Tumor fibroso solitario
Los tumores fibrosos solitarios están formados por células y pueden presentarse en casi todas las partes del cuerpo. Estos tumores comienzan a formarse de las células en el tejido conectivo, que sostiene a otros tejidos del cuerpo. Los tumores fibrosos solitarios son muy poco frecuentes. Por lo general, afectan a adultos mayores.
Los tumores fibrosos solitarios, en la mayoría de los casos, se forman en la pleura, que es el revestimiento de la parte externa de los pulmones. Los tumores fibrosos solitarios que se producen en la pleura se denominan tumores fibrosos solitarios pleurales. Estos tipos de tumores también se han encontrado en la cabeza y el cuello, el pecho, los riñones, la próstata, la médula espinal y otras partes del cuerpo.
La mayoría de los tumores fibrosos solitarios no son cancerosos y no se diseminan a otras partes del cuerpo. En raras ocasiones pueden ser cancerosos, también llamados tumores malignos.
Los tumores fibrosos solitarios tienden a crecer lentamente. Puede que no causen síntomas hasta tener un gran tamaño. Los síntomas dependen del lugar del cuerpo donde crece el tumor. Si crece en los pulmones, los síntomas pueden ser tos y falta de aire.
Diagnóstico
Las siguientes son algunas de las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar tumores fibrosos solitarios:
- Pruebas por imágenes. Estas pruebas consisten en tomar imágenes del cuerpo. A través de esas imágenes se puede ver dónde se encuentra el tumor fibroso solitario, su tamaño, y si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Las pruebas para comprobar la existencia de un tumor fibroso solitario pueden incluir resonancias magnéticas, radiografías, tomografías computarizadas, ecografías y tomografías por emisión de positrones o PET, por sus siglas en inglés.
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Extracción de una muestra de tejido para análisis, también llamada biopsia. Una biopsia es un procedimiento que consiste en extirpar una muestra de tejido para analizarla en un laboratorio. El tejido puede extirparse utilizando una aguja que se inserta a través de la piel hasta llegar al tumor. En ocasiones, se requiere una cirugía para tomar la muestra de tejido.
La muestra se analiza en un laboratorio para determinar si es cáncer. A la muestra la examinan los médicos especializados en el análisis de la sangre y el tejido del cuerpo, llamados patólogos. Hay otras pruebas especiales que proporcionan más detalles sobre el tumor. El equipo de atención médica tiene en cuenta esta información para crear un plan de tratamiento.
Tratamiento
A menudo, el tratamiento del tumor fibroso solitario implica lo siguiente:
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Cirugía. Generalmente, la cirugía es el único tratamiento necesario para los tumores fibrosos solitarios. El cirujano extirpa el tumor y una pequeña cantidad del tejido sano que lo rodea. El tipo de operación utilizada para extirpar un tumor fibroso solitario depende de la parte del cuerpo donde se encuentre.
Después de la cirugía, podrían usarse otros tratamientos, como radioterapia o quimioterapia, para reducir el riesgo de que el tumor vuelva a aparecer.
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Radioterapia. La radioterapia utiliza poderosos haces de energía para destruir las células tumorales. La energía puede provenir de rayos X, protones u otras fuentes. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla mientras una máquina se mueve a tu alrededor. La máquina dirige la radiación a puntos específicos de tu cuerpo.
Se podría usar radiación después de la cirugía si no se puede extirpar todo el tumor. Esto podría reducir el riesgo de que el tumor vuelva a aparecer después de la cirugía. A veces, se aplica radiación antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor. Esto podría aumentar las probabilidades de extirpar el tumor por completo.
- Quimioterapia. La quimioterapia utiliza medicamentos fuertes para destruir las células tumorales. Para los tumores fibrosos solitarios, podría usarse quimioterapia si el tumor se ha diseminado o no se puede extirpar con cirugía.
- Terapia dirigida. La terapia dirigida utiliza medicamentos que atacan sustancias químicas específicas dentro de las células tumorales. Mediante el bloqueo de estas sustancias químicas, los tratamientos dirigidos pueden matar las células tumorales. La terapia dirigida podría usarse si el tumor fibroso solitario es canceroso y se ha diseminado a otras partes del cuerpo.