Dr. Manpreet S. Mundi, Nutrición Parenteral y Enteral Domiciliaria, Mayo Clinic: Soy el director médico del programa de nutrición enteral domiciliaria, y prácticamente superviso todo el programa, que está compuesto por una combinación de miembros del personal de enfermería, dietistas y médicos que tienen experiencia en el ámbito de la nutrición. Nuestro trabajo consiste en ver a los pacientes antes de que consideren la alimentación por sonda y hablar con ellos sobre las ventajas y desventajas de lo que implica todo este proceso. De esta forma, pueden tomar una decisión informada y, cuando lo hacen, siguen adelante con la colocación de la sonda. Por lo general, estas sondas se colocan en el abdomen. Luego, los vemos una vez finalizado el procedimiento y les damos instrucciones para la primera vez que deban alimentarse por la sonda. Cuando estamos bastante seguros de que son capaces de hacerlo en casa, continúan el proceso en sus hogares. Después, hacemos un seguimiento a domicilio. Solemos llamarlos entre 24 y 48 horas después. Una semana después nos volvemos a contactar, y hacemos lo mismo seis semanas más tarde. Muchos de nuestros pacientes creen que esto es excesivo, pero gracias a este proceso completo, hemos podido detectar muchas complicaciones y problemas que pueden surgir y que realmente podrían derivar en otras complicaciones o llevar a que el paciente se frustre e incluso que tenga que visitar la sala de emergencias en medio de la noche. Creemos que con el programa que hemos desarrollado podemos prevenir muchas de estas situaciones y brindar atención médica de alta calidad.
Algunas de las complicaciones más frecuentes son cosas como infecciones. Otras pueden desarrollarse en el lugar donde se inserta la sonda, por ejemplo, la aparición de tejido de granulación. Algunas complicaciones son poco frecuentes, como el dolor abdominal debido a un tope incrustado. En el extremo de las sondas hay un tope que, en ocasiones, si está demasiado apretado, puede causar problemas en esa zona. Estas son las complicaciones más frecuentes. En nutrición, también trabajamos en estrecha colaboración con los dietistas para supervisar y garantizar que la fórmula es la correcta. Por ejemplo, si a un paciente se le da una fórmula que no contiene fibra, es posible que tenga diarrea u otros problemas, en cuyo caso lo llamaríamos para cambiarle la fórmula. Trabajamos en todos estos problemas para asegurarnos de que los pacientes estén bien.
Estas sondas pueden colocarse de diversas maneras, por ello, en Mayo Clinic contamos con tres departamentos diferentes que se encargan de esto. La manera más común suele ser la utilizada por nuestros gastroenterólogos: introducen un endoscopio por la boca para iluminar el estómago o, a veces, los intestinos y luego colocan la sonda por esa vía. El equipo de radiología intervencionista también coloca sondas: usan un escáner de tomografía computarizada para ver la zona o hacen una cirugía. Nuestros cirujanos de tórax, así como otros cirujanos, también pueden colocar las sondas: la idea principal del procedimiento es que hay algo que impide que el paciente sea capaz de comer con seguridad y por lo tanto se intenta evitar la boca y el esófago para directamente llegar al estómago o los intestinos y proporcionar el alimento.
Una de las razones más comunes por las que los pacientes reciben una sonda es un accidente cerebrovascular. No es posible para estas personas proteger las vías respiratorias, por lo que corren un gran peligro de aspirar al comer y que el alimento vaya a los pulmones y provoque una neumonía que puede ser muy grave. Otras causas comunes son el cáncer de garganta y el cáncer de boca. En estos casos, los pacientes no son capaces de comer, se han sometido a una cirugía importante debido a un cáncer o han recibido radioterapia, que es otra de las causas comunes. Por tanto, es posible que sientan dolor intenso al ingerir una pequeña cantidad de alimento y ya no puedan ni siquiera beber agua, así que optamos por darles alimentos a través del estómago hasta que terminen la radioterapia.