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Los deportes de otoño son furor en muchas escuelas.
Todos los niños corren el riesgo de sufrir una conmoción cerebral, especialmente cuando practican deportes de contacto.
“Una conmoción cerebral ocurre cuando hay una fuerza que se transmite al cerebro”.
La especialista en medicina del deporte Dra. Jennifer Maynard ayudó a iniciar un programa de evaluación previa a una conmoción en Mayo Clinic.
“Sigue mi dedo”.
Antes de que los atletas comiencen, pasan por pruebas para determinar qué es normal. Luego, si tienen una conmoción cerebral, son evaluados de nuevo y no pueden volver a jugar hasta que los puntajes de las pruebas regresen a los valores iniciales.
“En caso de duda, retíralos del juego, porque no debes ponerlos en riesgo de sufrir una lesión posterior que podría ocasionar efectos más duraderos”.
Entre los síntomas de conmoción cerebral se incluyen dolor de cabeza, visión borrosa, confusión, problemas de equilibrio, trastornos del sueño y problemas emocionales, como ansiedad y tristeza. Si sospechas que el niño sufrió una conmoción cerebral, retíralo del juego y realiza un seguimiento con un profesional de salud.
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