Diagnóstico
El médico probablemente te diagnostique de gastroenteritis viral (gripe estomacal) según los síntomas, la exploración física y, en ocasiones, la presencia de casos similares en tu comunidad. Un análisis rápido de heces puede detectar rotavirus o norovirus, pero no existen análisis rápidos para otros virus que causan gastroenteritis. En algunos casos, el médico puede pedirte que envíes una muestra de heces para descartar una posible infección bacteriana o parasitaria.
Tratamiento
Muchas veces no hay un tratamiento médico específico para la gastroenteritis viral. Los antibióticos no son eficaces contra los virus. El tratamiento implica primero medidas de cuidado personal, como mantenerte hidratado.
Autocuidados
Para mantenerte más a gusto y prevenir la deshidratación mientras te recuperas, intenta lo siguiente:
- Deja que el estómago se asiente. Suspende la ingesta de alimentos sólidos durante algunas horas.
- Prueba con chupar trocitos de hielo o beber pequeños sorbos de agua a menudo. También puedes probar con beber gaseosas transparentes, caldos transparentes o bebidas deportivas sin cafeína. En algunos casos, puedes probar con soluciones de rehidratación oral. Bebe mucho líquido todos los días, de a pequeños sorbos y de manera frecuente.
- Vuelve a comer de a poco. A medida que seas capaz, puedes retomar tu dieta normal. Es posible que al principio puedas comer alimentos blandos y fáciles de digerir, como galletas saladas, sopa, hojuela de avena, fideos, plátanos y arroz. Deja de comer si vuelves a sentir náuseas.
- Evita ciertos alimentos y sustancias hasta que te sientas mejor. Estos incluyen la cafeína, el alcohol, la nicotina y los alimentos grasos o muy condimentados.
- Descansa mucho. Es posible que la enfermedad y la deshidratación te hayan provocado cansancio y debilidad.
- Prueba con medicamentos antidiarreicos. A algunos adultos les resulta útil consumir loperamida (Imodium A-D) o subsalicilato de bismuto (Pepto-Bismol u otros) para controlar sus síntomas. Sin embargo, evítalos si tienes diarrea con sangre o fiebre, que pueden ser signos de otra afección.
En el caso de bebés y niños
Cuando tu hijo tiene una infección intestinal, el objetivo más importante es restituir las sales y los líquidos perdidos. Las siguientes recomendaciones pueden ser útiles:
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Ayuda a tu hijo a rehidratarse. Dale a tu hijo una solución de rehidratación oral, disponible sin receta médica en farmacias. Si tienes alguna pregunta sobre cómo usarla, consulta a tu médico.
No le des a tu hijo agua sola; en niños con gastroenteritis, el agua no se absorbe bien ni restituye de forma adecuada los electrolitos perdidos. Evita darle jugo de manzana a tu hijo para rehidratarlo, ya que puede empeorar la diarrea.
- Haz que tu hijo retome su dieta normal una vez que esté hidratado nuevamente. Una vez que tu hijo esté rehidratado, haz que retome su dieta normal. Esto puede incluir tostadas, yogur, frutas y verduras.
- Evita ciertos alimentos. No le des a tu hijo alimentos azucarados, como helado, gaseosas y dulces. Estos pueden empeorar la diarrea.
- Asegúrate de que tu hijo descanse mucho. Es posible que la enfermedad y la deshidratación hayan cansado y debilitado a tu hijo.
- Evita darle medicamentos antidiarreicos de venta libre, a menos que lo indique el médico. Pueden dificultar que el organismo de tu hijo elimine el virus.
Si tienes un bebé enfermo, deja que su estómago descanse entre 15 y 20 minutos después de vomitar o de un episodio de diarrea, luego ofrécele pequeñas cantidades de líquido. Si amamantas, continúa haciéndolo. Si tu bebé toma el biberón, ofrécele pequeñas cantidades de una solución de rehidratación oral o de leche maternizada común. No diluyas la leche maternizada ya preparada del bebé.
Preparación para la consulta
Si tú o tu hijo necesitan consultar a un médico, es probable que primero consultes al tuyo. Si tienes preguntas sobre el diagnóstico, tu médico puede remitirte a un especialista en enfermedades infecciosas.
Lo que puedes hacer
Preparar una lista de preguntas te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo con tu médico. Estas son algunas de las preguntas que podrías hacerle a tu médico o al médico de tu hijo:
- ¿Cuál es la causa más probable de los síntomas? ¿Existen otras causas posibles?
- ¿Debo realizarme pruebas?
- ¿Cuál es el mejor enfoque de tratamiento? ¿Hay alternativas?
- ¿Necesitaré tomar medicamentos?
- ¿Qué puedo hacer en casa para aliviar los síntomas?
Qué esperar de tu médico
Las siguientes son algunas de las preguntas que puede hacerte el médico:
- ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
- ¿Los síntomas son constantes, o aparecen y desaparecen?
- ¿Qué tan graves son los síntomas?
- ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
- ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?
- ¿Has estado en contacto con alguna persona que tenga síntomas similares?
Qué puedes hacer mientras tanto
Bebe mucho líquido. A medida que seas capaz, puedes retomar tu dieta normal. Es posible que al principio puedas comer alimentos blandos, fáciles de digerir. Si tu hijo está enfermo, adopta el mismo enfoque: ofrécele mucho líquido. Cuando sea posible, haz que tu hijo retome su dieta normal. Si amamantas o usas leche de fórmula, continúa con la alimentación de tu hijo como lo sueles hacer. Pregúntale al médico de tu hijo si ayudaría usar una solución de rehidratación oral, disponible en farmacias y de venta sin receta médica.