Diagnóstico
Es posible que no se diagnostique la claudicación porque muchas personas consideran que el dolor es una parte no deseada pero típica del envejecimiento. Algunas personas simplemente reducen su nivel de actividad para evitar el dolor.
El diagnóstico de claudicación y enfermedad de las arterias periféricas se basa en una revisión de los síntomas, un examen físico, una evaluación de la piel de las extremidades, y pruebas para comprobar el flujo sanguíneo.
Pruebas
Algunas pruebas comunes utilizadas para diagnosticar la claudicación pueden incluir:
- Medición del pulso en las palmas de las manos o los pies para evaluar el flujo sanguíneo en toda la extremidad
- Índice tobillo-brazo: comparación entre la presión sanguínea en los tobillos y la presión arterial en los brazos
- Medición de la presión sanguínea segmentaria: serie de mediciones de la presión arterial en diferentes áreas del brazo o la pierna para ayudar a determinar la cantidad y la ubicación del daño en las arterias
- Prueba de esfuerzo para determinar la distancia máxima que puedes caminar o el máximo esfuerzo que puedes hacer sin dolor
- Ecografía Doppler para ver el flujo de sangre
- Resonancia magnética o Tomografía computarizada para buscar vasos sanguíneos estrechos
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento de la claudicación y de la enfermedad arterial periférica son reducir el dolor y controlar los factores de riesgo que contribuyen a la enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos (cardiovascular).
El ejercicio es una parte importante del tratamiento de la claudicación. El ejercicio reduce el dolor, permite ejercitarse por más tiempo, mejora la salud vascular de las extremidades afectadas y contribuye al control del peso y a una mejora general de la calidad de vida.
Los programas recomendados para caminar incluyen:
- Caminar lo más que se pueda o hasta sentir un dolor moderado
- Descansar para aliviar el dolor
- Caminar de nuevo
- Repetir el ciclo de caminata-descanso-caminata durante 30 a 45 minutos
- Caminar tres o más días a la semana
Se recomienda el ejercicio supervisado para comenzar el tratamiento, pero para el control continuo de la claudicación es importante el ejercicio a largo plazo en casa.
Medicamentos
Es posible que el proveedor de atención médica te recete uno o más medicamentos para controlar el dolor y manejar los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, los medicamentos pueden usarse para controlar lo siguiente:
- Dolor. El medicamento cilostazol, que mejora el flujo sanguíneo, puede reducir el dolor durante el ejercicio y ayudarte a caminar más.
- Colesterol alto. Las estatinas son medicamentos que ayudan a reducir el colesterol, un factor clave en la formación de placas en las arterias. Tomar estatinas podría ayudar a caminar distancias más largas.
- Presión arterial alta. Es posible que se receten varias clases diferentes de medicamentos para reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de ataque cardíaco o de accidente cerebrovascular.
- Otros riesgos cardiovasculares. Es posible que los medicamentos antiplaquetarios, que ayudan a prevenir la formación de coágulos sanguíneos, reduzcan el riesgo de ataque cardíaco, de accidente cerebrovascular o de coágulos que bloqueen el flujo sanguíneo a las extremidades. Estos medicamentos incluyen la aspirina, el clopidogrel (Plavix) y otras clases de fármacos.
Habla con el médico sobre los medicamentos o suplementos que no deberías tomar con el tratamiento que te recetaron.
Cirugía u otros procedimientos
Cuando la enfermedad arterial periférica es grave y otros tratamientos no funcionan, puede ser necesario recurrir a la cirugía. Estas son algunas opciones:
- Angioplastia. Este procedimiento mejora el flujo sanguíneo mediante el ensanchamiento de una arteria dañada. El proveedor de atención médica guía un tubo estrecho a través de los vasos sanguíneos e introduce un globo inflable que expande la arteria. Una vez que se ensancha la arteria, el proveedor de atención médica puede colocar un pequeño tubo de malla metálica o plástica (estent) en la arteria para mantenerla abierta.
- Cirugía vascular. Durante este tipo de cirugía, el cirujano toma un vaso sanguíneo sano de otra parte del cuerpo para reemplazar el vaso que está causando la claudicación. Esto permite que la sangre circule alrededor de la arteria obstruida o estrecha.
Autocuidados
Un estilo de vida saludable puede ayudar a mejorar los resultados del tratamiento y a reducir los riesgos asociados con la claudicación y la enfermedad de las arterias periféricas. Los cambios recomendados en el estilo de vida incluyen los siguientes:
- Dejar de fumar. Fumar aumenta enormemente el riesgo de complicaciones de la enfermedad arterial periférica. Habla con el proveedor de atención médica si necesitas ayuda para dejar de fumar.
- Haz ejercicio. Sigue el plan de ejercicios que te recomendó el proveedor de atención médica. El ejercicio frecuente es importante para el control del peso y para un corazón sano.
- Seguir una dieta saludable. Come muchas verduras, frutas y cereales integrales de bajo contenido en almidón, y modestas porciones de carnes magras, carne de aves, pescado y lácteos bajos en grasas.
- Cuidado de los pies. Habla con el proveedor de atención médica acerca de un buen cuidado de los pies. Descubre cómo examinar los pies para asegurar un tratamiento adecuado y rápido de las lesiones. Usa calcetines y zapatos adecuados para apoyar y proteger los pies.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Informarte todo lo que puedas sobre la causa de la claudicación puede ayudarte a controlar mejor la afección.
Algunas personas consideran que conversar con otros que están pasando por experiencias similares puede ser muy útil. Puedes encontrar ánimo, consejos y hasta uno o dos compañeros para hacer ejercicio en un grupo de apoyo. Pregúntale al proveedor de atención médica si hay algún grupo de apoyo en tu zona.
Preparación para la consulta
Probablemente, en primer lugar, consultes con el proveedor de atención médica. Es posible que se te remita a un médico capacitado en enfermedades cardíacas (cardiólogo) o a un cirujano de los vasos sanguíneos (vascular).
Para aprovechar al máximo la cita, prepárate para responder las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
- ¿Tienes dolor cuando caminas o haces ejercicio, cuando estás en reposo, o en ambos casos?
- En una escala del 1 al 10 (en la que 10 es lo más intenso), ¿cómo calificarías el dolor?
- ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas, como descansar?
- ¿Necesitas sentarte para aliviar los síntomas o se alivian al detenerte y permanecer de pie en un lugar?
- ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?
- ¿El dolor te impide hacer ejercicio de manera regular o realizar tus actividades diarias normales?
- ¿Tienes algún otro síntoma?
- ¿Comenzaste o dejaste de tomar algún medicamento o suplemento recientemente?
- ¿Tienes antecedentes personales o familiares de hipertensión arterial, colesterol alto, diabetes, enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular?
Lo que puedes hacer
Tu proveedor de atención médica puede preguntarte acerca de los medicamentos que tomas, incluidos los suplementos y los fármacos que compras sin receta médica. Antes de tu cita, anota el nombre de cada medicamento, la dosis, la razón por la que lo tomas y el nombre del proveedor de atención médica que lo prescribió. Lleva la lista a tu cita.
Otras estrategias para ayudarte a aprovechar la hora de la cita son las siguientes:
- Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe, para que te ayude a recordar la información que recibas.
- Durante tu cita, pregunta al proveedor de atención médica sobre cualquier cosa que no entiendas.
- Toma notas o pide un documento impreso que describa los próximos pasos para programar pruebas o citas adicionales.