Diagnóstico
El proveedor de atención médica de tu bebé realizará un examen físico completo para identificar las causas posibles de la aflicción del bebé. En el examen se hará lo siguiente:
- Medir la estatura, el peso y el perímetro de la cabeza de tu bebé.
- Escuchar el corazón, los pulmones y los sonidos abdominales.
- Examinar las extremidades, los dedos de las manos y de los pies, los ojos, los oídos y los genitales.
- Evaluar la reacción al tacto o al movimiento.
- Buscar signos de erupción, inflamación u otros de infección o alergias.
Por lo general, no se necesitan análisis de laboratorio, radiografías u otros estudios de diagnóstico, pero en casos poco claros estos ayudan a descartar otras afecciones como posibles causas.
Tratamiento
Los objetivos principales son tranquilizar al niño tanto como sea posible con diferentes intervenciones y garantizar que los padres cuenten con el apoyo que necesitan para sobrellevar la situación.
Estrategias tranquilizantes
Te puede resultar útil tener un plan, es decir, una lista de estrategias tranquilizantes que puedes probar. Es posible que debas experimentar. Algunas pueden funcionar mejor que otras; y algunas pueden funcionar una vez, pero no siempre. Estas estrategias tranquilizantes pueden comprender lo siguiente:
- Utilizar un chupete
- Llevar al bebé a dar un paseo en auto o en un cochecito
- Caminar con el bebé en brazos o mecerlo
- Envolver al bebé en una manta
- Darle al bebé un baño tibio
- Frotarle la panza al bebé o ponerlo boca abajo para frotarle la espalda
- Reproducir una grabación de audio con latidos del corazón o sonidos suaves y tranquilizantes
- Hacer ruido de fondo con una máquina de ruido blanco, una aspiradora o una secadora en una habitación cercana
- Atenuar las luces y limitar otras estimulaciones visuales
Prácticas de alimentación
Los cambios en las prácticas de alimentación también pueden proporcionar cierto alivio. Da el biberón a tu bebé en posición vertical y hazlo eructar frecuentemente durante y después de la alimentación. El uso de un biberón curvo ayudará a la alimentación vertical, y un biberón de bolsa plegable puede reducir la entrada de aire.
Cambios de prueba en la dieta
Si las prácticas calmantes o la alimentación no reducen el llanto o la irritabilidad, el médico puede recomendar un ensayo a corto plazo de cambios alimenticios. Sin embargo, si tu bebé tiene una alergia alimentaria, es probable que haya otros signos y síntomas, como sarpullido, sibilancias, vómitos o diarrea. Los cambios en la dieta pueden incluir:
- Cambio de la fórmula. Si alimentas a tu bebé con fórmula para lactantes, el médico puede sugerirte una prueba de una semana de una fórmula hidrolizada extensa (Similac Alimentum, Nutramigen, Pregestimil u otras) que tiene proteínas descompuestas en tamaños más pequeños.
- Dieta materna. Si estás amamantando, puedes probar una dieta sin alérgenos alimentarios comunes, como los lácteos, los huevos, los frutos secos y el trigo. También puedes intentar eliminar alimentos potencialmente irritantes, como el repollo, la cebolla o las bebidas con cafeína.
Cuidado personal para padres
El cuidado de un bebé que tiene cólicos puede ser estresante y agotador, incluso para padres con experiencia. Las siguientes estrategias pueden ser útiles para cuidarte y obtener el apoyo que necesitas:
- Descansa. Túrnate con tu cónyuge o pareja, o pídele a un amigo que se haga cargo por un tiempo. Aprovecha la oportunidad de salir de casa si es posible.
- Usa la cuna para descansos cortos. Está bien dejar a tu bebé en la cuna por un tiempo durante un episodio de llanto si necesitas reponerte o calmar tus propios nervios.
- Expresa tus sentimientos. Es normal que los padres en esta situación se sientan deprimidos, culpables o enojados o que no saben qué hacer. Comparte tus sentimientos con los miembros de tu familia, con tus amigos y con el médico de tu hijo.
- No te juzgues. No midas tu éxito como padre en función de cuánto llora tu bebé. Los cólicos no son el resultado de una mala crianza, y el llanto inconsolable no es una señal de que tu bebé te rechaza.
- Cuida tu salud. Consume alimentos saludables. Hazte un tiempo para hacer ejercicio, como por ejemplo una caminata a paso ligero todos los días. Si puedes, duerme cuando el bebé duerma, incluso durante el día. Evita el alcohol y otras drogas ilícitas.
- Recuerda que es algo temporario. Los episodios de cólicos suelen mejorar después de los 3 o 4 meses de vida.
- Ten un plan de rescate. Si es posible, organízate con un amigo o con un pariente para que intervengan cuando estés abrumado. Si es necesario, llama al proveedor de atención médica, a un servicio de intervención en caso de crisis o a una línea de ayuda para la salud mental en busca de apoyo adicional.
Posibles tratamientos futuros
Un factor que puede contribuir a los cólicos es el desequilibrio de bacterias útiles en el tubo digestivo del bebé. Un tratamiento que se encuentra bajo investigación es el uso de bacterias buenas (probióticos) para crear un equilibrio bacteriano adecuado a fin de mejorar la salud digestiva general.
Algunos estudios mostraron una disminución en el tiempo de llanto en los casos en que se trató a los bebés con cólicos con una bacteria llamada «Lactobacillus reuteri». Los estudios se realizaron con grupos pequeños, y los resultados fueron algo diversos. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que, en este momento, no existe evidencia suficiente para justificar el uso de probióticos para tratar los cólicos.
Medicina alternativa
En varios estudios a pequeña escala, los tratamientos alternativos demostraron algunos beneficios o resultados contradictorios. Sin embargo, no existe evidencia suficiente para determinar el posible beneficio por sobre los riesgos. Entre los remedios alternativos en investigación, se incluyen los siguientes:
- Té de hierbas
- Remedios a base de hierbas, como el aceite de hinojo
- Agua azucarada
- Agua de gripe (una mezcla de agua y hierbas)
- Masoterapia
- Manipulación quiropráctica
- Acupuntura
Entre los riesgos conocidos, se incluyen los siguientes problemas:
- El uso regular de té de hierbas u otras preparaciones líquidas puede provocar un menor consumo de leche o una disminución de los niveles de sodio en la sangre de un bebé.
- En el caso de los remedios a base de hierbas, la falta de regulación del producto puede causar infecciones, y puede haber omisión de ingredientes en la etiqueta o inconsistencias en las dosis.
- Algunos remedios homeopáticos contienen cantidades reducidas de sustancias potencialmente tóxicas.
Consulta con el proveedor de atención médica de tu bebé antes de usar un medicamento alternativo para tratar los cólicos de tu hijo.
Preparación para la consulta
Es aconsejable prepararte de antemano para la cita con el proveedor de atención médica de tu bebé. A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte.
Qué puedes hacer
Para prepararte para la cita médica, toma nota sobre lo siguiente:
- El tiempo y la duración de los episodios de llanto
- La edad del bebé cuando comenzó el patrón de llanto prolongado y recurrente
- Observaciones sobre el comportamiento de tu bebé y otros factores antes, durante y después de un episodio
- Los horarios de alimentación y sueño del bebé
- Las estrategias que has usado para calmar al bebé
- Las personas que se encargan del cuidado de tu bebé, como el otro progenitor, los abuelos, niñeros o profesionales de centros de cuidado infantil
Anota cualquier otra pregunta que tengas acerca de la salud o el desarrollo del bebé. Durante la cita médica, no dudes en hacer otras preguntas a medida que se te ocurran.
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica del bebé te haga una serie de preguntas, como las siguientes:
- ¿Puedes describir un episodio de llanto típico?
- ¿Cómo suena el llanto del bebé?
- ¿El cuerpo del bebé se pone tenso?
- ¿Cuándo se producen estos episodios? ¿Cuánto duran? ¿Cuántas veces a la semana?
- ¿Qué haces para calmar al bebé? ¿Cuán bien funcionan esos métodos?
- ¿El bebé tiene algún problema para alimentarse?
- ¿El bebé llora justo después de alimentarse?
- ¿Con qué frecuencia alimentas a tu bebé y con qué?
- ¿Con qué frecuencia y cuánto regurgita el bebé?
- ¿Cuánto tiempo duerme tu bebé en cada oportunidad? ¿Ha habido cambios recientes en sus patrones de sueño?
- ¿Alguna vez te parece que el bebé tiene dificultad para respirar durante estos episodios?
- ¿Cómo lidias con el llanto del bebé? ¿Y cómo lo hace el resto de la familia?
Las respuestas a estas preguntas pueden ayudar al proveedor de atención médica a saber si hay otras afecciones que pueden estar causando el llanto y el malestar del bebé.