Diagnóstico
Para diagnosticar la disfunción sexual femenina, el profesional de atención médica puede hacer lo siguiente:
- Analizar tus antecedentes médicos y sexuales, y tu identidad de género. Es posible que no sientas comodidad al hablar sobre estos asuntos personales. Sin embargo, tu sexualidad es una parte clave de tu bienestar. Ser abierto sobre tus antecedentes sexuales y tus problemas actuales aumenta las probabilidades de encontrar una forma de tratarlos.
- Hacerte un examen pélvico. Durante el examen, el profesional de atención médica revisa cambios físicos que pueden afectar cuánto disfrutas las relaciones sexuales. Estos pueden ser el adelgazamiento de los tejidos genitales, la formación de cicatrices o el dolor.
- Pedir análisis de sangre. Los análisis de sangre sirven para verificar si hay enfermedades que puedan formar parte de la disfunción sexual.
El profesional de atención médica también puede sugerirte que acudas a un consejero o a un terapeuta que trate problemas sexuales y de pareja.
Tratamiento
La disfunción sexual solo es un problema si te molesta. Si no te molesta, no se necesita tratamiento. Sin embargo, si tu disfunción sexual afecta tu relación con tu pareja, acudir a un consejero o a un terapeuta juntos puede ayudar.
La disfunción sexual femenina tiene muchos síntomas y causas posibles, por lo que el tratamiento varía. Debes comentarle al profesional de atención médica tus preocupaciones.
También debes saber cómo tu cuerpo responde a las relaciones sexuales y qué quieres de ellas. Esta información te ayudará a elegir un tratamiento y a saber si funciona para ti.
Con mayor frecuencia, la mejor opción es una mezcla de tratamientos que aborda problemas médicos, emocionales y de la relación.
Tratamiento no médico para la disfunción sexual femenina
Para tratar la disfunción sexual, el profesional de atención médica podría sugerirte lo siguiente:
- Habla y escucha. Necesitas hablar francamente con tu pareja para tener una buena vida sexual. Quizá no estés acostumbrado a hablar de lo que quieres. Pero aprender a hacerlo y dar tu opinión de forma que no parezca amenazante puede reforzar el vínculo de la pareja.
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Vive saludablemente. Los cambios en el estilo de vida que mejoran la salud y el bienestar también pueden ayudar a mejorar la vida sexual. Limita el consumo de alcohol. Beber demasiado puede debilitar tu respuesta al estímulo sexual. Haz actividad física. La actividad física puede proporcionarte energía y mejorar tu estado de ánimo.
Descubre formas de disminuir el estrés. Esto te ayudará a concentrarte en el acto sexual y disfrutarlo.
- Busca asesoramiento. Habla con un consejero o con un terapeuta que se dedique a tratar problemas sexuales. La terapia suele consistir en aprender sobre el propio cuerpo y las formas de estar más cerca de tu pareja.
- Usa lubricante. El lubricante vaginal podría ser útil durante las relaciones sexuales si tienes sequedad vaginal o dolor durante el coito.
- Utiliza una crema hidratante vaginal. Puedes usarla en cualquier momento para disminuir la sequedad vaginal.
- Continúa la actividad sexual. Continúa la actividad sexual en soledad o en pareja. Esto también puede disminuir el malestar vaginal, ya que incrementa el flujo de sangre a la vagina.
- Usa un dispositivo. Los dispositivos como los vibradores ayudan a llevar al orgasmo porque aumentan el flujo de sangre en el clítoris.
Tratamiento médico para la función sexual anormal en las mujeres.
El tratamiento para la disfunción sexual generalmente requiere tratar una enfermedad o un cambio hormonal. El profesional de atención médica podría indicar cambiar un medicamento que estés usando o bajar la dosis.
Entre los tratamientos para la disfunción sexual femenina se podrían incluir los siguientes:
- Estrógeno vaginal. Para aliviar la sequedad vaginal, puedes aplicar estrógeno directamente en la vagina con una crema vaginal, un óvulo o un anillo. Este tratamiento te administra una pequeña cantidad de estrógeno, que el tejido de la vagina absorbe. Esto puede ayudar a aliviar la sequedad vaginal, el dolor al tener relaciones sexuales y algunos síntomas urinarios.
- Ospemifeno (Osphena). Al tomarlo de forma oral, este medicamento modulador selectivo de los receptores de estrógenos trata el dolor durante las relaciones sexuales relacionado con el adelgazamiento del tejido vaginal. Este medicamento no es adecuado para personas que tuvieron cáncer de mama o que corren un alto riesgo de tenerlo.
- Terapia de testosterona. La testosterona desempeña un papel en la funcionalidad sexual saludable tanto en mujeres como en hombres. Pero no existen tratamientos con testosterona aprobados para su uso en mujeres con disfunción sexual. Esto se debe a inquietudes sobre su eficacia y seguridad. Si deseas recibir terapia de testosterona, habla con un miembro del equipo de atención médica sobre los riesgos y beneficios.
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Flibanserina (Addyi). Se utilizó por primera vez como antidepresivo. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado su uso antes de la menopausia para tratar el bajo deseo sexual.
Esta píldora diaria podría aumentar el deseo sexual. Se toma una vez al día antes de acostarse. Los posibles efectos secundarios graves incluyen presión arterial baja, somnolencia, cansancio y mareos. También puede causar náuseas y desmayos.
La mezcla de este medicamento con bebidas alcohólicas puede empeorar los efectos secundarios. Los expertos indican que se debe dejar de tomar el medicamento si el deseo sexual no aumenta luego de ocho semanas.
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Bremelanotida (Vyleesi). La bremelanotida es otro tratamiento aprobado por la FDA para la disminución del deseo sexual en personas premenopáusicas. Este medicamento es una inyección que te aplicas tú mismo debajo de la piel del abdomen o del muslo antes de la actividad sexual.
A algunas personas les provoca náuseas. Este efecto secundario es más común después de la primera inyección. Suele mejorar con la segunda inyección. Otros efectos secundarios incluyen vómitos, rubor, dolor de cabeza y reacción de la piel en el lugar de la inyección.
- Prasterona (Intrarosa). Este producto u óvulo que contiene la hormona de origen humano deshidroepiandrosterona, se introduce en la vagina. Ayuda a aliviar la sequedad vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales.
Tratamientos potenciales que necesitan más investigación
Los investigadores están estudiando estos tratamientos para la disfunción sexual femenina:
- Tibolona. En Europa, se utiliza este medicamento que tiene los efectos de las hormonas femeninas y masculinas. Debido a la sospecha de un aumento en el riesgo para cáncer de mama y accidente cerebrovascular, la Administración de Alimentos y Medicamentos no ha aprobado su uso en los Estados Unidos.
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Inhibidores de la fosfodiesterasa. Este grupo de medicamentos fue eficaz en el tratamiento de la dificultad para conseguir y mantener una erección, denominada disfunción eréctil. Pero no funcionan de la misma manera para la disfunción sexual femenina. Los resultados de los estudios realizados con mujeres que toman estos medicamentos fueron diversos.
Un medicamento, el sildenafilo (Revatio, Viagra), podría resultar útil para algunas personas que padecen disfunción sexual por tomar una clase de medicamentos utilizados para tratar la depresión. Estos son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. No tomes sildenafilo si usas nitroglicerina para tratar un tipo de dolor en el pecho originado por la reducción del flujo sanguíneo hacia el corazón que se llama angina.
La disfunción sexual femenina es compleja, por lo que incluso los mejores medicamentos probablemente no funcionarán si otros factores emocionales o sociales siguen sin resolverse.
Estilo de vida y remedios caseros
Para mejorar tu salud sexual, busca maneras de sentirte cómodo con tu sexualidad, mejorar tu autoestima y aceptar tu cuerpo. Intenta practicar estos hábitos de estilo de vida saludables:
- No bebas demasiado alcohol. El consumo excesivo de alcohol interfiere en la respuesta sexual.
- No fumes. Fumar cigarrillos restringe el flujo de sangre. Una menor cantidad de sangre llega a los órganos sexuales. Esto puede disminuir la excitación sexual e impedir que tengas un orgasmo.
- Haz actividad física. Hacer ejercicio aeróbico regular puede darte más energía, lo que te ayuda a sentirte mejor sobre tu cuerpo y a que tengas un mejor estado de ánimo. Esto puede hacerte sentir más romántico con más frecuencia.
- Aprende a relajarte. Aprende maneras de disminuir el estrés y relajarte. Estar relajado puede ayudarte a estar concentrado durante las relaciones sexuales. También puede ayudarte a aumentar la excitación y a que tengas un orgasmo.
Medicina alternativa
Se necesita una mayor investigación, pero entre los tratamientos que pueden ayudar a mejorar las relaciones sexuales se incluyen los siguientes:
- Terapia cognitivo conductual. Este tipo de tratamiento puede ayudarte a cambiar pensamientos, sentimientos y comportamientos que no son saludables. Se demostró que reduce las molestias que los síntomas de la menopausia pueden causarte.
- Atención plena. Es un tipo de meditación que se usa para aumentar la conciencia y ayudarte a aceptar el presente. Te concentras en algo específico durante la meditación, como el flujo de tu respiración. Dejas pasar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos.
- Yoga. Durante el yoga, haces una serie de posturas y ejercicios de respiración controlada. Esto te ayuda a mover mejor el cuerpo y a calmar la mente. Algunos tipos de yoga tienen el objetivo de mejorar las relaciones sexuales.
También hay suplementos a base de hierbas y aceites tópicos para aumentar el deseo y el placer sexual. Sin embargo, estos productos no se han estudiado lo suficiente. Un producto con una acción similar a la del estrógeno puede estimular el crecimiento de tumores mamarios que se alimentan del estrógeno. Habla con el profesional de atención médica antes de tomar cualquier producto herbario o aceite tópico.
Preparación para la consulta
Si tienes problemas sexuales que te afectan, pide una cita con tu profesional de atención médica. No sientas vergüenza de hablar sobre las relaciones sexuales con el profesional de atención médica.
Es posible que tengas una afección que puede tratarse. Los cambios en el estilo de vida, las terapias o una mezcla de tratamientos podrían ayudar. El profesional de atención médica principal diagnosticará y tratará el problema o te remitirá a un especialista.
A continuación, encontrarás información que te ayudará con la preparación para la cita médica.
Lo que puedes hacer
Haz una lista de lo siguiente:
- Tus síntomas. Toma nota sobre cualquier problema sexual que tengas, incluido cuándo y cómo ocurre.
- Tus antecedentes sexuales. Escribe sobre tus relaciones y las relaciones sexuales que has tenido desde tu primera experiencia sexual. Prepárate para hablar de cualquier historia de trauma o abuso sexual.
- Tus antecedentes médicos. Escribe sobre cualquier enfermedad que tengas, incluidas las enfermedades de salud mental. Prepara una lista de los medicamentos que has usado en el último tiempo o que usas actualmente, incluidas las dosis.
- Preguntas para hacerle al profesional de atención médica. Prepara una lista de preguntas para sacar el mayor provecho de tu cita médica.
Algunas de las preguntas básicas que puedes hacer sobre tus problemas sexuales son las siguientes:
- ¿Cuál podría ser la causa de mis problemas sexuales?
- ¿Tengo que someterme a exámenes médicos?
- ¿Qué tratamiento me recomienda?
- ¿Qué puedo esperar del tratamiento?
- ¿Piensa que mi pareja y yo deberíamos hablar con un terapeuta sexual?
- ¿Hay material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer todas las preguntas que tengas.
Qué esperar de tu médico
El profesional de atención médica podría hacerte una serie de preguntas personales, y posiblemente quiera que tu pareja participe en la entrevista. Las preguntas podrían ser como estas:
- ¿Cuánto te afectan los problemas sexuales?
- ¿Cómo es la relación con tu pareja?
- ¿Te excitas durante las relaciones sexuales con tu pareja?
- ¿Tienes orgasmos?
- ¿Has tenido orgasmos en el pasado y ahora ya no los tienes?
- ¿Sientes dolor al tener relaciones sexuales?
- ¿Usas algún tipo de anticonceptivo u hormonas? ¿Cuál?
- ¿Consumes bebidas alcohólicas o drogas recreativas? ¿Qué cantidad?
- ¿Alguna vez te sometiste a una cirugía que incluyera al aparato reproductor?
Qué puedes hacer mientras tanto
Habla con tu pareja. Sé sincero acerca del problema que tienes. Piensa en otras formas de estar más cerca uno del otro. Busca un momento para la intimidad.