Dr. James W. Jakub, Oncología Quirúrgica, Mayo Clinic en Florida: Me llamo Jim Jacob. Soy oncólogo quirúrgico y mi enfoque principal es el cáncer de mama y el melanoma. La cirugía robótica para la mama se emplea en otros países de Asia y Europa. Actualmente no está aprobada en EE. UU. Pero se la está realizando en ensayos clínicos. Tenemos la suerte de ser uno de los sitios que ofrece la mastectomía robótica para conservación del pezón como parte de un estudio realizado en varios sitios y aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. De momento, se explora e intenta determinar las ventajas de la cirugía robótica. Actualmente, una mastectomía con conservación del pezón puede ofrecer excelentes resultados estéticos. Requiere una gran incisión para que el cirujano pueda ver bien. Suele ser una gran incisión inframamaria. La cirugía robótica permite hacer una incisión de unos 3,5 centímetros en la axila. Esa puede ser una de las ventajas. En Europa y Asia hay datos que sugieren que la sensación puede ser mejor después de la cirugía, lo que potencialmente mejora la calidad de vida. Hay que validar esos hallazgos.
Ante un diagnóstico de cáncer de mama, el mayor temor aparte de la recurrencia del cáncer suele ser el riesgo de linfedema o hinchazón del brazo. Hay varias investigaciones en curso y ahora también prácticas estándar sobre cómo abordar esto y tratar de minimizar el riesgo para linfedema. Lo considero realmente importante porque el 91 % de las personas con cáncer de mama estarán vivas cinco años después del diagnóstico. Actualmente en EE. UU. hay alrededor de 3,5 millones de sobrevivientes de cáncer de mama, por lo que considero sumamente importante centrarse no solo en la curación sino también en la calidad de vida a largo plazo. En cuanto a la cirugía de ganglios linfáticos específicamente, a menudo podemos tratar por adelantado, con terapia neoadyuvante, a las personas cuyos ganglios linfáticos están comprometidos para que los ganglios positivos se conviertan en negativos y evitar una disección ganglionar. De hecho, hay personas con un riesgo suficientemente bajo de que los ganglios linfáticos estén afectados pese al cáncer de mama, así que ni siquiera hace falta estadificar quirúrgicamente el ganglio linfático. No hay que extirpar ningún ganglio linfático. Cuando se requiere una disección de ganglios linfáticos, hay varios ensayos clínicos (y en algunos casos, nuestra propia práctica) en los que se hace un mapeo inverso: se inyecta en el brazo una sustancia de contraste azul, se identifican los vasos linfáticos que drenan del brazo, se intenta conservarlos, y así se minimiza el riesgo de linfedema. Además, para reconstruir los vasos linfáticos cuando se requiere una disección ganglionar, hay que realizar un baipás linfovenoso y volver a coser microscópicamente los ganglios linfáticos a la vena para restablecer el flujo desde el brazo y minimizar el riesgo de linfedema.
Los ensayos clínicos nos permiten ofrecer hoy los tratamientos del mañana. Por eso, creo que las personas que tienen un diagnóstico de cáncer realmente deben explorar los ensayos clínicos disponibles. La mayoría de los ensayos clínicos brindan el mejor tratamiento comparado frente a lo que pensamos será lo máximo en el futuro.