Un paciente con cáncer de riñón agradecido explica su experiencia en Mayo Clinic, desde la confirmación de un gran tumor en el riñón derecho hasta la extirpación quirúrgica del riñón (nefrectomía) y la atención de seguimiento.
Un paciente agradecido: Mi mujer insistió en que fuéramos a Mayo. Ese médico hizo los arreglos para una gammagrafía ósea y otra cerebral. Mientras esperábamos los resultados, intentaba ponerse en contacto… Dijo que tenía un amigo que trabajaba en el consultorio del Dr. Leibovich. Me pasé todo el fin de semana intentando contactar con él. El lunes por la mañana, me llamaron de Mayo para ver a qué hora quería una cita para el martes por la mañana. Así que tuvimos el diagnóstico el miércoles… el martes. Creo que fue un martes. Tuvimos el diagnóstico un martes y el martes siguiente ya estábamos aquí con las citas.
Después de que me diagnosticaran, probablemente los primeros diez días o dos semanas estuve bastante deprimido, como supongo que le ocurre a la mayoría de la gente. Llegamos aquí. Nos reunimos con el Dr. Leibovich. Dijo: "Bueno, primero y antes que nada, ¿qué te ha dicho tu médico?". Así que le contamos la historia. El médico local, la cara triste, todo eso. Dijo: "Bueno, déjame que te diga que tienes un tumor grande, pero los he visto de mucho más tamaño. Tus médicos locales ven esto dos o tres veces al año. Pero yo lo veo todos los días". Eso te hace sentir muy a gusto. Congeniamos desde el primer momento. Cuando volvimos a casa, decidí y, de hecho, empecé a escribir un libro que se llamaba "Es lo que hay". Sin embargo, lo dejé un poco de lado. Pero decidí que no iba a dejar que me entristeciera porque la única forma de que el cáncer te venza es si te rindes ante él. Y entonces me dije: "Voy a vivir como soy". Me dije: "Aunque esto termine matándome, no va a vencerme. Seré quien soy, viviré como soy. Es lo que hay". Tengo los mejores médicos. Lo único que puedo hacer es encontrar a los mejores médicos, cosa que creemos haber hecho. Al estar en Mayo, pensamos que son los mejores médicos del mundo. Más allá de eso, está en manos de Dios. No tengo ningún control sobre eso. Así que dejé de preocuparme por ello al cabo de unos diez días o dos semanas. Volví al trabajo.
Hablamos, cuando llegamos aquí, sobre la cirugía. El Dr. Leibovich no parecía tener mucha prisa por hacerla. Trabajamos con Oncología, con la Dra. Dronca, y pensaron que debíamos probar medicamentos y averiguar cuál funcionaría. Porque si sabes qué medicamento va a funcionar antes de operarte, cuando salgas de la cirugía no tendrás que pasar mucho tiempo averiguando cuál dará resultado y podrás reanudarlos enseguida. Primero hicimos dos ciclos de Sutent y parecía que lo mantenía todo estable. Seguimos adelante e hicimos la cirugía, en la que tuvieron que extirparme el riñón derecho, como el 75 % de una de las glándulas suprarrenales, el 70 % de la glándula suprarrenal izquierda, tejido adiposo alrededor del riñón y 28 ganglios linfáticos. El Dr. Leibovich envió los ganglios linfáticos a Patología y recibió los resultados antes de cerrar la herida: no estaba en los ganglios linfáticos. Sigue en los pulmones y es contra lo que estamos luchando ahora. Pero cerró la herida. Poco después de salir del quirófano, me dijeron: "Cuanto antes te levantes y empieces a andar, antes te irás a casa". Dije: "Échame una mano y salgamos de esta cama". Me operaron el jueves y el lunes estaba en casa. Cuatro semanas después de la cirugía, volvimos para las exploraciones de seguimiento. En ese momento dijeron que, al haber desaparecido todos los tumores, el sistema inmunitario se había puesto en marcha y las manchas de los pulmones ya habían empezado a reducirse, incluso sin el medicamento. Ahora me han vuelto a hacer una exploración a los tres meses y me dijeron que las manchas son cada vez más pequeñas. Siguen reduciéndose y es posible que algunas ya hayan desaparecido.
Congenié con el Dr. Leibovich enseguida. En realidad, no sé qué fue lo que realmente me dio la idea, pero le dije que, si todo salía bien, me tatuaría su nombre en la espalda. Después del cáncer de riñón, después de la cirugía y todo eso, decidí seguir adelante y conseguir la cinta del cáncer de riñón y, en ella está la fecha de mi diagnóstico. En el otro lado de la cinta, dice "Remisión", con la fecha en blanco. Debajo dice "Tumores extirpados por el Dr. Brad Leibovich". Mi mayor preocupación era que escribieran bien su nombre. Cuando te haces un tatuaje, es algo personal. Significa algo para ti y es genial compartirlo con el Dr. Leibovich y ustedes.