Para evitar que el pollo se cocine en exceso, inserta un termómetro para carnes en la parte más gruesa de la pechuga. Calienta el horno a 165 °F (75 °C).
Calienta el horno a 375 °C (190 °C). Rocía ligeramente una fuente o una bandeja de horno con aceite en aerosol o aceite de oliva.
En un bol mediano, mezcla las pechugas de pollo, el vinagre, el azúcar morena, el aceite, el pimentón, el tomillo, la sal y la mostaza. Cubre las pechugas con la ayuda de una pinza. Marina las pechugas de pollo durante al menos 20 minutos en el refrigerador.
Coloca las pechugas de pollo marinadas en la bandeja de horno y hornéalas durante 15 minutos o hasta que el pollo tenga una temperatura interna de 165 °F (75 °C). Rocía cada pechuga con 1 cucharada de queso y sirve.
Creada por el cocinero ejecutivo para el bienestar y los dietistas matriculados del Healthy Living Program (Programa para una Vida Saludable) de Mayo Clinic.
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