Clinic que ensayan nuevos tratamientos, intervenciones y pruebas para prevenir, detectar, tratar o controlar esta afección.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Descubrir que tienes una enfermedad de trasmisión sexual puede ser traumático. Puedes enojarte si sientes que te traicionaron o vergüenza si puedes haber infectado a otros.
También es posible que te preocupe, ya que una infección de trasmisión sexual puede causar enfermedades crónicas y la muerte, incluso con la mejor atención médica disponible.
Estas sugerencias pueden ayudarte a afrontar la enfermedad de trasmisión sexual o infección de trasmisión sexual:
- Evita culpar a alguien. No asumas que tu pareja ha sido infiel. Uno o ambos pueden haber sido infectados por una pareja anterior.
- Sé honesto con los trabajadores del cuidado de la salud. Su trabajo no es juzgarte, sino proporcionarte tratamiento y evitar que las infecciones de trasmisión sexual se diseminen. Todo lo que les digas es confidencial.
- Comunícate con el departamento de salud. Los departamentos de salud locales tienen programas para las enfermedades de trasmisión sexual que proporcionan análisis confidenciales, tratamiento y servicios asociados. Sin embargo, puede que no dispongan del personal y los fondos necesarios para ofrecer todos los servicios.
Preparación para la consulta
El consultorio médico es un lugar donde deberás proporcionar información detallada sobre tu experiencia sexual para poder recibir la atención médica correcta.
Si este tema te causa ansiedad, considera escribir tu experiencia. Puedes decírselo al profesional de atención médica antes o durante la cita.
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita médica. Cuando programes la cita médica, pregunta si hay algo que debes hacer con anticipación.
- Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la consulta.
- Haz una lista de todos los medicamentos, vitaminas y suplementos que tomes.
- Anota preguntas para hacerle al médico.
Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacerle al médico:
- ¿Cuál es el nombre médico de la infección o infecciones que tengo?
- ¿Cómo se transmite la infección?
- ¿Me impedirá tener hijos?
- Si me quedo embarazada, ¿puedo pasarle la infección a mi bebé?
- ¿Es posible volver a tener esta infección de nuevo?
- ¿Podría haberme contagiado de alguien con quien tuve relaciones sexuales solamente una vez?
- ¿Podría contagiarle la infección a alguien si tengo relaciones sexuales con esa persona solamente una vez?
- ¿Desde cuándo lo tengo?
- Tengo otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
- ¿Debo evitar la actividad sexual mientras me estoy tratando?
- ¿Mi pareja tiene que ir al médico para recibir tratamiento?
Qué esperar del médico
Al brindarle al médico un informe completo de tus síntomas y antecedentes sexuales, le ayudarás a determinar cuál es la mejor atención médica para ti.
Estas son algunas de las cosas que podría preguntarte tu médico:
- ¿Qué síntomas te hicieron decidir venir? ¿Durante cuánto tiempo has tenido estos síntomas?
- ¿Eres sexualmente activo con hombres, mujeres o ambos?
- ¿Actualmente tienes una o más parejas sexuales?
- ¿Cuánto tiempo has estado con tu(s) pareja(s) actual(es)?
- ¿Te has inyectado drogas ilícitas alguna vez?
- ¿Tuviste relaciones sexuales con alguien que se haya inyectado drogas ilícitas alguna vez?
- ¿Qué haces para protegerte de las infecciones de trasmisión sexual?
- ¿Qué haces para evitar el embarazo?
- ¿Alguna vez un médico o alguien del personal de enfermería te ha dicho que tenías clamidia, herpes, gonorrea, sífilis o VIH?
- ¿Te han tratado alguna vez por secreción genital, llagas genitales, micción dolorosa o infección de los órganos sexuales?
- ¿Cuántas parejas sexuales has tenido en este año? ¿En los últimos dos meses?
- ¿Cuándo fue tu encuentro sexual más reciente?
Qué puedes hacer mientras tanto
Si crees que puedes tener una infección de trasmisión sexual, es mejor que evites cualquier actividad sexual hasta que hayas hablado con tu médico.
Si tienes relaciones sexuales antes de ver al médico, asegúrate de seguir prácticas seguras, como usar un preservativo.