Diagnóstico
Examen de la médula ósea
Examen de la médula ósea
Para la aspiración de la médula ósea, el proveedor de atención médica utiliza una aguja delgada para extraer una pequeña cantidad de médula ósea líquida, por lo general del hueso de la cadera (pelvis). A menudo se hace una biopsia de médula ósea al mismo tiempo. En este segundo procedimiento, se extrae una pequeña muestra de tejido óseo y de la médula extraída.
Punción lumbar, también conocida como punción raquídea
Punción lumbar, también conocida como punción raquídea
Durante una punción lumbar, que también se conoce como punción raquídea, sueles colocarte de costado con las rodillas flexionadas hacia el pecho. Luego, se introduce una aguja en el canal espinal, en la zona lumbar, para recolectar líquido cefalorraquídeo para analizar.
El diagnóstico de la leucemia mielógena aguda suele comenzar con un examen en busca de moretones, sangrado en la boca o las encías, infecciones y ganglios linfáticos inflamados. Otros exámenes pueden incluir análisis de sangre y laboratorio, biopsias de médula ósea, punciones lumbares y obtención de imágenes.
Entre las pruebas y los exámenes para diagnosticar la leucemia mielógena aguda, se incluyen los siguientes:
Análisis de sangre
Los análisis de sangre para la leucemia mielógena aguda podrían implicar una prueba para contar la cantidad de células sanguíneas en una muestra de sangre. Esta prueba se denomina hemograma completo. Los resultados podrían mostrar un número demasiado alto o bajo de glóbulos blancos. A menudo, el análisis muestra que no hay suficientes glóbulos rojos ni suficientes plaquetas. Otro análisis de sangre busca glóbulos blancos inmaduros, denominados mieloblastos, en la sangre. Estas células normalmente no se encuentran en la sangre, pero pueden aparecer en la sangre de personas con leucemia mielógena aguda.
Aspiración y biopsia de médula ósea
La aspiración y biopsia de médula ósea son procedimientos que implican la recolección de células de la médula ósea. En una aspiración de médula ósea, se utiliza una aguja para extraer una muestra del líquido. En una biopsia de médula ósea, se recoge una pequeña cantidad del tejido sólido con una aguja. Las muestras suelen tomarse del hueso de la cadera. Las muestras se envían a un laboratorio para su análisis.
En el laboratorio, los análisis pueden buscar cambios en el ADN de las células de la médula ósea. Los cambios en el ADN presentes en las células de la médula ósea son una parte importante para diagnosticar la leucemia mielógena aguda. Los resultados pueden ayudar al equipo de atención médica a crear un plan de tratamiento.
Punción lumbar
A veces, podría ser necesario realizar una punción lumbar si se sospecha que la leucemia se ha diseminado al cerebro y la médula espinal. La punción lumbar también se conoce como punción raquídea. Consiste en extraer una muestra del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. Se inserta una aguja pequeña en la parte baja de la espalda para extraer una muestra de líquido. La muestra se envía a un laboratorio.
Estudios por imágenes
Los estudios por imágenes consisten en tomar imágenes del cuerpo. Para la leucemia mielógena aguda, los estudios por imágenes toman imágenes del cerebro, si se sospecha que las células leucémicas se han diseminado allí. Estos estudios podrían incluir una tomografía computarizada o una resonancia magnética. Si se sospecha que la leucemia se ha diseminado a otra parte del cuerpo, es posible realizar una tomografía por emisión de positrones.
Tu subtipo de leucemia mielógena aguda
Si te diagnostican leucemia mielógena aguda, es posible que necesites más pruebas de laboratorio para determinar el subtipo de tu leucemia mielógena aguda. Estas pruebas incluyen examinar tu sangre y médula ósea en busca de cambios genéticos y otros signos que indiquen subtipos específicos de leucemia mielógena aguda. Actualmente, hay 15 subtipos diferentes. Tu subtipo de leucemia mielógena aguda ayuda al profesional de atención médica a determinar el mejor tratamiento para ti.
Tratamiento
Existen muchos tipos de tratamiento para la leucemia mielógena aguda. El tratamiento depende de varios factores, entre ellos, el subtipo de la enfermedad, tu edad, estado de salud general, pronóstico y preferencias.
Por lo general, el tratamiento tiene dos fases:
- Terapia de inducción de la remisión. Esta primera fase tiene como objetivo eliminar las células de leucemia en la sangre y la médula ósea. Sin embargo, por lo general, no destruye a todas las células de la leucemia. Necesitarás tratamientos adicionales para evitar que la enfermedad regrese.
- Terapia de consolidación. Esta fase también es conocida como terapia posterior a la remisión o terapia de mantenimiento. Su objetivo es destruir las células de leucemia restantes. La terapia de consolidación es fundamental para ayudar a disminuir el riesgo de una recaída.
Los tratamientos incluyen los siguientes:
Quimioterapia. La quimioterapia trata el cáncer con medicamentos fuertes. La mayoría se administra por vía intravenosa. Otros vienen en comprimidos. La quimioterapia es el tipo principal de terapia de inducción de la remisión. También puede usarse para la terapia de consolidación.
Por lo general, los pacientes con leucemia mielógena aguda permanecen en el hospital durante los tratamientos de quimioterapia porque los medicamentos destruyen muchas células sanguíneas sanas en el proceso de eliminar las células de leucemia. Si el primer ciclo de quimioterapia no causa la remisión, puede repetirse.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen de los medicamentos que estés tomando. Algunos de los efectos secundarios comunes son náuseas y caída del pelo. Algunas complicaciones graves a largo plazo pueden ser enfermedades cardíacas, daño pulmonar, problemas de fertilidad y otros tipos de cáncer.
Terapia dirigida. La terapia dirigida contra el cáncer es un tratamiento que utiliza medicamentos que atacan sustancias químicas específicas dentro de las células cancerosas. Mediante el bloqueo de estas sustancias químicas, los tratamientos dirigidos pueden destruir las células cancerosas. Se analizarán tus células leucémicas para ver qué terapia dirigida podría ser útil para ti. La terapia dirigida se puede usar sola o en combinación con quimioterapia durante la terapia de inducción.
Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de célula madre de médula ósea, implica poner en el cuerpo células madre de médula ósea saludables. Estas células sustituyen a las dañadas por la quimioterapia y otros tratamientos. Un trasplante de células madre de médula ósea puede usarse para la terapia de consolidación y de inducción de la remisión.
Antes de un trasplante de médula ósea, recibirás dosis muy altas de quimioterapia o radioterapia para destruir la médula ósea que produce leucemia. A continuación, recibirás infusiones de células madre de un donante compatible. Esto se denomina trasplante alogénico.
Existe un mayor riesgo para infección luego del trasplante.
Ensayos clínicos. Algunas personas con leucemia deciden inscribirse en ensayos clínicos para probar tratamientos experimentales o nuevas combinaciones de terapias conocidas.
Estudios clínicos
Explora los estudios de Mayo Clinic que ensayan nuevos tratamientos, intervenciones y pruebas para prevenir, detectar, tratar o controlar esta afección.
Medicina alternativa
No se han encontrado tratamientos alternativos para tratar la leucemia mielógena aguda. Sin embargo, la medicina integrativa puede ayudarte a enfrentar el estrés de un diagnóstico de cáncer y los efectos secundarios del tratamiento.
Algunos de los tratamientos alternativos que permiten aliviar los síntomas son los siguientes:
- Acupuntura.
- Ejercicio físico.
- Masajes.
- Meditación.
- Actividades de relajación, como el yoga.
- Terapia artística y musical.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
La leucemia mielógena aguda es un cáncer de proliferación rápida que requiere una toma de decisiones rápida. Los siguientes consejos y recursos pueden ayudarte a sobrellevar la situación:
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Obtén suficiente información sobre la leucemia mielógena aguda para tomar decisiones sobre tu atención médica. El término leucemia puede ser confuso, porque se refiere a un grupo de distintos tipos de cáncer que no son demasiado parecidos, salvo por el hecho de que todos afectan la médula ósea y la sangre.
Puedes perder mucho tiempo buscando información que no se aplica a tu tipo de leucemia. Para que esto no te suceda, pídele a tu médico que anote todos los detalles posibles acerca de tu enfermedad específica. Luego, limita la búsqueda a esa enfermedad.
Busca información en la biblioteca de tu localidad y en internet. Puedes comenzar tu búsqueda de información por el Instituto Nacional del Cáncer y la Sociedad de Lucha contra la Leucemia y el Linfoma.
- Busca contención en tus familiares, amigos y otras personas. Tener un sistema de apoyo puede ayudarte a sobrellevarlo. Obtén apoyo de personas cercanas, un grupo de apoyo formal u otras personas que sobrellevan el cáncer.
- Cuídate. Es fácil obsesionarse con las pruebas, los tratamientos y los procedimientos. Pero es importante que cuides de ti, no solo del cáncer. Intenta dedicar tiempo a cocinar, ver deportes u otras actividades que te gusten. Duerme lo suficiente, visita a tus amigos, escribe en un diario y pasa tiempo al aire libre si puedes.
- Haz actividad física. Recibir un diagnóstico de cáncer no significa que debes dejar de hacer las cosas que disfrutas. Si te sientes lo suficientemente bien para hacer algo, hazlo. Consulta con el profesional de atención médica sobre comenzar cualquier programa de ejercicio.
Preparación para la consulta
Pide una cita con el profesional de atención médica si tienes síntomas que te preocupan. Pueden remitirte a un médico que se especialice en enfermedades de las células sanguíneas. Este tipo de médico se llama hematólogo.
Las citas médicas pueden ser breves y hay mucha información de la que hablar. Por eso es una buena idea estar preparado. A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte:
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta las restricciones previas a la cita médica. Cuando programes la cita, asegúrate de preguntar si hay algo que debes hacer con anticipación, por ejemplo, restringir tu alimentación antes del análisis.
- Anota todos los síntomas que tengas, incluidos los que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita.
- Anota información personal crucial, como situaciones de gran estrés o cambios recientes en tu vida.
- Haz una lista de los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que estés tomando.
- Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una cita médica. Es posible que la persona que te acompañe recuerde detalles que pasaste por alto u olvidaste.
- Anota tus preguntas.
Tu tiempo con el profesional de atención médica es limitado; por eso, preparar una lista de preguntas puede ser útil para aprovecharlo al máximo. Organiza las preguntas en orden de importancia y anótalas, ya que el tiempo de la cita puede agotarse. Algunas preguntas básicas que puedes hacer sobre la leucemia mielógena aguda son:
- ¿Cuál puede ser la causa de mis síntomas?
- ¿Cuáles son las otras causas posibles para mis síntomas?
- ¿Deberán hacerme más pruebas? ¿Cuáles?
- ¿Necesitaré tratamiento?
- ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
- ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada tratamiento?
- ¿Hay algún tratamiento que considere mejor para mí?
- Tengo otras enfermedades. ¿Cómo afectarán mi tratamiento y mi enfermedad?
- ¿Cómo afectará el tratamiento a mi vida diaria? ¿Puedo seguir trabajando?
- ¿Cuánto durará el tratamiento?
- ¿Debo respetar alguna restricción?
- ¿Debo pedir una segunda opinión?
- ¿Existe alguna alternativa genérica a los medicamentos que me prescribe?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
Además de las preguntas que preparaste, no dudes en hacer otras.
Qué esperar del médico
Es probable que el profesional de atención médica te haga preguntas. Estar preparado para responderlas podría darte más tiempo para repasar otras preguntas que tengas. Estas son algunas de esas preguntas:
- ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
- ¿Tienes síntomas todo el tiempo o en ocasiones?
- ¿Cuál es la intensidad de los síntomas?
- ¿Hay algo que mejore los síntomas?
- ¿Hay algo que empeore los síntomas?
Qué puedes hacer mientras tanto
Evita actividades que empeoren los síntomas. Por ejemplo, intenta relajarte si sientes mucho cansancio.