Descripción general
Cuando tienes un conducto lagrimal obstruido, las lágrimas no pueden drenar normalmente, provocando que los ojos estén llorosos e irritados. La afección es causada por una obstrucción parcial o completa en el sistema de secreción lagrimal.
La obstrucción del conducto lagrimal es común en los recién nacidos. Por lo general, la afección mejora sin ningún tratamiento durante el primer año de vida. En los adultos, un conducto lagrimal obstruido puede deberse a una lesión, una infección o, en raras ocasiones, a un tumor.
La obstrucción del conducto lagrimal es casi siempre corregible. El tratamiento depende de la causa de obstrucción y la edad de la persona afectada.
Síntomas
Los síntomas de un conducto lagrimal obstruido son los siguientes:
- Lagrimeo excesivo
- Enrojecimiento de la parte blanca del ojo
- Infección o inflamación ocular recurrente, conocida como conjuntivitis
- Hinchazón dolorosa cerca de la esquina interior del ojo
- Formación de costras en los párpados
- Secreción de mucosidad o pus de los párpados y la superficie del ojo
- Visión borrosa
Cuándo consultar al médico
Si lagrimeas constantemente durante varios días o si el ojo se te infecta de manera repetida o continua, consulta a tu médico. Un conducto lagrimal bloqueado puede ser la consecuencia de un tumor que presiona el sistema de drenaje lagrimal. La identificación temprana del tumor puede darte más opciones de tratamiento.
Causas
La obstrucción de los conductos lagrimales puede ocurrir a cualquier edad, desde el nacimiento hasta la edad adulta. Las causas incluyen:
- Obstrucción congénita. Muchos bebés nacen con un conducto lagrimal obstruido. Es posible que el sistema de drenaje lagrimal no esté completamente desarrollado o bien puede haber una anormalidad en el conducto. A menudo, una membrana de tejido delgado cubre el orificio que desemboca en la nariz (conducto nasolagrimal).
- Cambios relacionados con la edad. A medida que envejeces, los pequeños orificios por los que drenan las lágrimas (lagrimales) pueden estrecharse y causar obstrucción.
- Infección o inflamación. La infección crónica o la inflamación de los ojos, el sistema de drenaje lagrimal o la nariz pueden causar que los conductos lagrimales se obstruyan.
- Lesión o traumatismo. Una lesión en la cara puede causar daño óseo o cicatrices cerca del sistema de drenaje, interrumpiendo el flujo normal de lágrimas por los conductos. Incluso las pequeñas partículas de suciedad o las células cutáneas sueltas que se alojan en el conducto pueden causar obstrucción.
- Tumor. Un tumor en la nariz o en cualquier parte del sistema de drenaje lagrimal puede causar obstrucción.
- Gotas para los ojos. En raras ocasiones, el uso a largo plazo de ciertos medicamentos, como las gotas para los ojos utilizadas para tratar el glaucoma, puede causar obstrucción del conducto lagrimal.
- Tratamientos oncológicos. La obstrucción de un conducto lagrimal es un posible efecto secundario de la quimioterapia y la radioterapia para tratar el cáncer.
Cómo funciona el sistema de drenaje lagrimal
Las glándulas lagrimales producen la mayor parte de las lágrimas. Estas glándulas están ubicadas dentro de los párpados superiores sobre cada ojo. Normalmente, las lágrimas fluyen desde las glándulas lagrimales a través de la superficie del ojo. Las lágrimas drenan en los orificios (puntas lagrimales), ubicados en las esquinas internas de los párpados superiores e inferiores.
Las puntas lagrimales tienen pequeños conductos (canalículos) que llevan las lágrimas hacia un saco a modo de reservorio al lado de la nariz (saco lagrimal). Desde allí, las lágrimas bajan por un conducto (el conducto nasolagrimal) y drenan hacia la nariz. Una vez en la nariz, las lágrimas se reabsorben.
Puede haber una obstrucción en cualquier punto del sistema de drenaje lagrimal, desde las puntas hasta la nariz. Cuando eso sucede, las lágrimas no drenan adecuadamente, los ojos se vuelven llorosos y aumenta el riesgo de infecciones e inflamación ocular.
Factores de riesgo
Ciertos factores incrementan el riesgo de bloqueo del conducto lagrimal:
- Edad. Los adultos mayores tienen más riesgo de presentar conductos lagrimales bloqueados debido a los cambios relacionados con la edad.
- Inflamación crónica de los ojos. Si tienes los ojos continuamente irritados, enrojecidos e inflamados (conjuntivitis), tienes mayor riesgo de bloqueo de los conductos lagrimales.
- Cirugía previa. Una cirugía previa de ojos, párpados, nariz o senos paranasales puede haber causado algunas cicatrices en el sistema de conductos, lo que podría bloquear un conducto lagrimal más tarde.
- Glaucoma. Los medicamentos contra el glaucoma a menudo se utilizan de manera tópica en el ojo. Si has usado estos u otros medicamentos tópicos para los ojos, estás en mayor riesgo de bloqueo de un conducto lagrimal.
- Tratamientos oncológicos previos. Si has recibido radioterapia o quimioterapia para tratar el cáncer, particularmente si la radiación se enfocó en tu cara o cabeza, tienes un riesgo más alto de bloqueo de un conducto lagrimal.
Complicaciones
Debido a que las lágrimas no drenan como deberían, las lágrimas que permanecen en el sistema de drenado se estancan. Esto promueve el desarrollo de bacterias, virus y hongos, que pueden generar inflamaciones e infecciones oculares recurrentes.
Cualquier parte del sistema de drenado, incluida la membrana clara sobre la superficie del ojo (tejido conjuntivo), se puede infectar o inflamar por un canal lagrimal bloqueado.
Prevención
Para reducir el riesgo de tener un conducto lagrimal bloqueado, realiza un tratamiento inmediato para los ojos inflamados o con infecciones. En primer lugar, sigue los siguientes consejos para evitar las infecciones en los ojos:
- Lava bien tus manos con frecuencia.
- Trata de no frotarte los ojos.
- Reemplaza tu delineador y máscara para pestañas en forma regular. Nunca compartas estos cosméticos con otras personas.
- Si usas lentes de contacto, mantenlos limpios según las instrucciones provistas por el fabricante y el oftalmólogo.