Diagnóstico
Si tu proveedor de atención médica sospecha de un desprendimiento de la placenta, hará una exploración física para verificar la sensibilidad o la rigidez uterina. Para poder ayudar a identificar las posibles fuentes de sangrado vaginal, es probable que el proveedor recomiende que te hagas análisis de sangre y de orina, y una ecografía.
Durante una ecografía, se usan ondas sonoras de alta frecuencia para crear una imagen del útero en un monitor. Sin embargo, no siempre es posible ver un desprendimiento de la placenta en una ecografía.
Tratamiento
No es posible volver a adherir la placenta que se separó de la pared del útero. Las opciones de tratamiento para el desprendimiento placentario dependen de las circunstancias:
El embarazo no está cerca de la fecha de parto. Si la abrupción parece leve, la frecuencia cardíaca de tu bebé es normal y es demasiado pronto para que el bebé nazca, podrías ser hospitalizada para un control cercano. Si el sangrado se detiene y la condición de tu bebé es estable, podrías hacer reposo en casa.
Podrían darte un medicamento para ayudar a los pulmones de tu bebé a madurar y para proteger el cerebro del bebé, en caso de que sea necesario un parto prematuro.
- El embarazo está cerca de la fecha de parto. Generalmente después de 34 semanas de embarazo, si el desprendimiento de la placenta parece mínimo, puede ser posible un parto vaginal controlado de cerca. Si la abrupción empeora o pone en peligro tu salud o la de tu bebé, necesitarás un parto inmediato, normalmente por cesárea.
En caso de sangrado intenso, es probable que necesites una transfusión sanguínea.
Preparación para la consulta
En general, el desprendimiento de la placenta es una emergencia médica, por lo cual no hay tiempo de preparación. Sin embargo, es posible que el proveedor de atención médica observe signos de un desprendimiento inminente.
Según la presunta gravedad del desprendimiento de la placenta, es posible que te internen en el hospital y te controlen. O también pueden internarte para hacer una cirugía de urgencia para que nazca el bebé.
Si el bebé y tú están controlados en el hospital, a continuación encontrarás información que te ayudará a prepararte para lo que sigue.
Qué puedes hacer
Mientras estás en el hospital:
- Presta atención a los cambios. Avisa al equipo de atención médica de inmediato si hay cambios en los síntomas o su frecuencia.
- Infórmale al médico sobre todos los medicamentos que has estado tomando, incluidos vitaminas y suplementos. Incluye si has fumado durante el embarazo o si has usado drogas ilegales.
- Pídele a un ser querido o amigo que te acompañe si es posible. Alguien que esté contigo puede ayudarte a recordar la información proporcionada, especialmente en una emergencia.
Estas son algunas preguntas que podrías querer hacerle al médico:
- ¿Qué pruebas necesito hacerme?
- ¿Está el bebé en peligro? ¿Lo estoy?
- ¿Cuáles son las opciones de tratamiento?
- ¿Cuáles son las posibles complicaciones?
- ¿Qué puede pasar si el bebé nace ahora?
- ¿Necesitaré una transfusión sanguínea?
- ¿Qué posibilidades hay de que necesite una histerectomía después del parto?
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te pregunte lo siguiente:
- ¿Cuándo comenzaron tus signos y síntomas?
- ¿Has notado cambios en los signos y síntomas?
- ¿Cuánto has sangrado?
- ¿Sientes que el bebé se mueve?
- ¿Has notado pérdida de líquido trasparente de la vagina?
- ¿Tuviste náuseas, vómitos o aturdimiento?
- ¿Tienes contracciones? Si es así, ¿con cuánta frecuencia?