Diagnóstico
Para diagnosticar el reflujo infantil, el profesional de atención médica realiza un examen físico y hace preguntas sobre los síntomas del bebé. Si el bebé crece según lo previsto y parece satisfecho, generalmente no se necesita hacer pruebas. Sin embargo, en algunos casos, el profesional de atención médica podría recomendar lo siguiente:
- Ecografía: Esta prueba por imágenes puede detectar la estenosis pilórica.
- Análisis de laboratorio: Los análisis de sangre y de orina pueden ayudar a identificar o descartar posibles causas de vómitos recurrentes y un aumento insuficiente de peso.
- Control del pH esofágico: Para medir la acidez en el esófago del bebé, el profesional de atención médica introducirá una sonda fina por la nariz o la boca del bebé hasta el esófago. La sonda está conectada a un dispositivo que controla la acidez. Quizás el bebé necesite quedarse en el hospital mientras está bajo observación.
- Radiografías: Estas imágenes pueden identificar problemas en el tracto digestivo, como una obstrucción. Puede que le den al bebé una sustancia de contraste con un biberón antes de la prueba. Este líquido por lo general es bario.
- Endoscopia superior: En la endoscopia superior, se utiliza una cámara diminuta ubicada en el extremo de una sonda flexible, llamada endoscopio, para examinar visualmente el aparato digestivo superior. Es posible que se tomen muestras de tejido para analizarlas. En los bebés y los niños, la endoscopia generalmente se realiza con anestesia general. La anestesia general ocasiona un estado similar al del sueño antes de la cirugía u otro procedimiento médico.
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Tratamiento
Para la mayoría de los bebés, hacer algunos cambios en la alimentación aliviará el reflujo infantil hasta que mejore por sí solo.
Medicamentos
Los medicamentos para el reflujo no suelen utilizarse para tratar el reflujo sin complicaciones en niños. Pero el profesional de atención médica puede recomendar un medicamento antiácido durante varias semanas o meses. Los medicamentos antiácidos incluyen cimetidina (Tagamet HB), famotidina (Pepcid AC) y omeprazol magnésico (Prilosec). Es posible que el profesional de atención médica recomiende un medicamento antiácido si tu bebé tiene lo siguiente:
- Aumenta poco de peso y los cambios en la alimentación no han funcionado.
- No quiere comer.
- Su esófago está inflamado e irritado.
- Tiene asma crónica.
Cirugía
En casos pocos frecuentes, puede que el bebé necesite una intervención quirúrgica. Esto solo se hace si el bebé no aumenta lo suficiente de peso o tiene problemas para respirar a causa del reflujo. Durante la cirugía, se tensa el esfínter esofágico inferior, situado entre el esófago y el estómago. Así se evita que el ácido vuelva a subir al esófago.
Estilo de vida y remedios caseros
Para reducir al mínimo el reflujo:
- Alimenta al bebé en una posición en la que esté erguido. Luego, mantén al bebé sentado por 30 minutos después de alimentarlo. La fuerza de gravedad ayuda a que el contenido del estómago permanezca en su lugar. Ten cuidado de no hamacar ni mecer al bebé mientras se asienta la comida.
- Prueba con tomas más pequeñas y más frecuentes. Si le das el biberón, dale un poco menos que de costumbre o reduce un poco el tiempo en que lo amamantas.
- Tómate un momento para hacer eructar al bebé. Hacerlo eructar con frecuencia durante y después de alimentarlo puede evitar que el aire se acumule en el estómago del bebé.
- Ponlo boca arriba cuando lo hagas dormir. La mayoría de los bebés debería dormir boca arriba aunque tengan reflujo.
Ten en cuenta que el reflujo infantil no es algo que deba preocuparte demasiado. Simplemente ten a mano varios baberos hasta que el reflujo del bebé se detenga.
Preparación para la consulta
Puedes comenzar con una visita al equipo de atención médica de tu bebé. O bien, pueden remitirte a un especialista en enfermedades digestivas pediátricas, llamado gastroenterólogo pediátrico.
Qué puedes hacer
Cuando programes la cita, pregunta si debes hacer algo con anticipación. Prepara una lista de lo siguiente:
- Los síntomas de tu bebé, incluidos aquellos que no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita médica.
- Información personal crucial, incluidos momentos de gran estrés, cambios recientes en tu vida y antecedentes médicos familiares.
- Todos los medicamentos, las vitaminas u otros suplementos que toma tu bebé, y las dosis.
- Preguntas para hacerle al equipo de atención médica del bebé.
- Los cuidadores y cómo alimentan al bebé.
Si es posible, pídele a un familiar o amigo que te acompañe para que te ayude a recordar la información que recibas.
En el caso del reflujo infantil, algunas preguntas básicas que puedes hacer incluyen las siguientes:
- ¿Qué puede estar causando los síntomas de mi bebé?
- Además de la causa más probable, ¿cuáles son otras causas posibles para los síntomas de mi bebé?
- ¿Qué pruebas debe hacerse mi bebé?
- ¿Es probable que la afección de mi bebé sea temporal, o será crónica?
- ¿Cuál es el mejor plan de acción?
- ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que sugiere?
- Mi bebé tiene otras afecciones. ¿Cuál es la mejor manera de controlar estas enfermedades de manera conjunta?
- ¿Hay alguna restricción que deba cumplir para ayudar a mi bebé?
- ¿Debería llevar a mi bebé a un especialista?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer otras preguntas.
Qué esperar del médico
Es posible que te hagan algunas preguntas, por ejemplo:
- ¿Cuándo comenzaron los síntomas de tu bebé?
- ¿Los síntomas de tu bebé fueron continuos u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas de tu bebé?
- ¿Hay algo que parezca mejorar la afección de tu bebé?
- ¿Hay algo que parezca empeorar la afección de tu bebé?
Qué puedes hacer mientras tanto
Evita todo lo que parezca empeorar los síntomas de tu bebé.