"Cuando empecé a trabajar en este campo, me di cuenta de que lo que hacíamos en el 2012 era similar a lo que se hacía en 1975", relata. Sabía que era posible hacerlo mejor. Fue entonces cuando se enteró de un procedimiento prometedor conocido como anclaje de cuerpos vertebrales. En el 2015, la Dra. Larson visitó los pocos hospitales donde se practicaba el procedimiento y llevó la técnica a Mayo Clinic. "Hicimos nuestro primer procedimiento de anclaje vertebral en el 2015. En ese momento, era tan novedoso que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aún no lo había aprobado. Tomábamos tornillos y un cordón para fusionar la parte posterior de la columna vertebral y, realmente, los poníamos en la parte delantera de la columna".
En lugar de hacer una única incisión larga en la espalda, el anclaje del cuerpo vertebral consiste en hacer pequeñas incisiones en el costado y, en lugar de usar 20 tornillos y 2 varillas, el cirujano solo coloca en cada vértebra un tornillo conectado a un cordón flexible para enderezar la columna vertebral. Además, la columna vertebral no pierde flexibilidad porque, en lugar de varillas rígidas de metal, se usa un cordón plástico que se extiende a medida que el niño crece. De esta forma, el paciente tiene mucha más libertad de movimiento y se recupera más rápido. A medida que el niño crece, la columna vertebral puede enderezarse incluso más. La Dra. Larson agrega: "Es un procedimiento mucho menor que permite conservar la funcionalidad".
Y conservar la funcionalidad es justamente su objetivo. "A fin de cuentas, debemos preguntarnos qué queremos lograr", señala. Desde el punto de vista quirúrgico, nos preocupan mucho las radiografías y cuán recta está la columna vertebral. Pero si se tratara de mi espalda y mi propia vida, no me importarían tanto las radiografías, sino cómo me siento, si puedo mover la espalda y si me es posible volver a hacer las actividades que disfruto, ya sea bailar, jugar al tenis, hacer gimnasia o escalar. Si yo adorara esas actividades, estaría dispuesta a aceptar una corrección un poco menor con tal de mantener la funcionalidad".
Cada vez que un cirujano va a trabajar, toma cientos de decisiones que transforman la vida de alguien. Esto puede hacer que vean las cosas en términos de blanco o negro. Pero, para mí, hay muchos tonos de gris entre ambos extremos".
La Dra. Larson dedica tiempo a conversar en profundidad con cada paciente y sus familiares para asegurarse de abordar sus necesidades, inquietudes y miedos. "Cada vez que un cirujano va a trabajar, toma cientos de decisiones que transforman la vida de alguien. Esto puede hacer que vean las cosas en términos de blanco o negro. Pero, para mí, hay muchos tonos de gris entre ambos extremos", afirma. "Mis pacientes a menudo me preguntan qué haría yo en su lugar. Cuando me lo preguntan, les respondo. La sinceridad y la transparencia me parecen fundamentales. Trato de explicarles todas las opciones de tratamiento posibles y dejo que elijan lo que consideren mejor para ellos".
Mayo Clinic es sinónimo de tratamientos innovadores y de vanguardia. Pero la empatía es el punto central para los médicos de Mayo Clinic. "En el 2018, asistí a una convención de un grupo de apoyo para personas con escoliosis. Pasé un fin de semana junto con más de cien padres de niñas con escoliosis, y escuché sus experiencias. Eso realmente cambió la manera en la que siempre interactúo con los pacientes en la clínica. Tener empatía es parte de nuestro trabajo como médicos. Hay que ponerse en el lugar del paciente y pensar en qué siente al llevar puesto el corsé ortopédico para la escoliosis. O cómo será tener que tomar medicamentos o inventar una excusa especial para retirarse de una clase de gimnasia. Intento imaginar cómo me sentiría en esa situación, y pienso en cómo podemos mejorar esa experiencia", describe.
La Dra. Larson comenta que dedicarse a la ortopedia pediátrica es su verdadera vocación. "Una vez que hice la rotación en esta especialidad, supe que era lo mío. Cuando se me presenta un problema o una dificultad, pienso en que no es nada comparado con lo que enfrentan otras personas. Atender en la clínica a un niño que pronto será un adulto que quizás se enfrente al mundo, y a lo mejor un día será el maestro de mis hijos o mi médico es un gran honor para mí", confiesa.
Si dentro de 10 años seguimos haciendo lo mismo, habremos fallado. Porque sabemos que podemos brindarles una mejor atención médica a estos niños".
La Dra. Larson tiene grandes expectativas para el futuro. Además del anclaje vertebral, está estudiando la manipulación de la placa de crecimiento. "Muchas de estas afecciones comienzan con problemas en la placa de crecimiento que hacen que la columna vertebral se deforme. Si averiguáramos cómo reparar la placa de crecimiento en la columna, podríamos corregir muchos de estos problemas sin necesidad de tornillos y varillas de metal", explica. "Si dentro de 10 años seguimos haciendo lo mismo, habremos fallado. Porque sabemos que podemos brindarles una mejor atención médica a estos niños".
Al pensar en el futuro, la Dra. Larson no duda en salirse del esquema, y afirma que no tiene miedo a equivocarse, que puede cuestionar por qué se trata a los pacientes de esta forma, y por qué no existen otras opciones prometedoras de tratamiento. La Dra. Larson sabe que el camino hacia el futuro no es solo una búsqueda incesante de respuestas. A veces, los avances más grandes se logran solo con hacer mejores preguntas.