Diagnóstico
Las malformaciones arteriovenosas pueden ser difíciles de diagnosticar.
Los síntomas son similares a los de otras afecciones de la médula espinal.
Otras afecciones pueden incluir la fístula arteriovenosa dural espinal, la estenosis espinal, la esclerosis múltiple o un tumor de la médula espinal.
Posiblemente, el profesional de atención médica te recomiende algunas pruebas para descartar otras causas de los síntomas, como por ejemplo:
- Una resonancia magnética, que consiste en usar poderosos imanes y ondas de radio para crear imágenes detalladas de la médula espinal.
Una resonancia magnética espinal puede mostrar un tumor causado por una conexión anormal de vasos sanguíneos de una malformación arteriovenosa.
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La angiografía, que generalmente se necesita para determinar la ubicación y las características de los vasos sanguíneos que forman parte de la malformación arteriovenosa.
En una angiografía, se introduce una sonda delgada conocida como catéter en una arteria en la ingle.
Esta se guía hasta llegar a la médula espinal.
Se inyecta una sustancia de contraste en los vasos sanguíneos de la médula espinal para que sean visibles en las imágenes por rayos X.
Tratamiento
El tratamiento de una malformación arteriovenosa puede comprender una combinación de enfoques.
El tratamiento puede reducir los síntomas y disminuir el riesgo de posibles complicaciones.
La elección del tratamiento depende del tamaño, el lugar y el flujo sanguíneo de la malformación arteriovenosa espinal.
También pueden tenerse en cuenta los resultados de tu examen neurológico y tu salud general.
El objetivo del tratamiento de la malformación arteriovenosa espinal es disminuir el riesgo del sangrado por malformación arteriovenosa.
El tratamiento también puede detener el empeoramiento de la discapacidad y otros síntomas, o bien prevenirlo.
Medicamentos
Se pueden usar analgésicos para reducir síntomas como dolor y rigidez de espalda y rigidez,
pero la mayoría de las malformaciones arteriovenosas pueden necesitar eventualmente cirugía.
Cirugía
Generalmente, es necesario realizar una cirugía para extirpar la malformación arteriovenosa espinal del tejido que la rodea.
Hay tres formas de extirpar una malformación arteriovenosa espinal:
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Cirugía convencional.
Un cirujano realiza una incisión en la piel para extirpar la malformación arteriovenosa.
El cirujano toma los recaudos necesarios para no dañar la médula espinal y las zonas que la rodean.
La cirugía generalmente se hace cuando la malformación arteriovenosa es bastante pequeña y está en un zona de la médula espinal de fácil acceso.
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Embolización endovascular.
La embolización endovascular puede reducir el riesgo de sangrado y otras complicaciones de la malformación arteriovenosa espinal.
Se introduce un catéter en una arteria de la pierna.
El catéter luego se ensarta en una arteria de la médula espinal que alimenta la malformación arteriovenosa
Se inyectan partículas pequeñas de una sustancia similar a un pegamento.
Esto bloquea la arteria y reduce el flujo sanguíneo en la malformación arteriovenosa.
Este procedimiento no destruye permanentemente la malformación arteriovenosa.
Es posible que necesites embolización endovascular antes de otros tipos de cirugía.
Esto puede reducir el riesgo de sangrado durante la cirugía o reducir la malformación arteriovenosa para que la cirugía sea más exitosa.
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Radiocirugía.
Este procedimiento utiliza radiación enfocada directamente en la malformación arteriovenosa para destruir los vasos sanguíneos de esta.
Con el tiempo, esos vasos sanguíneos se rompen y se cierran.
La radiocirugía se usa con mayor frecuencia para tratar pequeñas malformaciones arteriovenosas que no presentan rupturas.
El equipo de atención médica analizará contigo los beneficios y riesgos de la cirugía para extirpar la malformación arteriovenosa espinal.
Dado que la malformación arteriovenosa está tan cerca de la médula espinal, la cirugía por malformación arteriovenosa espinal es compleja.
Consulta con un neurocirujano experimentado para este tipo de cirugía.
Preparación para la consulta
Es probable que te remitan a un neurólogo, que es un médico especialista en trastornos del cerebro y del sistema nervioso.
Qué puedes hacer
- Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que no parezcan estar relacionados con el motivo por el que programaste la cita médica.
- Haz una lista de todos tus medicamentos, vitaminas y suplementos.
- Anota información médica crucial, como otras afecciones que tengas.
- Anota información personal crucial, como cambios o situaciones estresantes recientes en tu vida.
- Anota las preguntas que quieras hacerle al profesional de atención médica.
Preguntas para hacerle al médico
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Qué tipo de pruebas deben hacerme?
- ¿Qué tratamientos hay, y qué tipos de efectos secundarios puedo esperar?
- Tengo otras enfermedades.
¿Cómo puedo controlar estas afecciones de manera conjunta?
- ¿Debo limitar mis actividades?
Además de las preguntas que preparaste, no dudes en hacer otras preguntas durante la cita médica.
Qué esperar del médico
Seguramente te harán varias preguntas.
Estar listo para responderlas puede dejar tiempo para repasar los puntos que deseas analizar en mayor profundidad.
Es posible que te pregunten lo siguiente:
- ¿Has tenido dificultad para caminar o sentido debilidad en las piernas?
- ¿Has tenido entumecimiento, hormigueo o dolor en las piernas?
- ¿Has tenido dolor de cabeza o de espalda?
- ¿Cuándo comenzaste a tener estos síntomas?
¿Han sido continuos u ocasionales?
- ¿Los síntomas empeoran cuando haces ejercicio?