Descripción general
La tiña versicolor es una infección fúngica frecuente de la piel. El hongo afecta la pigmentación normal de la piel, lo que da lugar a la formación de pequeñas manchas decoloradas. Esas manchas pueden tener un color más claro o más oscuro que el de la piel que las rodea, y afectan, con mayor frecuencia, al tronco y a los hombros.
La tiña versicolor se presenta, más comúnmente, en los adolescentes y en los adultos jóvenes. La exposición al sol puede hacer que la tiña versicolor sea más evidente. La tiña versicolor, también denominada “pitiriasis versicolor”, no es dolorosa ni contagiosa. Sin embargo, puede causar angustia emocional o inseguridad.
Las cremas, las lociones o los champús antifúngicos pueden ayudar a tratar la tiña versicolor. No obstante, incluso después de un tratamiento exitoso, el color de la piel puede continuar siendo irregular durante varias semanas o meses. A menudo, la tiña versicolor reaparece, sobre todo en climas cálidos y húmedos.
Síntomas
Los signos y síntomas de la pitiriasis versicolor comprenden:
- Zonas con cambios de color de la piel, por lo general en la espalda, el pecho y la parte superior de los brazos, que pueden verse más claras o más oscuras de lo normal
- Picazón leve
- Descamación
Cuándo consultar al médico
Consulta con el médico en estos casos:
- La piel no mejora con las medidas de cuidado personal
- La infección fúngica vuelve a aparecer
- Las manchas abarcan grandes zonas del cuerpo
Causas
El hongo que causa la pitiriasis versicolor se puede encontrar en la piel sana. Solamente empieza a provocar problemas cuando el hongo prolifera. Existen varios factores que pueden provocar esta proliferación, como por ejemplo:
- Clima cálido y húmedo
- Piel grasa
- Cambios hormonales
- Sistema inmunitario debilitado
Prevención
Para prevenir que se vuelva a producir la tiña versicolor, tu médico puede recetar un tratamiento cutáneo u oral que te administras una o dos veces por mes. Es posible que necesites consumirlos solamente durante los meses cálidos y húmedos. Los tratamientos preventivos incluyen los siguientes:
- Sulfuro de selenio (Selsun) al 2,5 por ciento en loción o champú
- Ketoconazol (Ketoconazole, Nizoral u otros) en crema, gel o champú
- Itraconazol (Onmel, Sporanox) en tabletas, cápsulas o solución oral
- Fluconazol (Diflucan) en tabletas o solución oral