Diagnóstico
Cuando consultas a un oftalmólogo, que es un especialista en la visión, este probablemente lleve a cabo un examen completo de la vista y recopile tu historial médico completo. El examen de la vista suele incluir lo siguiente:
- Evaluación de la visión (con tus anteojos si los usas habitualmente) y la reacción de las pupilas a la luz.
- Tonometría. La tonometría mide la presión dentro del ojo (presión intraocular). Para esta prueba se pueden utilizar gotas anestésicas para los ojos.
- Examen con lámpara de hendidura. Una lámpara de hendidura es un microscopio que amplía e ilumina la parte frontal del ojo con un haz de luz intenso. Esta evaluación es necesaria para identificar células inflamatorias microscópicas en la parte frontal del ojo.
- Oftalmoscopia. Este examen, también conocido como exploración del fondo de ojo, consiste en dilatar la pupila con gotas para los ojos e iluminar la parte posterior del ojo con una luz brillante para examinarla.
El médico también puede recomendarte lo siguiente:
- Fotografía a color de la retina, que es el interior del ojo.
- Imágenes por tomografía de coherencia óptica. Esta prueba muestra la retina y la coroides para detectar hinchazón en estas capas.
- Angiografía con fluoresceína o angiografía con verde de indocianina. Estas pruebas requieren la colocación de un catéter intravenoso en una vena del brazo para administrar una sustancia de contraste. La sustancia de contraste llegará a los vasos sanguíneos de los ojos y permitirá fotografiar los vasos sanguíneos inflamados dentro de los ojos.
- Análisis del líquido acuoso o vítreo del ojo.
- Análisis de sangre.
- Pruebas por imágenes, radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética.
Si el oftalmólogo cree que la causa de la uveítis puede ser una afección subyacente, es posible que te remita a otro médico para que te realice un examen médico general y análisis de laboratorio.
A veces, es difícil encontrar una causa específica para la uveítis. Incluso si no se identifica una causa específica, la uveítis puede tratarse con éxito. En la mayoría de los casos, la identificación de la causa de la uveítis no deriva en la cura. Sigue siendo necesario utilizar algún tipo de tratamiento para controlar la hinchazón.
Tratamiento
Si la uveítis es causada por una afección subyacente, el tratamiento puede centrarse en esa enfermedad. En general, el tratamiento de la uveítis es el mismo, independientemente de la causa, siempre y cuando no sea infecciosa. El objetivo del tratamiento es reducir la hinchazón en el ojo, y en otras partes del cuerpo, si está presente. En algunos casos, el tratamiento puede ser necesario durante meses o años. Existen varias opciones de tratamiento.
Medicamentos
- Medicamentos que reducen la inflamación. El médico puede recetarte, en primer lugar, gotas para los ojos con un medicamento antiinflamatorio, como un corticoide. Las gotas para los ojos no suelen ser suficientes para tratar la inflamación más allá de la parte frontal del ojo, por lo que puede ser necesaria una inyección de corticoides en el ojo o alrededor de él, o bien tabletas con corticoides (por vía oral).
- Medicamentos que controlan los espasmos. Se pueden recetar gotas para los ojos que dilatan la pupila para controlar los espasmos en el iris y el cuerpo ciliar, lo que puede ayudar a aliviar el dolor ocular.
- Medicamentos que combaten bacterias o virus. Si la uveítis se produce a causa de una infección, el médico puede recetarte antibióticos, medicamentos antivirales o de otro tipo, con corticoides o sin ellos, para controlar la infección.
- Medicamentos que afectan el sistema inmunitario o que destruyen células. Es posible que necesites medicamentos antirrechazo si la uveítis afecta ambos ojos, no responde bien a los corticoides o se vuelve lo suficientemente grave como para poner en riesgo tu visión.
Algunos de estos medicamentos pueden tener efectos secundarios graves relacionados con los ojos, como glaucoma y cataratas. Los medicamentos administrados por vía oral o inyectables pueden tener efectos secundarios en otras partes del cuerpo fuera de los ojos. Es posible que tengas que visitar al médico con frecuencia para hacerte análisis de sangre y exámenes de seguimiento.
Intervención quirúrgica u otros procedimientos
- Vitrectomía. La cirugía para extraer parte del vítreo del ojo se utiliza con muy poca frecuencia para diagnosticar o controlar la afección.
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Implante liberador de medicamentos. En el caso de las personas que tienen uveítis posterior difícil de tratar, una opción de tratamiento puede ser el implante de un dispositivo en el ojo. Este dispositivo libera lentamente corticoides en el ojo durante meses o años, según el implante que se utilice.
Este tratamiento generalmente hace que se desarrollen cataratas en las personas que aún no se han sometido a una cirugía para esta afección. Hasta el 30 % de los pacientes también necesitarán tratamiento para la presión ocular elevada o glaucoma.
La velocidad de tu recuperación dependerá, en parte, del tipo de uveítis y de la gravedad de los síntomas que tengas. La uveítis que afecta la parte posterior del ojo (uveítis posterior o panuveítis, incluida la retinitis o coroiditis) tiende a curarse más lentamente que la uveítis en la parte frontal del ojo (iritis o uveítis anterior). La inflamación grave tarda más en mejorar que la inflamación leve.
La uveítis puede volver a aparecer. Solicita una cita con el médico si alguno de tus síntomas vuelve a aparecer o empeora.
Preparación para la consulta
Los síntomas pueden llevarte a pedir una cita con el médico de atención primaria. Es posible que te remitan a oftalmólogo, que es un médico especialista en trastornos de los ojos.
A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte para la cita y a saber qué puedes esperar del médico.
Qué puedes hacer
- Haz una lista de tus síntomas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita.
- Haz una lista de la información personal clave, que comprenda enfermedades o traumatismos de importancia o cambios recientes en tu vida.
- Lleva una lista de todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que estés tomando.
- Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una cita. La persona que te acompañe podría recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado. Además, quien te acompañe puede llevarte a la cita, especialmente si los síntomas no te dejan ver bien.
- Prepara una lista de preguntas para hacerle al médico.
Preparar una lista de preguntas puede ayudarte a abordar todos los puntos que te resultan importantes. En el caso de uveítis, algunas preguntas básicas son:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis problemas oculares?
- ¿Qué otro factor podría estar causando los síntomas?
- ¿Qué clase de pruebas necesito hacerme? ¿Estas pruebas requieren alguna preparación especial?
- ¿La uveítis es temporal o de larga duración?
- ¿Perderé la vista?
- ¿Cuáles son los tratamientos disponibles y cuál me recomienda?
- ¿Qué tipos de efectos secundarios suele ocasionar el tratamiento?
- ¿Hay algo que pueda hacer para evitar que esto me vuelva a suceder?
- Tengo otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
- ¿Tiene algún folleto u otro material que pueda llevarme?
- ¿Qué sitios web me recomienda?
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga preguntas como las siguientes:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas? ¿Empeoraron?
- ¿Existe algo que haga que mejoren los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?
- ¿Alguna vez tuviste uveítis?
- ¿Tienes algún otro problema de salud?
- ¿Tienes artritis?
- ¿Tienes problemas de espalda?
- ¿Tuviste erupciones cutáneas hace poco?
- ¿Tuviste llagas abiertas en la boca o en los genitales?
- ¿Tuviste alguna infección de las vías respiratorias altas o síntomas de resfriado hace poco?