Descripción general
Un tumor de la médula espinal es una masa tumoral que se desarrolla en el interior del conducto vertebral o de los huesos de la columna. Un tumor de la médula espinal, también llamado tumor intradural, es una masa tumoral que se forma en la médula espinal o en el recubrimiento de la médula espinal (duramadre). Un tumor que afecta los huesos de la columna (las vértebras) se llama tumor vertebral.
Los tumores de la médula espinal se pueden clasificar como uno de los tres tipos diferentes de tumores, según el lugar donde aparecen en relación a las membranas que protegen la médula espinal.
Hay cuatro tipos principales de tumores intradurales:
- Los tumores intramedulares comienzan en las células de la propia médula espinal, como los gliomas, los astrocitomas o los ependimomas.
- Los tumores extramedulares se desarrollan en la membrana que rodea la médula espinal o las raíces nerviosas que salen de la médula espinal. Si bien no se inician en el interior de la médula espinal propiamente dicha, estos tipos de tumores pueden afectar la función de la médula espinal, al causar su compresión y otros problemas. Algunos ejemplos de tumores extramedulares que pueden afectar la médula espinal son los meningiomas, los neurofibromas, los schwannomas y otros tumores de vaina nerviosa.
Los tumores de otras partes del cuerpo pueden diseminarse (hacer metástasis) a las vértebras, la red de apoyo que rodea la médula espinal o, en casos poco frecuentes, a la médula espinal propiamente dicha.
Los tumores o masas tumorales de la médula espinal de cualquier tipo pueden provocar dolor, problemas neurológicos y, a veces, parálisis. Un tumor de la médula espinal puede ser potencialmente fatal y causar discapacidad permanente.
El tratamiento de un tumor de la médula espinal puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia u otros medicamentos.
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Síntomas
Los tumores de la médula espinal pueden causar diferentes signos y síntomas, especialmente a medida que crecen los tumores. Los tumores pueden afectar la médula espinal o las raíces nerviosas, los vasos sanguíneos o los huesos de la columna vertebral. Entre los signos y síntomas pueden encontrarse los siguientes:
- Dolor en la zona del tumor debido al crecimiento de este
- Dolor de espalda, que a menudo se transmite a otras partes del cuerpo
- Menor sensibilidad al dolor, al calor y al frío
- Pérdida de la función intestinal o vesical
- Dificultad para caminar, que a veces genera caídas
- Dolor de espalda que empeora a la noche
- Pérdida de sensibilidad o debilidad muscular, especialmente en los brazos o las piernas
- Debilidad muscular, leve o grave, en diferentes partes del cuerpo
El dolor de espalda es un síntoma precoz característico de los tumores espinales. El dolor también puede extenderse más allá de la espalda hacia las caderas, las piernas, los pies o los brazos y puede empeorar con el tiempo, incluso con tratamiento.
Los tumores de la columna vertebral progresan a diferentes velocidades según el tipo de tumor.
Cuándo consultar al médico
Existen muchas causas del dolor de espalda y en la mayoría de los casos no es provocado por un tumor medular. Pero debido a que el diagnóstico y tratamiento tempranos son importantes para los tumores medulares, consulta con el médico por el dolor de espalda si:
- Es persistente y progresivo
- No está relacionado con la actividad
- Empeora por la noche
- Tienes antecedentes de cáncer y has comenzado a manifestar dolor en la espalda
Busca atención médica inmediata si presentas:
- Debilidad o entumecimiento muscular gradual en las piernas o los brazos
- Cambios en el funcionamiento de la vejiga o intestinos
Causas
No está claro por qué se forman la mayoría de los tumores en la médula espinal. Los expertos creen que los genes defectuosos pueden influir. Pero generalmente se desconoce si dichos defectos genéticos se heredan o se manifiestan con el tiempo. Pueden ser producto de algo en el medioambiente, como la exposición a ciertos químicos. Sin embargo, en algunos casos, los tumores en la médula espinal están asociados con síndromes hereditarios reconocidos, como la neurofibromatosis tipo 2 o la enfermedad de von Hippel-Lindau.
Factores de riesgo
Los tumores de la médula espinal son más frecuentes en las personas que tienen las siguientes enfermedades:
- Neurofibromatosis tipo 2. En este trastorno hereditario, se desarrollan tumores benignos en los nervios relacionados con la audición o cerca de estos, lo que puede causar la pérdida progresiva de la audición en uno de los oídos o en ambos. Algunas personas con neurofibromatosis tipo 2 también pueden tener tumores del conducto vertebral.
- Enfermedad de Von Hippel-Lindau. Este trastorno multisistémico poco frecuente está relacionado con tumores de los vasos sanguíneos (hemangioblastomas) del cerebro, la retina y la médula espinal y otros tipos de tumores de los riñones o las glándulas suprarrenales.
Complicaciones
Los tumores medulares, tanto cancerosos como no cancerosos, pueden comprimir la médula espinal y los nervios, lo cual causa pérdida de movimiento o de sensibilidad en el nivel del tumor o debajo de este y, en ocasiones, cambios en el funcionamiento de los intestinos y la vejiga. La lesión a los nervios puede ser permanente.
Sin embargo, si el tumor medular se detecta de forma temprana y se trata de manera intensiva, tal vez sea posible prevenir una mayor pérdida de la función y, con una rehabilitación intensiva, recuperar la función nerviosa. Según su ubicación, un tumor puede comprimir la médula espinal y poner en riesgo la vida.