Muchas veces, no lo sabemos. Sabemos exactamente lo que sucede en las células. Podemos ver que atraviesan un cambio genético, lo que hace que crezcan más rápido de lo que deberían y que vivan más tiempo del previsto, acumulándose lentamente en el cuerpo a medida que pasa el tiempo. Pero no siempre sabemos cuál es la causa de ese cambio genético.
No es una enfermedad hereditaria, aunque los miembros de una misma familia pueden ser más susceptibles a padecerla. Sin embargo, creemos que hay algunos genes de susceptibilidad que pueden conllevar el riesgo de tener más probabilidades de tener un linfoma. Pero eso requiere que ocurra algo más, como una exposición a toxinas o virus, entre otros.
Es importante reconocer cuáles son los objetivos del tratamiento. Los linfomas de grado bajo tienen la ventaja de que pueden tardar mucho tiempo en causar algún síntoma y, por ende, en suponer un riesgo para la salud del paciente. Sin embargo, no contamos con un tratamiento curativo inmediato para el cáncer. Por eso, queremos sopesar los posibles riesgos y efectos secundarios que conlleva el tratamiento en comparación con los riesgos y efectos secundarios del cáncer. Si padeces un tipo de cáncer de grado muy bajo, que crece muy lentamente y que no causa síntomas, es posible que aplacemos el tratamiento y lo iniciemos únicamente cuando realmente sea necesario.
Asimismo, es importante saber que la quimioterapia puede incluir dos componentes: la quimioterapia, o medicamentos que atacan el cáncer, y la inmunoterapia, o tratamientos con anticuerpos que atacan las proteínas que están en el exterior de las células del cáncer o del linfoma. El objetivo de la quimioterapia es matar las células que crecen rápido, lo cual es bueno porque, muchas veces, las células linfomatosas se multiplican velozmente. Sin embargo, el problema es que las células sanas también pueden crecer muy rápido. Como ya mencioné, la inmunoterapia bloquea o ataca las proteínas que se encuentran fuera de las células. Pero algunas células linfomatosas tienen las mismas proteínas que ciertas células sanas. Por ende, debido a que dichas células pueden agotarse, uno de los posibles efectos secundarios del tratamiento es la supresión del sistema inmunitario.
Me encantaría que eso fuera cierto. Lamentablemente, no es exactamente correcto. No hay ningún tratamiento o programa de ejercicios que ataque o persiga las células linfomatosas de manera directa. Sin embargo, con una alimentación equilibrada saludable y equilibrada y un buen programa de ejercicios, generalmente, se pueden mejorar el bienestar general y la función del sistema inmunitario, lo que te permitirá tolerar la quimioterapia y luchar contra el cáncer de manera más eficaz. La buena noticia es que, según muchos estudios, un paciente sano y en buena forma tiene mejores resultados cuando recibe tratamiento para el linfoma. Eso es una gran motivación para que te mantengas saludable al llevar una buena alimentación y hacer ejercicio con regularidad.
Obtén la mayor cantidad de información posible. Reúnete con el médico, el enfermero especializado, el asociado médico y otros miembros del equipo para hacerles preguntas. El objetivo para el futuro es que obtengas los mejores resultados posibles. Por lo tanto, ese intercambio de información con tu equipo es fundamental para lograr los mejores resultados que podríamos esperar.