Diagnóstico
Tu médico te preguntará qué tipo de trabajo realizas, junto con otras preguntas, para determinar la probabilidad de que hayas estado expuesto al ántrax. Primero querrá descartar otras afecciones más comunes que puedan estar causando tus signos y síntomas, como la gripe (influenza) o la neumonía.
Pruebas
Puedes hacerte una prueba rápida de gripe para diagnosticar si tienes la influenza. Si otras pruebas son negativas, es posible que debas hacerte más pruebas para detectar específicamente el ántrax, tales como:
- Análisis de la piel. Se puede evaluar en un laboratorio una muestra de líquido de una lesión sospechosa en tu piel o una pequeña muestra de tejido (biopsia) en busca de signos de ántrax cutáneo.
- Análisis de sangre. Es posible que te extraigan una cantidad pequeña de sangre para evaluar en un laboratorio en busca de bacterias de ántrax.
- Rayos X o tomografía computarizada del tórax. El médico puede solicitarte rayos X o una Tomografía computarizada del tórax para ayudar a diagnosticar ántrax por inhalación.
- Análisis de heces. Para diagnosticar el ántrax gastrointestinal, el médico puede analizar una muestra de tus heces en busca de bacterias del ántrax.
- Punción lumbar. En esta prueba, el médico inserta una aguja en el canal espinal y extrae una cantidad pequeña de líquido. Se recomienda una punción lumbar cada vez que los médicos sospechan la existencia de ántrax sistémico, ántrax no cutáneo, debido a la posibilidad de meningitis.
Tratamiento
El tratamiento estándar para el ántrax es con antibióticos y, en algunos casos, con antitoxinas. La selección del antibiótico específico dependerá de varios factores, como la necesidad de tratar a muchas personas. El antibiótico o la combinación de ellos que sean más eficaces para ti y la duración del tratamiento dependerán de cómo te infectaste con el ántrax, tu edad, tu salud en general y otros problemas. El tratamiento es más eficaz cuanto antes se inicie.
Desde los ataques de 2001 en los Estados Unidos, los investigadores han desarrollado terapias con antitoxinas -raxibacumab y obiltoxaximab- para el ántrax por inhalación. En lugar de ir tras las bacterias que causan la enfermedad, estos medicamentos ayudan a eliminar las toxinas causadas por la infección. La inmunoglobulina del ántrax también puede utilizarse para neutralizar las toxinas. Estos medicamentos se administran además de los antibióticos y están disponibles para los médicos a través de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Algunos casos de ántrax por inyección han sido tratados con éxito mediante la eliminación quirúrgica del tejido infectado.
A pesar de que algunos casos de ántrax responden a los antibióticos, el ántrax por inhalación puede que no responda. En las etapas tardías de la enfermedad, las bacterias frecuentemente han producido más toxinas que las que los medicamentos pueden eliminar.
Junto con los antibióticos, las personas con ántrax pueden ser tratadas con cuidados intensivos de apoyo incluidos los respiradores, líquidos y medicamentos para ajustar los vasos sanguíneos y elevar la presión arterial (vasopresores).
Preparación para la consulta
Los síntomas del ántrax a menudo aparecen repentinamente y pueden ser muy graves. Si sabes que has estado en contacto con ántrax o manifiestas síntomas después de una posible exposición, concurre de inmediato a la sala de emergencias.
Si tienes tiempo, antes de concurrir procede de la siguiente forma:
- Anota cualquier síntoma que tengas, incluso los que parezcan no tener relación con la exposición al ántrax.
- Anota tu información personal más importante. ¿Viajaste recientemente a alguna parte del mundo donde el ántrax es endémico? ¿Estás en contacto con rebaños, animales de caza o el cuero de animales en tu trabajo o durante tus pasatiempos?
- Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que tomes.
- Si es posible, pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. A veces, puede ser difícil recordar toda la información que te brindan en el hospital o durante una cita. La persona que te acompañe podría recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado.
- Escribe preguntas para hacerle al médico. Por ejemplo, si te diagnostican ántrax, es probable que quieras informarte sobre la vía de infección, el tratamiento propuesto y el pronóstico.