Dr. Waleed Gibreel: Cuando consideras el efecto que tienes sobre esos niños, sencillamente es algo que va más allá de lo imaginable. Es muy gratificante.
La reconstrucción de las orejas aborda una amplia gama de diferencias congénitas, que podrían abarcar desde una oreja completamente desarrollada pero deforme, hasta la ausencia congénita de todo el oído externo.
Dr. Samir Mardini : La deformidad de la oreja es un campo muy especializado que deben tratarlo los verdaderos expertos, porque tienen la habilidad y la paciencia para tratar quirúrgicamente a ese paciente.
Dr. Waleed Gibreel: Contamos con diferentes modalidades de tratamiento, desde algo que no es quirúrgico, como el moldeado del oído externo, hasta el tratamiento quirúrgico, que comprende la reconstrucción de todo el oído externo. Esta técnica es una forma más moderna para la reconstrucción de la oreja mediate un implante.
El primer paso es asegurarse de comprender la forma, el ancho, el largo y las dimensiones completas de la oreja como ayuda para construir en el lado anómalo una oreja que coincida con la del lado normal.
Utilizamos un implante de polietileno poroso. Dicho implante permite la infiltración de los líquidos y tejidos a través de este. El implante está cubierto por un tejido muy delgado que se extrae de debajo del cuero cabelludo. La estructura completa se cubre con un injerto de piel que se obtiene de otras partes del cuerpo.
Es una cirugía de una etapa. Se realiza de forma ambulatoria. Una de las cosas fascinantes que tenemos en Mayo Clinic es que todos los proveedores de atención médica están en un solo lugar. De manera que la comunicación es muy sencilla y la coordinación del cuidado se simplifica, lo que garantiza una atención médica óptima para estos pacientes.
Dr. Samir Mardini : Existen muy pocos centros en el país y en el mundo que tienen conocimiento especializado en el tratamiento de ese grupo de pacientes.
Dr. Waleed Gibreel: El aspecto más importante de esta técnica, que considero lo más atrayente, es que la cirugía puede hacerse en niños pequeños de alrededor de tres años. Los niños no tienen que sufrir porque viven sin una oreja durante los primeros años de la infancia.