Descripción general
El síncope vasovagal ocurre cuando te desmayas porque el cuerpo reacciona de manera desproporcionada a ciertos factores desencadenantes, como ver sangre o ante mucho sufrimiento emocional. También puede llamarse síncope neurocardiogénico.
El factor que desencadena el síncope vasovagal hace que la frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyan abruptamente. Como consecuencia, disminuye el flujo sanguíneo al cerebro y tú pierdes el conocimiento por un momento.
En general, el síncope vasovagal es inofensivo y no requiere tratamiento. Sin embargo, es posible que te lastimes durante un episodio de síncope vasovagal. El médico puede pedirte que te hagas pruebas para descartar otras causas más graves de desmayo, como afecciones cardíacas.
Síntomas
Antes de desmayarte por un síncope vasovagal, podrías sentir lo siguiente:
- Piel pálida
- Aturdimiento
- Visión de túnel: el campo de la visión se estrecha hasta ver solo lo que está enfrente
- Náuseas
- Sensación de calor
- Sudor frío y húmedo
- Visión borrosa
Durante un episodio de síncope vasovagal, los que estén a tu alrededor pueden notar:
- Movimientos bruscos y anormales
- Pulso lento y débil
- Pupilas dilatadas
Por lo general, la recuperación después de un síncope vasovagal comienza en menos de un minuto. Sin embargo, si te pones de pie demasiado pronto después del desmayo (alrededor de 15 a 30 minutos) corres el riesgo de desmayarte de nuevo.
Cuándo consultar al médico
El desmayo puede ser un signo de una afección más grave, como un trastorno cardíaco o cerebral. Se recomienda que consultes con el médico después de un desmayo, en especial si nunca te había pasado.
Causas
El síncope vasovagal ocurre cuando la parte del sistema nervioso que regula la frecuencia cardíaca y la presión arterial funciona incorrectamente en respuesta a un factor desencadenante, como puede ser ver sangre.
La frecuencia cardíaca disminuye y los vasos sanguíneos de las piernas se dilatan. Esto puede hacer que se acumule sangre en las piernas, lo que hace que disminuya la presión arterial. Una presión arterial más baja en combinación con una frecuencia cardíaca más lenta reduce rápidamente el flujo de sangre hacia el cerebro y, en consecuencia, te desmayas.
A veces el síncope vasovagal no tiene un factor desencadenante específico; no obstante, algunos desencadenantes comunes son:
- Estar de pie durante períodos prolongados
- Estar expuesto a una fuente de calor
- Ver sangre
- Someterse a una extracción de sangre
- Tener miedo de sufrir una lesión física
- Hacer esfuerzo, por ejemplo en una evacuación intestinal
Prevención
No siempre puedes evitar un episodio de síncope vasovagal. Si sientes como si fueras a desmayarte, recuéstate y levanta las piernas. Esto permite que la gravedad mantenga el flujo de sangre al cerebro. Si no puedes recostarte, siéntate y coloca la cabeza entre las rodillas hasta que te sientas mejor.