Diagnóstico
Los tumores de médula espinal a veces se pueden pasar por alto porque no son frecuentes y sus síntomas se parecen a los de las enfermedades más comunes. Por ese motivo, es especialmente importante que el médico conozca tu historia clínica y realice exámenes físicos y neurológicos generales.
Si el médico cree que existe un tumor de médula espinal, los siguientes estudios pueden ayudar a confirmar el diagnóstico y determinar la ubicación del tumor:
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Imágenes por resonancia magnética (IRM) de médula espinal. Las imágenes por resonancia magnética utilizan un campo magnético potente y ondas de radio para producir imágenes precisas de la columna vertebral, la médula espinal y los nervios. Por lo general, las imágenes por resonancia magnética son el estudio preferido para diagnosticar tumores de la médula espinal y los tejidos circundantes. Una sustancia de contraste que ayuda a resaltar ciertos tejidos y estructuras puede inyectarse en una vena de la mano o el antebrazo durante el estudio.
Algunas personas podrían sentir claustrofobia dentro del escáner de resonancia magnética o bien, el sonido fuerte y repetitivo que produce les puede resultar molesto. Sin embargo, generalmente se reciben tapones para los oídos a fin de reducir el ruido y algunos escáneres están equipados con televisores o auriculares. Si estás muy ansioso, pregunta acerca de un sedante suave que ayude a calmarte. En ciertas situaciones, es posible que se necesite anestesia general.
- Tomografía computarizada (TC). Este estudio utiliza un haz de radiación fino para producir imágenes detalladas de la columna vertebral. En algunos casos, se la combina con un tinte de contraste inyectado para que resulte más fácil ver los cambios anormales en el conducto vertebral o en la médula espinal. Solamente en raras ocasiones se utiliza la tomografía computarizada para ayudar a diagnosticar los tumores espinales.
- Biopsia. La única manera de determinar el tipo exacto de un tumor espinal consiste en examinar una pequeña muestra de tejido (biopsia) bajo un microscopio. Los resultados de la biopsia ayudan a determinar las opciones de tratamiento.
Tratamiento
Idealmente, el propósito del tratamiento del tumor espinal es eliminar el tumor por completo, pero esto se puede complicar por el riesgo de un daño permanente a la médula espinal y a los nervios cercanos. Los médicos también deben tener en cuenta tu edad y tu salud en general. Para determinar un plan de tratamiento también se debe considerar el tipo de tumor y si surge de las estructuras de la espina dorsal o del canal medular o si se ha extendido a la espina dorsal desde alguna otra parte del cuerpo.
Algunas de las opciones de tratamiento para la mayoría de los tumores espinales son:
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Supervisión. Algunos tumores espinales se pueden detectar antes de que provoquen síntomas, a menudo cuando te están evaluando por otra afección. Si los tumores pequeños no crecen ni ejercen presión sobre tejidos cercanos, es posible que solo se necesite observarlos detenidamente.
Durante la observación, es probable que el médico te recomiende una tomografía computarizada periódica o una exploración de imágenes por resonancia magnética a un intervalo adecuado para controlar el tumor.
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Cirugía.Por lo general, este es el tratamiento de elección para los tumores que se pueden extirpar con un riesgo aceptable de daño por lesión en la médula espinal o los nervios.
Las técnicas y los instrumentos más modernos permiten que los neurocirujanos puedan alcanzar tumores en zonas que antes se consideraban inaccesibles. Los microscopios de alta potencia que se utilizan en la microcirugía facilitan aún más la distinción entre un tumor y un tejido sano.
Los médicos también pueden controlar el funcionamiento de la médula espinal y otros nervios importantes durante la cirugía, para reducir al mínimo el riesgo de que estos se lesionen. En algunas instancias, se pueden usar ondas sonoras de muy alta frecuencia durante la cirugía para romper los tumores y eliminar los fragmentos.
Sin embargo, aun con los últimos avances tecnológicos en el campo de la cirugía, no todos los tumores se pueden extirpar por completo. Si el tumor no se puede extraer por completo, después de la cirugía es necesario someterse a radioterapia, quimioterapia o ambas.
La recuperación de una cirugía espinal puede tardar semanas o más, dependiendo del procedimiento. Puedes sufrir una pérdida temporal de la sensibilidad u otras complicaciones, como sangrado o daño al tejido nervioso.
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Radioterapia. Se puede utilizar para eliminar los restos de tumores luego de una cirugía, para tratar tumores inoperables o para tratar aquellos tumores donde la cirugía es demasiado riesgosa.
Existen medicamentos que pueden ayudar a aliviar algunos de los efectos secundarios de la radiación, como náuseas y vómitos.
En ocasiones, se puede ajustar el régimen de radioterapia para ayudar a minimizar la cantidad de tejido sano dañado y mejorar la eficacia del tratamiento. Las modificaciones pueden abarcar desde simplemente cambiar la dosis de radiación hasta usar técnicas sofisticadas como la radioterapia conformada tridimensional.
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Quimioterapia. La quimioterapia es un tratamiento convencional para muchos tipos de cáncer que consiste en usar medicamentos para destruir las células cancerosas o impedir su crecimiento. El médico puede determinar si la quimioterapia podría ser beneficiosa para ti, ya sea sola o combinada con radioterapia.
Algunos de los efectos secundarios pueden ser fatiga, náuseas, vómitos, aumento del riesgo de contraer infecciones y caída del cabello.
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Otros medicamentos. Debido a que la cirugía y la radioterapia, así como también los mismos tumores, pueden provocar inflamación dentro de la médula espinal, los médicos a veces recetan corticoesteroides para reducir la inflamación, ya sea después de la cirugía o durante los tratamientos de radiación.
Aunque los corticoesteroides reducen la inflamación, por lo general, se utilizan solo por períodos cortos para evitar efectos secundarios graves, como debilidad muscular, osteoporosis, presión arterial alta, diabetes y mayor susceptibilidad a la infección.
Medicina alternativa
Aunque no hay ningún medicamento alternativo que se haya demostrado que cura el cáncer, algunos tratamientos complementarios o alternativos pueden ayudar a aliviar algunos de tus síntomas.
Uno de esos tratamientos es la acupuntura. Durante el tratamiento de acupuntura, un profesional inserta pequeñas agujas en la piel en puntos específicos. Las investigaciones demuestran que la acupuntura puede ser útil para aliviar las náuseas y los vómitos. La acupuntura también podría ayudar a aliviar algunos tipos de dolores en personas con cáncer.
Asegúrate de analizar con el médico los riesgos y beneficios de los tratamientos complementarios o alternativos que consideras probar. Algunos tratamientos, como los remedios herbarios, podrían afectar la acción de los medicamentos que tomas.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Saber que tienes un tumor espinal puede ser abrumador. Pero hay algunas medidas que puedes tomar para encarar la situación después del diagnóstico. Considera intentar lo siguiente:
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Averigua todo lo que puedas sobre tu tumor espinal específico. Anota las preguntas que tengas y llévalas a las citas médicas. A medida que el médico responda tus preguntas, toma notas o pídele a un amigo o familiar que vaya contigo para que lo haga.
Cuanto más se informen tú y tu familia sobre tu atención y cuanto más comprendan acerca de ella, más confianza tendrán a la hora tomar decisiones sobre el tratamiento.
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Busca apoyo. Busca alguien con quien puedas compartir tus sentimientos e inquietudes. Quizás tengas algún familiar o amigo cercano que sepa escuchar. O puedes hablar con un miembro de la iglesia o con un orientador.
Otras personas con tumores espinales, tal vez, puedan ofrecer perspectivas particulares. Pídele al médico que te brinde información acerca de los grupos de apoyo de tu zona. Los paneles de debate en línea, como los que ofrece Spinal Cord Tumor Association (Asociación de Tumores de Médula Espinal), son otra opción.
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Cuídate. Elige una dieta saludable, rica en frutas, vegetales y cereales integrales, siempre que sea posible. Consulta con el médico para ver cuándo puedes empezar a hacer actividad física nuevamente. Duerme lo suficiente para sentirte descansado.
Reduce el estrés en tu vida tomándote tiempo para hacer actividades relajantes, como escuchar música o escribir un diario.
Preparación para la consulta
Si tienes signos y síntomas frecuentes de tumores espinales, como dolor de espalda persistente e inexplicable, debilidad o entumecimiento en las piernas o cambios en el funcionamiento de los intestinos o la vejiga, llama a tu médico de inmediato.
Una vez que tu médico te haya examinado, es posible que te derive a un médico capacitado para diagnosticar y tratar el cáncer (oncólogo) o las afecciones del cerebro y de la médula espinal (neurólogo, neurocirujano o cirujano de columna vertebral) o los trastornos de los huesos (cirujano ortopedista).
La siguiente información te ayudará a prepararte para la cita médica y a saber qué esperar del médico.
Qué puedes hacer
- Anota los síntomas que hayas experimentado y su duración.
- Detalla tu información médica más importante, como todas las afecciones que tienes y los nombres de los medicamentos de venta libre o con receta que estés tomando.
- Señala cualquier antecedente de tumores cerebrales o espinales que haya en tu familia, en especial si corresponde a un familiar de primer grado, como uno de tus padres o hermanos.
- Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se te proporciona durante una cita médica. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que hayas pasado por alto u olvidado.
- Escribe preguntas para hacerle al médico.
Algunas preguntas que le puedes hacer al médico en la cita médica inicial son:
- ¿Cuál puede ser la causa de mis síntomas?
- ¿Existe alguna otra causa posible?
- ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme? ¿Estas pruebas requieren alguna preparación especial?
- ¿Cuáles son las próximas medidas que recomienda para determinar mi diagnóstico y tratamiento?
- ¿Debería consultar a un especialista?
Algunas preguntas para hacerle al oncólogo o neurólogo:
- ¿Tengo un tumor espinal?
- ¿Qué tipo de tumor tengo?
- ¿Cómo crecerá el tumor con el tiempo?
- ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
- ¿Cuáles son los objetivos de mi tratamiento?
- ¿Soy candidato para una cirugía? ¿Cuáles son los riesgos?
- ¿Soy candidato para recibir radiación? ¿Cuáles son los riesgos?
- ¿Puede servir la quimioterapia?
- ¿Qué enfoque de tratamiento me recomiendas?
- Si el primer tratamiento no da resultado, ¿qué probaremos después?
- ¿Cuál es el pronóstico a largo plazo de mi afección?
- ¿Necesito una segunda opinión?
Además de las preguntas que preparaste para hacerle al médico, no dudes en hacer cualquier otra pregunta que surja durante la cita médica.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga una serie de preguntas. Pensar en las respuestas con antelación puede ayudarte a aprovechar al máximo la cita médica. El médico que te atienda por un posible tumor espinal puede preguntar lo siguiente:
- ¿Qué síntomas tienes?
- ¿Cuándo notaste por primera vez estos síntomas?
- ¿Los síntomas han empeorado con el tiempo?
- Si sientes dolor, ¿dónde parece comenzar?
- ¿El dolor se extiende hacia otras partes del cuerpo?
- ¿Has participado en alguna actividad que pueda explicar el dolor, como nuevos ejercicios o actividades de jardinería durante un período prolongado?
- ¿Has sentido debilidad o entumecimiento en las piernas?
- ¿Has tenido alguna dificultad para caminar?
- ¿Has tenido algún problema relacionado con el funcionamiento de la vejiga o los intestinos?
- ¿Te han diagnosticado alguna otra enfermedad?
- ¿Actualmente tomas algún medicamento de venta libre o con receta?
- ¿Tienes antecedentes familiares de tumores espinales cancerosos o no cancerosos?