Diagnóstico
Para diagnosticar el trastorno explosivo intermitente y descartar otras afecciones que podrían causar tus síntomas, es probable que el profesional de atención médica realice lo siguiente:
- Te haga un examen físico. Esto puede realizarse para tratar de descartar problemas físicos o el consumo de alcohol o drogas que podrían aumentar o causar tus síntomas. La exploración puede constar de análisis de laboratorio.
- Te haga una evaluación de salud mental. Hablarás con el profesional de atención médica sobre tus síntomas, pensamientos, sentimientos y comportamiento.
Tratamiento
No existe un solo tratamiento que sea el mejor para todas las personas con trastorno explosivo intermitente. Por lo general, el tratamiento puede incluir terapia de conversación, o psicoterapia, y medicamentos.
Psicoterapia
Las sesiones de terapia individual o grupal enfocadas en desarrollar habilidades pueden ser útiles. La terapia cognitivo conductual, un tipo de terapia que se utiliza comúnmente, ayuda a las personas con trastorno explosivo intermitente en lo siguiente:
- Identificar los factores desencadenantes. Aprender qué situaciones o comportamientos pueden desencadenar una respuesta agresiva.
- Practicar técnicas de relajación. El uso regular de respiración profunda, imágenes de relajación o yoga puede ayudarte a mantener la calma.
- Desarrollar nuevas formas de pensar. También conocida como reestructuración cognitiva, implica adquirir la capacidad de pensar en una situación frustrante de maneras nuevas o diferentes. Para hacerlo, se requiere la ayuda de un profesional que te enseñe a identificar los pensamientos y las expectativas que no son razonables y a cambiarlos para que sean más realistas. Estas técnicas pueden mejorar la forma en que ves un hecho y reaccionas ante este.
- Usar la resolución de problemas. Se trata de planificar formas de resolver un problema frustrante mediante la asertividad, sin recurrir a la agresividad. Aunque no puedas resolver el problema de inmediato, tener un plan puede volver a centrar tu energía.
- Aprender formas de mejorar la comunicación. Escucha el mensaje que la otra persona intenta compartir. Luego, piensa cuál es la mejor respuesta que puedes darle, en lugar de decir lo primero que se te venga a la mente.
Entre una sesión de terapia y la siguiente, practica de forma regular las habilidades que aprendas.
Medicamentos
Existen distintos tipos de medicamentos que pueden ayudar a tratar el trastorno explosivo intermitente. Entre ellos, se encuentran ciertos antidepresivos; por lo general, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Si es necesario, se pueden usar estabilizadores del estado de ánimo anticonvulsivos u otros medicamentos.
Algunas personas deben tomar medicamentos durante mucho tiempo para prevenir estos arrebatos.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Controlar la ira.
Como parte del tratamiento, se puede incluir lo siguiente:
- Cambiar el comportamiento problemático aprendido. Lidiar bien con la ira es un comportamiento aprendido. Practica las habilidades que aprendes en terapia para que puedas reconocer qué desencadena tus arrebatos y cómo reaccionar de maneras que funcionen a tu favor y no en tu contra.
- Armar un plan. Trabaja con el médico o profesional de la salud mental para desarrollar un plan de acción para cuando te sientas enojado. Por ejemplo, si crees que podrías perder el control, intenta alejarte de esa situación. Sal a caminar o llama a un amigo de confianza para intentar calmarte.
- Mejorar el autocuidado. Dormir bien por la noche, hacer ejercicio y practicar el manejo del estrés cada día puede ayudar a mejorar la tolerancia a la frustración.
- Evitar el alcohol o las drogas ilegales. Estas pueden aumentar la agresividad y el riesgo de arrebatos explosivos.
Si tu ser querido no quiere recibir ayuda
Desafortunadamente, algunas personas con trastorno explosivo intermitente no buscan tratamiento. Si estás en una relación con alguien que tiene trastorno explosivo intermitente, debes tomar medidas para protegerte y proteger a tus hijos y mascotas. El abuso no es tu culpa. Nadie merece que lo maltraten.
Crear un plan de escape para mantenerse a salvo de la violencia doméstica.
Si ves que la situación empeora y sospechas que tu ser querido podría estar al borde de un episodio explosivo, intenta retirarte y sacar a tus hijos de la escena de manera segura. No obstante, dejar a alguien con un temperamento explosivo puede ser peligroso. Una buena idea es hacer un plan con anticipación.
Considera seguir estos pasos antes de que surja una emergencia:
- Comunícate con una línea directa para la violencia doméstica o con un refugio para que te brinden asesoramiento. Hazlo cuando el agresor no esté en casa o desde la casa de un amigo.
- Mantén todas las armas de fuego bajo llave u ocultas. No le des al abusador la llave ni la combinación de la cerradura.
- Empaca un bolso de emergencia con los elementos que necesitarás cuando te vayas. Incluye artículos como ropa extra, llaves, papeles personales, medicamentos y dinero. Escóndelo o déjalo en la casa de un amigo o vecino de confianza.
- Informa a un vecino o amigo de confianza que sufres violencia para que pueda pedir ayuda si está preocupado.
- Debes saber adónde irás y cómo llegarás allí si te sientes amenazado, incluso si tienes que irte en medio de la noche. Recomendamos que practiques cómo salir de tu casa de forma segura.
- Inventa una palabra clave o una señal visual para usar en caso de que necesites a la policía. Compártela con tus amigos, familiares e hijos.
Obtén ayuda para protegerte de la violencia doméstica
Estos recursos pueden ser útiles:
- Policía. En caso de emergencia, llama al 911, al número local de emergencias o a las autoridades locales de cumplimiento de la ley.
- Tu equipo de atención médica o el Departamento de Emergencias del hospital. Si estás herido, los profesionales de atención médica pueden tratarte y documentar las lesiones. Pueden brindarte información sobre los recursos locales que podrían ayudarte a estar seguro.
- Línea directa nacional para la violencia doméstica: 1-800-799-SAFE (1-800-799-7233). Esta línea directa puede utilizarse para la intervención en crisis y para la remisión a recursos, como refugios, asesoramiento y grupos de apoyo.
- Un refugio local para víctimas de violencia doméstica o un centro de crisis. Los refugios y los centros de crisis, por lo general, brindan refugio de emergencia las 24 horas. También suelen contar con miembros del personal que brindan asesoramiento sobre asuntos legales y servicios de defensa y apoyo.
- Un centro para el asesoramiento o la salud mental. Muchas comunidades ofrecen asesoramiento psicológico y grupos de apoyo para personas que tienen relaciones abusivas.
- Un tribunal local. El tribunal local puede ayudarte a obtener una orden de restricción que obliga legalmente al agresor a mantenerse alejado de ti o, de lo contrario, lo arrestarán. Es posible que haya defensores locales disponibles para guiarte a través del proceso. También puedes presentar cargos por agresión o de otro tipo cuando sea necesario.
Preparación para la consulta
Si estás preocupado porque tienes arrebatos emocionales repetidos, habla con tu médico u otro profesional de atención médica. O solicita una cita con un profesional de la salud mental especializado en el tratamiento de trastornos emocionales, como un psiquiatra, un psicólogo o un trabajador social. A continuación, se presenta información que te ayudará a aprovechar al máximo tu cita.
Lo que puedes hacer
Antes de la cita, prepara una lista con lo siguiente:
- Los síntomas que tengas, incluso aquellos que no parecen estar relacionados con el motivo de la cita
- Información personal esencial, como situaciones muy estresantes, cambios recientes en tu vida y desencadenantes de los arrebatos
- Todos los medicamentos, vitaminas, plantas medicinales y otros suplementos que tomas actualmente, incluidas las dosis
- Preguntas para hacer Prepararte para hacer las preguntas te ayudará a aprovechar al máximo la cita.
Algunas preguntas básicas son las siguientes:
- ¿Por qué tengo estos arrebatos de enojo?
- ¿Necesitan hacerme alguna prueba?
- ¿Es esta afección temporal o crónica?
- ¿Qué tratamientos hay? ¿Cuál me recomienda?
- ¿Tiene el tratamiento efectos secundarios?
- ¿Existen otras opciones además del enfoque principal que sugiere?
- Tengo otras enfermedades. ¿Cómo puedo controlar estas afecciones de manera conjunta?
- ¿Existe alguna opción genérica al medicamento que me receta?
- ¿Cuánto tiempo tarda en funcionar la terapia?
- ¿Hay algún material impreso que me pueda llevar? ¿Qué sitios web recomienda?
No dudes en hacer otras preguntas durante la cita.
Qué esperar de tu médico
Es probable que el profesional de atención médica o de la salud mental te haga preguntas, como las siguientes:
- ¿Con qué frecuencia tienes arrebatos de enojo?
- ¿Qué desencadena los arrebatos?
- ¿Has lesionado o maltratado verbalmente a otras personas?
- ¿Dañaste alguna propiedad cuando estabas enojado?
- ¿Intentaste dañarte alguna vez?
- ¿Causaron tus arrebatos problemas con tu familia, o en la escuela o el trabajo?
- ¿Hay algo que parezca hacer que los brotes ocurran con mayor frecuencia?
- ¿Hay algo que parezca hacer que los brotes ocurran con menor frecuencia?
- ¿Hay algo que te ayude a calmarte?
- ¿A alguien más de tu familia le diagnosticaron alguna enfermedad mental?
- ¿Tuviste alguna vez una lesión en la cabeza?
- ¿Consumes actualmente alcohol, drogas u otras sustancias adictivas?
Prepárate para responder estas preguntas y ganar tiempo para hablar de lo que es más importante para ti.