Diagnóstico
Para diagnosticar la dermatitis atópica, es probable que el médico te pregunte acerca de tus síntomas, te examine la piel y revise tus antecedentes médicos. Es posible que necesites análisis para identificar alergias y descartar otras afecciones de la piel.
Si crees que un determinado alimento causó la erupción de tu hijo, pregúntale al proveedor de atención médica sobre posibles alergias alimentarias.
Prueba con parches
El médico puede recomendar una prueba con parches en la piel, la cual consiste en aplicar pequeñas cantidades de diferentes sustancias en la piel que luego se cubren. Durante las visitas de los días siguientes, el médico examina la piel para buscar signos de una reacción. Las pruebas con parches pueden ayudar a diagnosticar tipos específicos de alergias que causan dermatitis.
Tratamiento
El tratamiento de la dermatitis atópica puede comenzar con la humectación regular de la piel y otros hábitos de cuidado personal. Si esto no da resultado, el proveedor de atención médica podría recomendar cremas medicinales para controlar la comezón y ayudar a reparar la piel. Algunas veces, se combinan con otros tratamientos.
La dermatitis atópica puede ser persistente. Es posible que tengas que probar varios tratamientos durante meses o años para controlarla. Además, aunque el tratamiento funcione, los síntomas pueden volver a aparecer (brote).
Medicamentos
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Productos medicinales que se aplican sobre la piel. Hay muchas opciones disponibles que pueden ayudarte a controlar la picazón y reparar la piel. Los productos presentan distintas concentraciones, y vienen en forma de cremas, geles y ungüentos. Habla con el proveedor de atención médica acerca de las opciones y tus preferencias. Independientemente del producto que uses, aplícatelo según las indicaciones (a menudo, dos veces al día) antes de humectar la piel. El uso excesivo de un producto con corticoide en la piel puede causar efectos secundarios, como adelgazamiento de la piel.
Las cremas o ungüentos con inhibidores de calcineurina pueden ser una buena opción para las personas a partir de los 2 años. Los ejemplos incluyen el tacrolimus (Protopic) y el pimecrolimus (Elidel). Aplícatelos según las indicaciones antes de humectar la piel. Evita la exposición solar directa mientras usas estos productos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos exige que estos productos incluyan un recuadro negro en el que se advierta sobre el riesgo de padecer linfoma. Esta advertencia se basa en casos excepcionales de personas que presentaron linfoma después de usar productos tópicos con inhibidores de calcineurina. Después de 10 años de estudio, no se encontró ninguna relación causal entre estos productos y los linfomas ni un mayor riesgo de padecer cáncer.
- Medicamentos para combatir la infección. Es posible que el proveedor de atención médica te recete antibióticos para tratar una infección.
- Píldoras para controlar la inflamación. Para el eccema más grave, es probable que el proveedor de atención médica te recete píldoras para ayudar a controlar los síntomas. Las opciones pueden incluir ciclosporina, metotrexato, prednisona, micofenolato y azatioprina. Estas píldoras son eficaces, pero no pueden utilizarse durante un tiempo prolongado debido a los posibles efectos secundarios graves.
- Otras opciones para el eccema grave. Los productos biológicos inyectables (anticuerpos monoclonales), como el dupilumab (Dupixent) y el tralokinumab (Adbry), podrían ser una opción para las personas con enfermedad de moderada a grave que no responden bien a otros tratamientos. Los estudios demuestran que son seguros y eficaces para aliviar los síntomas de la dermatitis atópica. El dupilumab está indicado para las personas mayores de 6 años y el tralokinumab, para adultos.
Terapias
- Vendajes húmedos. Un tratamiento eficaz e intensivo para el eccema grave consiste en aplicar un ungüento con corticoides en el área, envolverla con una gasa húmeda y, luego, cubrirla con una capa de gasa seca por encima. En el caso de las personas con lesiones extensas, esto se puede hacer en el hospital debido a que es un trabajo intenso y requiere la experiencia del personal de enfermería. También puedes pedirle al proveedor de atención médica que te enseñe cómo usar esta técnica en el hogar de forma segura.
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Fototerapia. Este tratamiento se utiliza en las personas que no mejoran con los tratamientos tópicos o que vuelven a presentar brotes rápidamente después del tratamiento. El tipo de fototerapia (terapia lumínica) más simple consiste en exponer el área afectada a una cantidad controlada de luz solar natural. Otras formas utilizan luz artificial ultravioleta A y ultravioleta B de banda estrecha, solas o con medicamentos.
Si bien es eficaz, la fototerapia a largo plazo tiene efectos perjudiciales, como envejecimiento prematuro de la piel, cambios en el color de la piel (hiperpigmentación) y aumento del riesgo de padecer cáncer de piel. Por este motivo, el uso de la fototerapia no es muy frecuente en niños pequeños ni tampoco se administra a los bebés. Habla con el proveedor de atención médica sobre las ventajas y las desventajas de la fototerapia.
- Asesoramiento. Si sientes vergüenza o frustración por la afección cutánea que padeces, puede ser útil hablar con un terapeuta u otro consejero.
- Relajación, modificación de la conducta y biorretroalimentación. Estas medidas pueden ayudar a las personas que tienen el hábito de rascarse.
Eccema en bebés
El tratamiento para el eccema en bebés (eccema infantil) comprende lo siguiente:
- Identificar y evitar los agentes que irritan la piel.
- Evitar las temperaturas extremas.
- Darle al bebé un baño breve con agua tibia y aplicarle una crema o ungüento mientras tiene la piel húmeda.
Consulta con el proveedor de atención médica de tu bebé si estas medidas no mejoran el sarpullido o si parece haberse infectado. Es posible que el bebé necesite un medicamento de venta con receta médica para controlar el sarpullido o para tratar la infección. El proveedor de atención médica también puede recomendar un antihistamínico oral para ayudar a disminuir la picazón y provocar somnolencia, lo que puede ser útil para la comezón y las molestias durante la noche. El tipo de antihistamínico que provoca somnolencia puede afectar negativamente el rendimiento escolar de algunos niños.
Estudios clínicos
Explora los estudios de Mayo Clinic que ensayan nuevos tratamientos, intervenciones y pruebas para prevenir, detectar, tratar o controlar esta afección.
Estilo de vida y remedios caseros
Cuidar la piel sensible es el primer paso para tratar la dermatitis atópica y prevenir las exacerbaciones (brotes). Para ayudar a reducir la picazón y aliviar la inflamación de la piel, prueba las siguientes medidas de autocuidado:
- Hidrata la piel, al menos, dos veces al día. Busca un producto o una combinación de productos que funcione para ti. Podrías probar aceites de baño, cremas, lociones, manteca de karité, ungüentos o esprays. En el caso de los niños, la pauta de dos veces al día podría consistir en un ungüento antes de acostarse y una crema antes de ir a la escuela. Los ungüentos son más grasosos y pueden escocer menos al aplicarlos. Elige productos que no contengan colorantes, alcoholes, fragancias ni ningún otro ingrediente que pueda irritar la piel. Deja que el producto hidratante se absorba en la piel antes de vestirte.
- Aplica una crema contra la comezón en la zona afectada. El uso de una crema sin receta que contenga por lo menos un 1 % de hidrocortisona puede aliviar temporalmente la picazón. Aplícala, no más de dos veces al día, en la zona afectada antes de hidratarla. Una vez que la reacción mejore, puedes usar este tipo de crema con menos frecuencia para prevenir las exacerbaciones (brotes).
- Toma un medicamento antialérgico o contra la picazón por vía oral. Algunas de las opciones son los medicamentos antialérgicos sin receta (antihistamínicos), como la cetirizina (Zyrtec Allergy) o la fexofenadina (Allegra Allergy). Además, la difenhidramina (Benadryl, otros) puede ser útil si la picazón es muy intensa. Sin embargo, provoca somnolencia, así que es mejor tomarla antes de acostarse. El tipo de antihistamínicos que provoca somnolencia puede afectar negativamente el rendimiento escolar de algunos niños.
- No te rasques. Si te pica, en lugar de rascarte, prueba presionando o dando golpecitos suaves en la piel. Cubre el área donde te pica si no puedes evitar rascarte. Mantén las uñas cortas. En el caso de los niños, recortarles las uñas y ponerles calcetines o guantes por la noche podría ayudar.
- Toma un baño o una ducha a diario. Usa agua tibia en lugar de agua caliente. Si tomas un baño, espolvorea el agua con avena coloidal, que es avena finamente molida hecha para bañarse (Aveeno, otras). Sumérgete durante menos de 10 minutos y, luego, sécate la piel con golpecitos suaves. Aplica un producto hidratante mientras la piel aún está húmeda (en los primeros tres minutos).
- Usa un limpiador suave, sin jabón. Elige uno sin colorantes, alcoholes ni fragancias. Los jabones fuertes pueden eliminar los aceites naturales de la piel. Asegúrate de eliminar bien el jabón.
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Toma un baño de lejía. La American Academy of Dermatology (Academia Estadounidense de Dermatología) recomienda un baño de lejía para aliviar las exacerbaciones (brotes) intensas o frecuentes. Pregúntale al proveedor de atención médica si esta es la mejor opción para ti.
Un baño con lejía diluida reduce la cantidad de bacterias en la piel y las infecciones relacionadas. Agrega 1/2 taza (118 mililitros) de lejía de uso doméstico, lejía no concentrada, en una bañera de 40 galones (151 litros) llena de agua tibia. Las medidas son para una bañera de tamaño estándar de EE. UU. llena hasta los agujeros de drenaje por desbordamiento.
Sumérgete desde el cuello hacia abajo o sumerge solo las zonas afectadas de la piel durante 5 a 10 minutos. No pongas la cabeza debajo del agua. Enjuaga con bastante agua del grifo para eliminar el agua que contiene lejía. Toma un baño de lejía de 2 a 3 veces por semana.
- Usa un humidificador. El aire seco y caliente de los interiores puede resecar la piel sensible y empeorar la picazón y la descamación. Un humidificador portátil o un humidificador incorporado en la caldera agrega humedad al aire dentro de la casa.
- Usa ropa que no dé calor y que sea de textura suave. Evita la ropa áspera, ajustada o que cause picazón. Además, si hace calor o cuando hagas ejercicio, elige ropa ligera que deje que la piel respire. Cuando laves la ropa, evita agregar detergentes abrasivos y suavizantes durante el ciclo de secado.
- Trata el estrés y la ansiedad. El estrés y otros trastornos emocionales pueden empeorar la dermatitis atópica. Ser consciente del estrés y la ansiedad y tomar medidas para mejorar la salud emocional también puede ayudar a la piel.
Más información
Medicina alternativa
Muchas personas con dermatitis atópica probaron enfoques de medicina alternativa (integral) para aliviar los síntomas. Algunos de estos enfoques están respaldados por estudios clínicos.
- Cannabinoides. Se ha demostrado que, cuando se aplican en el área afectada, las cremas que contienen cannabinoides alivian la comezón y el engrosamiento de la piel. En varios estudios con más de 10 años de duración, se confirmaron algunos beneficios.
- Aceites naturales. Cuando se agregan al agua de la tina, los aceites naturales pueden ayudar a mejorar la piel seca. Entre algunos ejemplos, se incluyen el aceite de soja y el aceite mineral. Debes tener cuidado al usar estos aceites durante el baño, ya que pueden hacer que la tina se vuelva resbaladiza.
- Miel de manuka. Se ha demostrado que, cuando se aplica sobre el área afectada, la miel de manuka alivia las reacciones en la piel. Se ha usado durante siglos como antimicrobiano. No debe usarse en niños menores de 1 año, ya que conlleva el riesgo de contraer botulismo infantil.
- Acupuntura y acupresión. Varios estudios muestran que la acupuntura y la acupresión pueden reducir la picazón de la dermatitis atópica.
Si estás considerando terapias alternativas, habla con tu proveedor de atención médica acerca de las ventajas y desventajas de estos tratamientos.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
La dermatitis atópica puede generarte incomodidad y vergüenza. Puede ser especialmente estresante, frustrante o vergonzosa para los adolescentes y los jóvenes adultos. Puede alterar el sueño e incluso causar depresión.
A algunas personas les ayuda hablar con un terapeuta u otro consejero, o con un familiar o amigo. También puede ser útil unirse a un grupo de apoyo para personas con eccemas, ya que saben lo que se siente vivir con esta afección.
Preparación para la consulta
En primer lugar, puedes consultar a tu proveedor principal de atención médica. O puedes ver a un médico que se especialice en el diagnóstico y tratamiento de afecciones de la piel (dermatólogo) o en alergias (alergólogo).
A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica.
Qué puedes hacer
- Anota los síntomas, cuándo ocurrieron y cuánto tiempo duraron. Además, puede ser útil anotar los factores que desencadenaron o empeoraron los síntomas, como jabones o detergentes, humo de tabaco, sudoración, o duchas largas y calientes.
- Haz una lista de todos los medicamentos, vitaminas, suplementos y plantas medicinales que tomes. Como recomendación, lleva los frascos originales y una lista de las dosis y las instrucciones.
- Haz una lista de preguntas para hacerle al proveedor de atención médica. Haz preguntas cuando quieras que te aclaren un tema.
Para la dermatitis atópica, las preguntas básicas que podrías hacerle al proveedor de atención médica incluyen las siguientes:
- ¿Cuál podría ser la causa de mis síntomas?
- ¿Se necesitan pruebas para confirmar el diagnóstico?
- ¿Qué tratamiento me recomienda, si hay alguno?
- ¿Esta afección es temporal o crónica?
- ¿Puedo esperar a ver si la afección desaparece por sí sola?
- ¿Cuáles son las alternativas al enfoque que me indica?
- ¿Qué rutina de cuidado de la piel me recomienda para mejorar mis síntomas?
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica te haga algunas preguntas. Estar preparado para responderlas puede ahorrarte tiempo para consultar sobre cualquier tema al que quieras dedicarle más tiempo. Tu proveedor de atención médica podría hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son tus síntomas y cuándo comenzaron?
- ¿Hay algo que parece provocar los síntomas?
- ¿Tú o algún familiar tienen asma o alergias?
- ¿Estás expuesto a alguna sustancia posiblemente irritante a causa de tu trabajo o algún pasatiempo?
- ¿Te has sentido deprimido o has sufrido situaciones de estrés inusuales en el último tiempo?
- ¿Tienes contacto directo con mascotas u otros animales?
- ¿Qué productos usas en la piel, incluyendo jabones, lociones y cosméticos?
- ¿Qué productos usas en la limpieza de tu hogar?
- ¿En qué medida los síntomas afectan tu calidad de vida, incluso tu capacidad para dormir?
- ¿Qué tratamientos has probado hasta ahora? ¿Alguno ha sido de ayuda?
- ¿Con qué frecuencia te duchas o te bañas?