Obtén más información sobre la enfermedad cardíaca congénita, ofrecida por el Dr. Jonathan Johnson, cardiólogo pediatra.
Soy el Dr. Jonathan Johnson, cardiólogo pediatra de Mayo Clinic. En este video, hablaremos sobre los conceptos básicos de las enfermedades cardíacas congénitas en niños. Ya sea que estés buscando respuesta sobre la salud de tu propio hijo o la de un ser querido, estamos aquí para darte la mejor información disponible.
La enfermedad cardíaca congénita, también llamada defecto, hace referencia a uno o más problemas en la estructura del corazón que se manifiestan en el momento del nacimiento. Estas anomalías suelen ocurrir cuando el corazón o los vasos sanguíneos no se forman correctamente en el útero. Al menos ocho de cada 1000 bebés que nacen en los EE. UU. todos los años tienen un defecto en el corazón. En este país, nacen 40 000 bebés todos los años. El término congénito hace referencia a que el problema existía o se manifestó en el nacimiento. Sin embargo, en ocasiones es posible identificar los defectos incluso antes del nacimiento. A veces, no se manifiesta ningún tipo de síntoma hasta que los niños son más grandes e, incluso, en la adultez. Las enfermedades cardíacas congénitas pueden afectar cualquiera de estas estructuras, incluidas las arterias, las válvulas, las cámaras y la pared de tejido que separa las cámaras del corazón. Estos defectos, según el tipo y la gravedad, pueden afectar el flujo sanguíneo y de oxígeno correctos hacia los pulmones y el organismo. Pueden estar asociados con problemas en el ritmo cardíaco, o bien, los defectos pueden provocar que el corazón deba esforzarse más de lo que debería. Algunos, como un pequeño orificio en el corazón, pueden ser muy sencillos y provocar pocos problemas en el desarrollo y la salud del niño. Sin embargo, en otros casos, como bebés que nacen sin determinadas partes de su corazón, se requiere atención médica inmediata.
Algunos defectos cardíacos congénitos pueden no causar signos ni síntomas. En ocasiones, se evidencian más adelante en la vida. También es posible que los síntomas regresen años después del tratamiento. Los síntomas de ocurrencias más graves de defectos cardíacos congénitos pueden ser evidentes en los primeros días o, incluso, meses luego del nacimiento. Puede observarse un color de piel gris pálido o azul, llamado cianosis. Los bebés consumen una gran cantidad de calorías y hacen un enorme esfuerzo al comer. Por lo tanto, los síntomas de falla cardíaca suelen presentarse al comer, como respiración agitada o falta de aire. Ganar poco peso producto de un defecto cardíaco o como resultado de la dificultad para alimentarse debido a síntomas puede ser una señal de enfermedad cardíaca congénita. Es posible que las afecciones menos graves se diagnostiquen más adelante durante la infancia. Las señales en niños más grandes pueden incluir falta de aire con facilidad, cansancio frecuente o desmayarse al hacer ejercicio o actividad. También puede haber hinchazón de manos, tobillos y pies. Es posible que tu pediatra también oiga latidos anormales o un sonido cardíaco anormal, llamado soplo, durante una revisión. Muchos de estos soplos son, en realidad, inofensivos, pero es importante controlarlos.
Algunos defectos cardíacos congénitos pueden diagnosticarse con una ecografía mientras el bebé sigue en el útero. En algunos casos extremos, se recomienda hacer un tratamiento incluso antes de que el bebé nazca. Esto puede tener como objetivo corregir el problema o reducir las complicaciones a medida que el bebé continúa creciendo. Para determinar si tu hijo tiene una enfermedad cardíaca congénita, tu médico le hará un examen físico y escuchará su corazón con un estetoscopio. Te hará preguntas sobre los síntomas del niño y sus antecedentes médicos, así como sobre antecedentes familiares de problemas cardíacos. De ser necesario, se recomienda hacer otras pruebas. Puede hacerse una medición de oximetría de pulso para determinar la cantidad de oxígeno en la sangre. Es una prueba sencilla en la que se coloca un sensor en el dedo. También puede hacerse un electrocardiograma para registrar las señales eléctricas del corazón. Este es un procedimiento no invasivo e indoloro. Tu médico podría programar un ecocardiograma, que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del corazón. Un ecocardiograma le permite al médico ver las válvulas cardíacas y el músculo cardíaco en movimiento, y diagnosticar la mayoría de las formas de enfermedad cardíaca congénita. También es posible que se le haga una radiografía de tórax, para detectar si hay problemas en el tamaño y la forma del corazón. En ciertas afecciones, es posible que tu médico pida una IRM cardíaca, que utiliza grandes imanes para tomar imágenes del corazón en movimiento. El médico puede pedir un cateterismo cardíaco. Para este procedimiento, se introduce un catéter o tubo plástico pequeño a través de una aguja en una arteria o vena de la pierna, el brazo o el cuello, y con este se avanza por las distintas cámaras del corazón. De esta manera, los médicos pueden controlar el flujo sanguíneo y la presión dentro de las cámaras del corazón en sí. Hoy en día, los médicos usan métodos de cateterismo cardíaco para cerrar algunos tipos de orificios presentes en el corazón, o bien, para colocar válvulas expandibles.
Si tu hijo tiene una enfermedad cardíaca congénita, necesitará atención a lo largo de su vida. Sin embargo, no todos los niños con enfermedades cardíacas congénitas requieren de un tratamiento activo, ya que puede suceder que el defecto no represente ningún daño para su salud. Algunos defectos, como un pequeño orificio en el corazón, se resuelven por sí solos. Algunas afecciones pueden tratarse con medicamentos. Pueden ser medicamentos para la presión arterial, medicamentos para el ritmo cardíaco y medicamentos para ayudarte a eliminar el exceso de agua de tu organismo. Algunas formas más graves de enfermedades cardíacas congénitas pueden requerir cirugía u otros procedimientos. Podría ser una cirugía a corazón abierto o algún tipo de cirugía menos invasiva. En casos en que no baste con una reparación, puede que sea necesario un trasplante de corazón. Los médicos intentan limitar este tipo de intervenciones en la mayor medida posible y solo las recomiendan cuando no hay otra opción posible.
Es importante que te familiarices con la afección del niño. Debes estar alerta si se produce un empeoramiento o si aparecen nuevos síntomas, y prestar atención a los cambios en el estilo de vida que recomiende el cardiólogo. A medida que los pacientes van creciendo, es fundamental que mantengan la atención médica con un cardiólogo de adultos especializado en enfermedades cardíacas congénitas. Descubrir que un hijo tiene un defecto en el corazón puede ser atemorizante y también puede serlo para ellos, en caso de tener la edad suficiente para comprenderlo. Ahora bien, más allá de cuándo se haga el diagnóstico, se han logrado grandes avances en la investigación y el tratamiento, que no solo aumentan las tasas de supervivencia, sino la calidad de vida en general para pacientes que conviven con una enfermedad cardíaca congénita. Hay mucha esperanza para los niños que sufren enfermedades cardíacas congénitas. Queremos que todos tengan infancias felices que conduzcan a vidas extensas, plenas y productivas. Si quieres tener aún más información acerca de la enfermedad cardíaca congénita en niños, mira nuestros otros videos relacionados o visita mayoclinic.org. Te deseamos lo mejor.