Diagnóstico
La colitis isquémica a menudo puede confundirse con otros trastornos porque sus síntomas coinciden, especialmente con la enfermedad inflamatoria intestinal. Según los síntomas, el médico puede recomendar estas pruebas por imágenes:
- Exploraciones abdominales por tomografía computarizada, para proporcionar imágenes del colon que puedan resultar útiles para descartar otros trastornos, como la enfermedad intestinal inflamatoria.
- Colonoscopia. Esta prueba, que brinda imágenes detalladas del colon, puede resultar útil para diagnosticar la colitis isquémica. La colonoscopia también puede utilizarse para detectar el cáncer y para ver cómo funciona el tratamiento.
- Análisis de heces, para descartar la infección como causa de los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento de la colitis isquémica depende de la gravedad de la afección.
Los síntomas suelen disminuir en 2 o 3 días en los casos leves. Es posible que el proveedor de atención médica recomiende lo siguiente:
- Antibióticos para prevenir infecciones
- Líquidos intravenosos, si estás deshidratado
- Tratamiento de una enfermedad subyacente, como insuficiencia cardíaca congestiva o latidos irregulares del corazón
- Dejar de tomar los medicamentos que provocan constricción de los vasos sanguíneos, como los medicamentos contra las migrañas, medicamentos hormonales y algunos medicamentos para el corazón
El proveedor de atención médica también puede programar colonoscopias de seguimiento para controlar el proceso de recuperación y ver si hay complicaciones.
Cirugía
Si tus síntomas son intensos o hay lesiones en el colon, es posible que necesites una cirugía para:
- Extraer el tejido muerto
- Reparar un orificio en el colon
- Extirpar una parte del colon que se haya vuelto más estrecha por la formación de cicatrices y que cause una obstrucción
La probabilidad de una cirugía puede ser mayor si tienes una afección subyacente, como una enfermedad cardíaca, fibrilación articular o insuficiencia renal.
Preparación para la consulta
Ve a la sala de emergencias si sientes un dolor abdominal intenso que te haga sentir tan mal que no puedas mantenerte quieto al estar sentado. Es posible que se te remita a una cirugía inmediata para diagnosticar y tratar la enfermedad.
Si los síntomas son leves y poco frecuentes, llama al proveedor de atención médica para pedirle una cita. Después de una evaluación inicial, es posible que se te remita a un médico que se especialice en trastornos digestivos (gastroenterólogo) o a un cirujano especializado en trastornos de los vasos sanguíneos (cirujano vascular).
La siguiente información te ayudará a prepararte para la cita y a saber qué esperar del proveedor de atención médica.
Lo que puedes hacer
- Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita, como no comer pasada la medianoche de la víspera a la cita médica.
- Anota tus síntomas, incluido cuándo comenzaron y cómo pueden haber cambiado o empeorado con el tiempo.
- Anota tu información médica más importante, incluidas otras afecciones que se te han diagnosticado.
- Haz una lista de todos los medicamentos, vitaminas y suplementos que tomes.
- Anota las preguntas que quieras hacer durante la cita médica.
Preguntas para hacerle al médico.
- ¿Cuál es la causa más probable de mi enfermedad?
- ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme?
- Tengo otros problemas de salud. ¿Cómo puedo manejar mejor estas enfermedades en conjunto?
- Si necesito cirugía, ¿cómo será mi recuperación?
- ¿De qué manera cambiará mi dieta y mi estilo de vida después de tener una cirugía?
- ¿Qué clase de atención de seguimiento voy a necesitar?
Qué esperar de tu médico
Es probable que el proveedor de atención médica te haga preguntas acerca de tus síntomas, como las siguientes:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
- ¿Dónde sientes más los síntomas?
- ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
- ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?