Diagnóstico

Para diagnosticar la fiebre del valle, es posible que el médico evalúe tus antecedentes médicos y revise tus signos y síntomas. La fiebre del valle es difícil de diagnosticar en función de los signos y síntomas, ya que los síntomas suelen ser confusos y similares a los de otras enfermedades. Ni siquiera una radiografía de tórax puede ayudar a los médicos a ver la diferencia entre la fiebre del valle y otras enfermedades pulmonares.

Para diagnosticar la fiebre del valle, es posible que los médicos soliciten una o más de las siguientes pruebas:

  • Frotis o cultivo de esputo. En estas pruebas se analiza una muestra de la materia expulsada durante la tos (esputo) para determinar la presencia de organismos coccidioides.
  • Análisis de sangre. Mediante un análisis de sangre, el médico puede determinar la presencia de anticuerpos contra los hongos que causan la fiebre del valle.

Si los médicos creen que es posible que tengas neumonía relacionada con la fiebre del valle, también podrían solicitar pruebas por imágenes, como una Tomografía computarizada, una Resonancia magnética o una radiografía de tórax.

Si es necesario, los médicos podrían extraer una muestra de tejido de los pulmones para analizarla.

En algunos casos, los médicos podrían realizar una prueba cutánea para saber si has tenido la fiebre del valle anteriormente y si has desarrollado inmunidad.

Tratamiento

La fiebre del valle suele requerir cuidados de apoyo y, a veces, medicamentos.

Reposo

La mayoría de las personas con fiebre del valle aguda no necesitan tratamiento. Incluso cuando los síntomas son graves, la mejor terapia para los adultos por lo demás sanos suele ser reposo en cama e ingesta de líquidos. Aun así, los médicos controlan minuciosamente a las personas con fiebre del valle.

Medicamentos antimicóticos

Si los síntomas no mejoran o empeoran, o si tienes un mayor riesgo de tener complicaciones, el médico puede recetarte un medicamento antimicótico, como el fluconazol. Los medicamentos antimicóticos también se utilizan en personas con enfermedades diseminadas o crónicas.

En general, los medicamentos antimicóticos fluconazol (Diflucan) o itraconazol (Sporanox, Onmel, Tolsura) se utilizan para todas las formas de coccidioidomicosis, excepto para las más graves.

Todos los antimicóticos pueden tener efectos secundarios graves. Pero estos efectos secundarios suelen desaparecer una vez que se dejan de tomar estos medicamentos. Los posibles efectos secundarios del fluconazol y el itraconazol son náuseas, vómitos, dolor de estómago y diarrea.

Las infecciones más graves pueden tratarse primero con un medicamento antimicótico por vía intravenosa, como la anfotericina B (Abelcet, Ambisome u otros).

También pueden usarse dos medicamentos más nuevos, el voriconazol (Vfend), el posaconazol (Noxafil) y el sulfato de isavuconazonio (Cresemba), para tratar infecciones más graves.

Los antimicóticos controlan el hongo, pero a veces no lo destruyen, por lo que puede haber recaídas. Para muchas personas, un solo episodio de fiebre del valle genera inmunidad de por vida. Pero es posible que la enfermedad se reactive o puedes volver a infectarte si el sistema inmunitario está muy debilitado.

Preparación para la consulta

Pide una cita con el médico si tienes signos o síntomas de la fiebre del valle y si te encuentras o has estado hace poco en una región donde es frecuente esta enfermedad.

A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar del médico.

Información que se debe recopilar por adelantado

  • Restricciones previas a la cita. Cuando pidas la cita, pregunta si hay alguna restricción que debas seguir durante el período previo a la visita.
  • Antecedentes de los síntomas. Anota los síntomas que hayas experimentado y su duración.
  • Exposiciones recientes a posibles fuentes de infección. Al médico le interesará saber, en especial, si has viajado recientemente y adónde.
  • Antecedentes médicos. Haz una lista con tu información médica importante, como otras afecciones para las cuales estés recibiendo tratamiento y cualquier medicamento, vitamina o suplemento que estés tomando.
  • Preguntas para hacerle al médico. Anota una lista de preguntas con anticipación para que puedas aprovechar al máximo tu tiempo con el médico.

En la siguiente lista, se sugieren preguntas para hacerle al médico sobre la fiebre del valle. No dudes en hacer más preguntas durante la cita.

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Qué clase de pruebas necesito hacerme?
  • ¿Qué método de tratamiento recomienda, si es que recomienda alguno?
  • Tengo estas otras afecciones. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
  • Si me recomienda medicamentos, ¿cuáles son los posibles efectos secundarios?
  • ¿En cuánto tiempo crees que me recuperaré por completo? ¿Necesitaré una consulta de seguimiento?
  • ¿Hay riesgos de que esta enfermedad tenga complicaciones a largo plazo?

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga varias preguntas. Estar preparado para responderlas te permitirá reservar tiempo para repasar cualquier punto sobre el que quieras hablar en profundidad. El médico podría hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿Cuáles son tus síntomas?
  • ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
  • ¿Los síntomas empeoraron con el tiempo?
  • ¿Has viajado recientemente? ¿Adónde y cuándo?
  • ¿Tu trabajo o actividades recreativas implican tener que pasar tiempo en entornos polvorientos al aire libre?
  • ¿Estás embarazada?
  • ¿Te diagnosticaron alguna otra enfermedad?
  • ¿Estás tomando actualmente medicamentos, recetados o de venta libre, así como vitaminas y suplementos?

CON-XXXXXXXX