Descripción general

En el parto por cesárea se tiene al bebé a través de incisiones quirúrgicas en el abdomen y el útero.

Podría ser necesario planificar una cesárea si hay ciertas complicaciones en el embarazo. A las mujeres que han tenido una cesárea se les puede realizar otra cesárea. Sin embargo, a menudo, la necesidad de una primera cesárea no es clara hasta que comienza el trabajo de parto.

Si estás embarazada, saber qué puede suceder durante y después de una cesárea te ayudará a estar preparada.

Por qué se realiza

Los proveedores de atención médica podrían recomendar una cesárea en los siguientes casos:

  • El trabajo de parto no progresa normalmente. El trabajo de parto que no progresa (distocia del trabajo de parto) es uno de los motivos más comunes por los cuales se recurre a la cesárea. Los problemas con la evolución del trabajo de parto incluyen una primera etapa prolongada (dilatación o abertura del cuello del útero prolongada) o una segunda etapa prolongada (tiempo prolongado de pujar después de la dilatación cervical completa).
  • El bebé tiene sufrimiento fetal. La preocupación sobre los cambios en los latidos cardíacos de un bebé podría hacer que la cesárea sea la opción más segura.
  • El bebé o los bebés se encuentran en una posición inusual. Una cesárea es la forma más segura de dar a luz a bebés cuyos pies o glúteos ingresan primero en el canal del parto (presentación podálica) o bebés cuyos costados u hombros ingresan primero (presentación transversa).
  • Tienes un embarazo múltiple. Una cesárea podría ser necesaria para las mujeres embarazadas de mellizos, trillizos o más bebés. Esto es especialmente cierto si el trabajo de parto comienza demasiado pronto o si los bebés no están en posición de cabeza hacia abajo.
  • Hay un problema con la placenta. Si la placenta cubre la apertura del cuello del útero (placenta previa), es recomendable practicar un parto por cesárea.
  • Cordón umbilical prolapsado. Podría recomendarse una cesárea si una parte del cordón umbilical se desliza a través del cuello del útero adelante del bebé.
  • Hay inquietudes relacionadas con la salud. Podría recomendarse una cesárea para las mujeres que padecen ciertos problemas de salud, como una afección cardíaca o del cerebro.
  • Hay una obstrucción. Un fibroma grande que obstruya el canal de parto, una fractura pélvica o si el bebé tiene una afección que pueda hacer que el tamaño de la cabeza sea inusualmente grande (hidrocefalia grave) podrían ser motivos para realizar una cesárea.
  • Ya te habían practicado una cesárea u otra cirugía en el útero. Aunque a menudo es posible tener un parto vaginal después de una cesárea, el proveedor de atención médica podría recomendar repetir una cesárea.

Algunas mujeres piden que se les haga una cesárea con el primer bebé. Es posible que quieran evitar el trabajo de parto o las posibles complicaciones de un parto vaginal. O tal vez deseen planificar el momento del parto. Sin embargo, según el American College of Obstetricians and Gynecologists (Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos), esta podría no ser una buena opción para las mujeres que planean tener varios hijos. Cuantas más cesáreas tenga una mujer, mayor será el riesgo de problemas con futuros embarazos.

Riesgos

Al igual que otros tipos de cirugías mayores, las cesáreas implican riesgos.

Los riesgos para los bebés incluyen los siguientes:

  • Problemas respiratorios. Los bebés nacidos mediante una cesárea programada tienen más probabilidades de desarrollar un problema respiratorio que los haga respirar demasiado rápido durante algunos días después del nacimiento (taquipnea transitoria).
  • Lesión quirúrgica. Aunque es poco frecuente, durante la cirugía pueden producirse cortes accidentales en la piel del bebé.

Los riesgos para las madres incluyen los siguientes:

  • Infección. Después de una cesárea, puede haber un riesgo de contraer una infección en el revestimiento del útero (endometriosis), en las vías urinarias o en el lugar de la incisión.
  • Pérdida de sangre. Una cesárea podría provocar un sangrado intenso durante y después del parto.
  • Reacciones a la anestesia. Es posible que se presenten reacciones a cualquier tipo de anestesia.
  • Coágulos sanguíneos. Una cesárea puede aumentar el riesgo de desarrollar coágulos de sangre dentro de una vena, especialmente en las piernas o en la pelvis (trombosis venosa profunda). Si un coágulo de sangre se desplaza hacia los pulmones y bloquea el flujo sanguíneo (embolia pulmonar), el daño puede ser mortal.
  • Lesión quirúrgica. Aunque son poco frecuentes, pueden producirse lesiones quirúrgicas en la vejiga o los intestinos durante una cesárea.
  • Aumento del riesgo en embarazos futuros. Tener una cesárea aumenta el riesgo de complicaciones en un embarazo posterior y en otras cirugías. Mientras más cesáreas tengas, mayores serán los riesgos de padecer placenta previa y placenta adherida (una afección en la cual la placenta se adhiere a la pared del útero).

    La cesárea también aumenta el riesgo de que el útero se desgarre por la línea de la cicatriz (ruptura uterina) en el caso de las mujeres que intentan tener un parto vaginal en un embarazo posterior.

Cómo prepararse

Para una cesárea planificada, el proveedor de atención médica puede sugerirte que consultes con un anestesiólogo si hay enfermedades que podrían aumentar el riesgo de complicaciones por la anestesia.

El proveedor de atención médica también puede recomendarte ciertos análisis de sangre antes de la cesárea. Estos análisis brindan información sobre el grupo sanguíneo y el nivel del componente principal de los glóbulos rojos (hemoglobina). Los resultados de las pruebas pueden ser útiles en caso de que necesites una transfusión de sangre durante la cesárea.

Incluso si tienes planeado un parto vaginal, es importante prepararse para lo inesperado. Analiza la posibilidad de una cesárea con el proveedor de atención médica con bastante anticipación a la fecha de parto.

Si no planeas tener más hijos, puedes hablar con el proveedor de atención médica sobre medidas de anticoncepción reversibles de acción prolongada o sobre métodos anticonceptivos permanentes. Se podría realizar un procedimiento anticonceptivo permanente en el momento de la cesárea.

Lo que puedes esperar

Antes del procedimiento

Una cesárea se puede efectuar de varias maneras. Pero la mayoría de las cesáreas constan de estos pasos:

  • En casa. El proveedor de atención médica podría pedirte que te bañaras en tu casa y utilizaras un jabón antiséptico la noche anterior y la mañana de la cesárea. No te afeites el vello púbico dentro de las 24 horas posteriores a la cesárea. Esto podría aumentar el riesgo de infección en el sitio de la cirugía. Si es necesario eliminar el vello púbico, el personal quirúrgico lo recortará justo antes de la cirugía.
  • En el hospital. Te limpiarán el abdomen. Es posible que te coloquen un tubo delgado (sonda) en la vejiga para recolectar la orina. Te colocarán un catéter intravenoso en una vena de la mano o del brazo para suministrar líquidos y medicamentos, incluidos antibióticos para prevenir la infección.
  • Anestesia. La mayoría de las cesáreas se realizan con anestesia local, que solo adormece la parte inferior del cuerpo. Esto te permite permanecer despierta durante el procedimiento. Entre las opciones comunes, se encuentran anestesia espinal y anestesia epidural.

    Algunas cesáreas podrían requerir anestesia general. Con la anestesia general, no estarás despierta durante el nacimiento.

Durante el procedimiento

Un médico hace incisiones quirúrgicas en el abdomen y el útero para que nazca el bebé.

  • Incisión abdominal. El médico hace una incisión en la pared abdominal. Por lo general, se hace horizontalmente cerca del límite del vello púbico. Como alternativa, el médico puede hacer una incisión vertical desde donde termina el ombligo hasta por encima del pubis (hueso púbico).
  • Incisión uterina. Luego se realiza la incisión uterina, en general, horizontalmente en la parte inferior del útero (incisión transversal baja). Se pueden utilizar otros tipos de incisiones uterinas según la posición del bebé dentro del útero y si hay complicaciones, como ocurre con la placenta previa o el nacimiento prematuro.
  • Parto. El bebé se extraerá a través de las incisiones. El médico limpia los líquidos de la boca y la nariz del bebé, y luego sujeta con pinzas el cordón umbilical y lo corta. Luego se retira la placenta del útero, y se cierran las incisiones con suturas.

Si te aplican anestesia regional, es probable que puedas alzar al bebé poco después del parto.

Después del procedimiento

Una cesárea normalmente requiere una hospitalización de 2 a 3 días. Tu proveedor de atención médica analizará contigo las opciones para el alivio del dolor.

Una vez que la anestesia comience a perder efecto, se te recomendará que bebas líquido y camines. Esto ayuda a prevenir el estreñimiento y la trombosis venosa profunda. El equipo de atención médica controlará la incisión para detectar signos de infección. Es probable que te extraigan la sonda vesical tan pronto como sea posible.

Puedes comenzar a amamantar tan pronto como estés lista, incluso en la sala de parto. Pídele al personal de enfermería o el médico especialista en lactancia que te enseñe cómo posicionarte y apoyar al bebé para que te sientas cómoda. Tu equipo de atención médica seleccionará medicamentos para el dolor postquirúrgico y, al hacerlo, tendrá en cuenta la lactancia materna.

Cuando vas a tu casa

Durante el proceso de recuperación de la cesárea, el malestar y la fatiga son síntomas comunes. Para favorecer la recuperación, considera las siguientes medidas:

  • Tómatelo con calma. Descansa cuando puedas. Intenta mantener a tu alcance todo lo que necesiten tú y tu bebé. Durante las primeras semanas, no levantes objetos que pesen más de 25 libras (11 kg).
  • Usa analgésicos recomendados. Para aliviar el dolor de la incisión, tu proveedor de atención médica podría recomendarte una compresa caliente y analgésicos que sean seguros para las mujeres en período de lactancia y para sus bebés. Estos incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) y acetaminofén (Tylenol y otros).
  • Espera para tener relaciones sexuales. Con el fin de prevenir una infección, espera al menos seis semanas para tener relaciones sexuales y no introduzcas nada en tu vagina después de la cesárea.
  • Espera para conducir. Si estás tomando narcóticos para aliviar el dolor, podrían pasar de 1 a 2 semanas antes de que puedas usar el freno y girar cómodamente para verificar los puntos ciegos.

Revísate la incisión de la cesárea para detectar signos de infección. Presta atención a cualquier síntoma que tengas. Comunícate con tu proveedor de atención médica si sucede lo siguiente:

  • La incisión está enrojecida, inflamada o presenta secreción
  • Tienes fiebre
  • Tienes sangrado abundante
  • Sientes que el dolor empeora

Si poco después del parto, tienes cambios del estado de ánimo significativos, pérdida de apetito, fatiga abrumadora y falta de alegría en la vida, es posible que tengas depresión posparto. Comunícate con tu proveedor de atención médica si crees que puedes estar deprimida, especialmente si los síntomas no desaparecen, si tienes problemas para cuidar a tu bebé o para completar las tareas diarias, o si piensas en hacerte daño o dañar a tu bebé.

El American College of Obstetricians and Gynecologists (Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos) recomienda que la atención médica posparto sea constante. Comunícate con tu proveedor de atención médica dentro de las tres semanas después del parto. Dentro de las 12 semanas posteriores al parto, consulta a tu proveedor de atención médica para hacerte una evaluación posparto.

Durante esta cita, el proveedor de atención médica probablemente evaluará tu estado de ánimo y bienestar emocional, hablará acerca de la anticoncepción y el espaciamiento de los nacimientos, revisará la información sobre el cuidado y la alimentación del bebé, hablará acerca de tus hábitos de sueño y problemas relacionados con la fatiga y te realizará un examen físico, incluida una prueba de Papanicolaou si es momento de hacerla. Dicho examen podría incluir un control del abdomen, la vagina, el cuello del útero y el útero para garantizar que estés cicatrizando bien.