Hola. Me llamo Joe Murray. Soy gastroenterólogo en Mayo Clinic en Rochester, Minnesota. Hoy hablaré de la enfermedad celíaca. La enfermedad celíaca es una afección que afecta principalmente al intestino delgado. Es una reacción a las proteínas del trigo, la cebada y el centeno, que a veces se denominan “gluten”. ¿Qué significa esto? Seguramente has oído hablar del gluten en los medios o has leído sobre esto en revistas. El gluten, como proteína, causa daño cuando entra en contacto con el intestino de alguien que padece la enfermedad celíaca. Este daño, que es el resultado de que nuestro cuerpo rechace el gluten, provoca daños en las vellosidades. Las vellosidades son pequeñas protuberancias en forma de dedos que recubren el intestino delgado. Cuando esto ocurre, al menos al principio, no se detectan síntomas. Esto puede seguir así durante muchos años. Una persona puede tener la enfermedad celíaca, no saber que la tiene y básicamente no tener síntomas. Sin embargo, con el tiempo, puede empezar a presentar problemas. El problema más frecuente es la falta de absorción de nutrientes, en particular del hierro. La anemia por deficiencia de hierro es una de las consecuencias más comunes de esta enfermedad. Lo peculiar es que la persona padece anemia y, luego, se administra hierro en exceso para intentar tratarla. Es posible que tampoco sea capaz de absorberlo. A menudo, este es el primer indicio de que alguien padece esta enfermedad. Si empeora, puede causar diarrea, pérdida de peso, dolor abdominal, hinchazón, gases, lo que llamamos flatulencia, y distensión abdominal, en especial después de las comidas. En el caso de los niños, puede afectar su crecimiento y su desarrollo.
Antes, esta enfermedad se consideraba muy poco frecuente, pero en los últimos 10 o 15 años se ha vuelto bastante común. Ahora se diagnostica 20 veces más que hace 30 años. ¿Por qué sucede esto? No tenemos la respuesta. Algunos piensan que se debe a un cambio en la alimentación o en los tipos de alimentos que consumimos. En realidad, no sabemos por qué se ha producido este aumento. Este aumento es paralelo a otras enfermedades inmunitarias, como la diabetes tipo 1 y los trastornos de alergia.
¿Cómo detectamos esta enfermedad y cómo se diagnostica? La primera prueba suele ser un análisis de sangre. Hay anticuerpos que se pueden detectar en la sangre mediante un simple análisis de sangre. Si esos anticuerpos son positivos, esto indica una gran posibilidad de enfermedad celíaca. El paciente suele ser remitido a un gastroenterólogo, que realizará una endoscopia, en la que se introduce un tubo en el intestino delgado y se toman muestras de tejido pequeñas para analizarlas. Así se suele confirmar el diagnóstico. Si bien esto suena bastante simple, puede ser complicado. Es complicado, en especial, si alguien reduce o elimina el gluten de la dieta antes del análisis. Esto puede ser un gran desafío, porque los análisis de sangre pueden obtener resultados negativos, y la biopsia puede normalizarse. Entonces, ¿qué hacemos en estos casos? Si el paciente ha seguido una dieta sin gluten durante un año o más, es probable que los análisis de sangre no sean útiles. Incluso es posible que una biopsia tampoco sea útil en estos casos. Entonces, hacemos una prueba genética. Esta prueba genética es muy útil si la persona no tiene los genes de la enfermedad celíaca. Si la persona no tiene esos genes, esto significa que la enfermedad es muy poco probable y, entonces, se debería remitir al paciente y al médico a otro especialista. Si la persona es portadora de los genes de la enfermedad celíaca, esto no significa que tenga la enfermedad, pero sí que es posible. En este caso, a menudo hacemos lo que se llama una “prueba de gluten”, en la que volvemos a introducir el gluten en la dieta del paciente para comprobar si se presentan síntomas, si hay anormalidades en los análisis de sangre y, en última instancia, si podemos comprobarlo con biopsias que indiquen daños en el intestino.
¿Cuántas personas tienen esta enfermedad? Es posible que una de cada cien personas tenga esta enfermedad. Las cifras varían un poco. En algunas partes del mundo hay más y en otras menos. En los Estados Unidos, hay más casos de enfermedad celíaca en la parte norte que en los estados del sur. No sabemos a qué se debe esto, pero es paralelo a otros trastornos inmunitarios. Por ejemplo, la esclerosis múltiple parece ser más frecuente en los estados del norte que en los del sur.
¿Existen complicaciones de esta afección? Puede haberlas. No se trata solo de los síntomas que he mencionado, como la anemia y los síntomas gastrointestinales o digestivos. También puede haber complicaciones que pueden afectar la salud de los huesos. A veces, algunas personas se presentan con lo que aquí llamamos “fracturas por fragilidad ósea”, por osteoporosis o por un reblandecimiento óseo, conocido como osteomalacia. En muy pocos casos, puede aumentar el riesgo de ciertas neoplasias poco frecuentes, como el linfoma o los cánceres del intestino delgado. No se trata de una enfermedad insignificante y no debe confundirse con las personas que simplemente evitan el gluten por razones de estilo de vida. La enfermedad celíaca no es eso. La enfermedad celíaca puede ser una enfermedad grave que causa lesiones importantes en el tubo digestivo y más allá del tubo digestivo.
Es posible que el mayor desafío relacionado con la enfermedad celíaca sean las personas que no tienen ningún problema digestivo. Se presentan con problemas como infertilidad, sarpullidos, úlceras en la boca recurrentes, caída del pelo o problemas óseos. Hemos hablado de síntomas de fatiga crónica que no son en absoluto específicos de la enfermedad celíaca, pero a menudo pueden ser una consecuencia importante de esta afección oculta. Gracias por tu atención.