Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de dolor regional complejo se basa en un examen físico y en tus antecedentes médicos. No hay una sola prueba que pueda diagnosticar definitivamente el síndrome de dolor regional complejo, pero los siguientes procedimientos pueden proporcionar pistas importantes:
- Gammagrafía ósea. Este procedimiento puede ayudar a encontrar cambios en los huesos. Una sustancia radioactiva inyectada en una de las venas permite ver los huesos con una cámara especial.
- Pruebas de producción de sudor. Algunas pruebas pueden medir la cantidad de sudor en ambos miembros. Los resultados desiguales pueden indicar síndrome de dolor regional complejo.
- Radiografías. La pérdida de minerales en los huesos puede verse en una radiografía en estadios más avanzadas de la enfermedad.
- Imágenes por resonancia magnética (RM). Las imágenes captadas con una imágenes por resonancia magnética pueden mostrar cambios en los tejidos que descartan otras afecciones.
Tratamiento
Hay pruebas de que el tratamiento temprano podría ayudar a mejorar los síntomas del síndrome de dolor regional complejo. Generalmente, es necesaria una combinación de diferentes tratamientos, adaptados a su caso específico. Algunas opciones de tratamiento son:
Medicamentos
Los médicos utilizan diversos medicamentos para tratar los síntomas del síndrome de dolor regional complejo.
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Analgésicos. Los analgésicos disponibles sin receta médica, como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el naproxeno sódico (Aleve), pueden aliviar el dolor leve y la inflamación.
El médico puede recetarte analgésicos más fuertes si los de venta libre no son de ayuda. Los medicamentos opioides podrían ser una opción. Si se toman en dosis bajas, pueden ayudar a controlar el dolor.
- Medicamentos antidepresivos y anticonvulsivos. A veces, los antidepresivos, como la amitriptilina, y los anticonvulsivos, como la gabapentina (Gralise, Neurontin), se utilizan para tratar el dolor que se origina en un nervio lesionado (dolor neuropático).
- Corticoides. Es posible que los medicamentos esteroides, como la prednisona, reduzcan la inflamación y mejoren el movimiento de la extremidad afectada.
- Medicamentos contra la pérdida de masa ósea. Es posible que el proveedor de atención médica te sugiera medicamentos para prevenir o detener la pérdida de masa ósea, como el alendronato (Binosto, Fosamax) y la calcitonina (Miacalcin).
- Medicamentos para el bloqueo de los nervios simpáticos. Es posible que la inyección de un anestésico para bloquear las fibras de dolor en los nervios afectados alivie el dolor en algunas personas.
- Ketamina intravenosa. Algunos estudios muestran que las dosis bajas de ketamina intravenosa, un anestésico fuerte, pueden aliviar sustancialmente el dolor.
- Medicamentos para disminuir la presión arterial. A veces, los medicamentos para la presión arterial alta, incluidos la prazosina (Minipress), la fenoxibenzamina (Dibenzyline) y la clonidina pueden ayudar a controlar el dolor.
Terapias
- Terapia de calor. La aplicación de calor puede ofrecer un alivio de la hinchazón y la incomodidad en la piel fría.
- Analgésicos tópicos. Existen diversos tratamientos tópicos que pueden reducir la hipersensibilidad, como la crema de capsaicina (que se puede adquirir sin receta médica) o la crema o los parches de lidocaína (Lidoderm, ZTlido, entre otros).
- Fisioterapia o terapia ocupacional. El ejercicio suave y guiado de las extremidades afectadas o la modificación de las actividades diarias podría ayudar a disminuir el dolor y mejorar la amplitud de movimiento y la fuerza. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, más eficaces serán los ejercicios.
- Terapia del espejo. Este tipo de terapia utiliza un espejo para ayudar a engañar al cerebro. Sentado ante un espejo o caja de espejos, se mueve la extremidad sana para que el cerebro lo perciba como la afectada por el síndrome de dolor regional complejo. Las investigaciones muestran que este tipo de terapia podría ayudar a mejorar la función y reducir el dolor de quienes tienen síndrome de dolor regional complejo.
- Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. El dolor crónico, a veces, se puede aliviar si se aplican impulsos eléctricos a las terminaciones nerviosas.
- Biorretroalimentación. En algunos casos, podría ser útil aprender técnicas de biorretroalimentación. En la biorretroalimentación, aprendes a tomar mayor consciencia de tu cuerpo para que puedas relajarte y aliviar el dolor.
- Estimulación de la médula espinal. El proveedor de atención médica introduce electrodos diminutos a lo largo de la médula espinal. Una pequeña corriente eléctrica dirigida a la médula espinal provoca el alivio del dolor.
- Bombas para administrar un fármaco intratecal. En esta terapia, los medicamentos que alivian el dolor se administran por una bomba en el líquido de la médula espinal.
- Acupuntura. La inserción de agujas largas y delgadas puede ayudar a estimular los nervios, los músculos y el tejido conectivo para aumentar el flujo sanguíneo y aliviar el dolor.
Es posible que el síndrome de dolor regional complejo vuelva a aparecer, a veces debido a un desencadenante, como la exposición al frío o al estrés emocional intenso. Las recurrencias pueden tratarse con pequeñas dosis de un antidepresivo u otro medicamento.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Vivir con una afección crónica y dolorosa puede ser un desafío, especialmente cuando tus amigos y familiares no creen que estés sintiendo tanto dolor como el que describes, como suele ser el caso del síndrome de dolor regional complejo. Comparte la información de fuentes confiables sobre el síndrome de dolor regional complejo con otras personas cercanas a ti para ayudarlas a entender lo que te está pasando.
Sigue estas sugerencias para cuidar tu salud física y mental:
- Continúa con las actividades diarias habituales de la mejor manera posible.
- Tómate tu tiempo y asegúrate de descansar lo suficiente.
- Mantente en contacto con tus amigos y familiares.
- Continúa con los pasatiempos que disfrutas y que puedes hacer.
Si el síndrome de dolor regional complejo te impide hacer cosas que disfrutas, pregúntale a tu proveedor de atención médica cuáles son las mejores maneras de moverte y sortear los obstáculos.
Ten presente que tu salud física puede afectar directamente tu salud mental. La negación, la ira y la frustración son muy frecuentes en las enfermedades crónicas.
Habrá momentos en los que necesitarás más herramientas para lidiar con tus emociones. Un terapeuta, un psicólogo de la conducta u otro profesional puede ayudarte a poner las cosas en perspectiva. También pueden enseñarte estrategias para tener una mayor capacidad de afrontar una situación difícil, tales como técnicas de relajación o de meditación.
A veces, unirse a un grupo de apoyo donde puedas compartir experiencias y sentimientos con otras personas es una buena opción. Pregunta a tu proveedor de atención médica qué grupos de apoyo hay en tu comunidad.
Preparación para la consulta
Para recibir la mejor atención médica, tómate tiempo para prepararte para la cita médica.
Qué puedes hacer
Anota todos los síntomas que experimentes, incluso la intensidad y ubicación del dolor, rigidez o sensibilidad. También es buena idea anotar las preguntas que quieras hacerle al proveedor de atención médica.
Estas son algunas de las preguntas que podrías hacerle al proveedor de atención médica:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Qué clase de pruebas, si las hubiera, necesito hacerme?
- ¿Mi afección es temporal o posiblemente crónica?
- ¿Qué tipos de tratamientos disponibles hay? ¿Qué me recomienda?
- ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que me indican?
- Tengo otras afecciones médicas. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas?
- ¿Existe una alternativa genérica al medicamento que me está recetando?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme a casa? ¿Qué sitios web me recomienda?
Además de las preguntas que hayas preparado para hacerle al proveedor de atención médica, no dudes en hacerle otras durante la cita médica.
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica también te haga algunas preguntas. Estar listo para responderlas puede darte tiempo para revisar los puntos a los que quieras dedicarles más tiempo. En cuanto al síndrome de dolor regional complejo, el proveedor de atención médica puede preguntar lo siguiente:
- ¿Has tenido un accidente, una enfermedad o una lesión reciente, como un traumatismo en las extremidades, un ataque cardíaco o una infección?
- ¿Has tenido alguna cirugía recientemente?
- ¿Cuándo comenzaste a experimentar dolor o ardor?
- ¿Durante cuánto tiempo has experimentado los síntomas?
- ¿El dolor es ocasional o continuo?
- ¿Hay algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas?
- ¿Has experimentado síntomas similares después de lesiones anteriores?