Diagnóstico

Para diagnosticar los terrores nocturnos, el médico u otro profesional de atención médica puede realizar lo siguiente:

  • Hablar sobre tus antecedentes médicos. Probablemente hablarás con el profesional de atención médica sobre tus antecedentes médicos. Es posible que te hagan un examen físico para identificar cualquier afección que pueda ser parte del motivo de los terrores nocturnos y que te pregunten sobre tus antecedentes familiares de problemas con el sueño.
  • Habla de tus síntomas. Por lo general, los terrores nocturnos se diagnostican según la descripción de los hechos. El profesional de atención médica también puede hacerles a ti o a tu pareja algunas preguntas sobre tu comportamiento mientras duermes. Puede ser útil un video de un episodio de terror nocturno.
  • Recomendar un estudio del sueño durante la noche. En algunos casos, el profesional de atención médica puede recomendar un estudio nocturno en un laboratorio del sueño. Unos sensores que se colocan en el cuerpo registran y vigilan las ondas cerebrales, el nivel de oxígeno en sangre, la frecuencia cardíaca y la respiración durante el sueño. Los sensores también registran los movimientos de los ojos y las piernas mientras duermes. También pueden grabarte para documentar tu comportamiento durante los ciclos de sueño.

Tratamiento

El tratamiento no suele ser necesario para los terrores nocturnos que ocurren pocas veces. Los niños suelen superar los terrores nocturnos.

El tratamiento puede ser necesario si los terrores nocturnos ocasionan un riesgo para la seguridad, interfieren en el sueño, no desaparecen con el tiempo o suceden con más frecuencia. Sentir vergüenza o alterar el sueño de otras personas puede llevar a algunas personas a buscar tratamiento.

Por lo general, el tratamiento suele centrarse en planes de seguridad y en eliminar las causas o los desencadenantes de los terrores nocturnos.

Entre las opciones de tratamiento, se encuentran las siguientes:

  • Tratar las afecciones subyacentes. Si los terrores nocturnos están relacionados con una afección de salud médica o una enfermedad o con otro trastorno del sueño, como apnea obstructiva del sueño, el tratamiento debe apuntar al problema subyacente.
  • Tratar el estrés. Si el estrés o la ansiedad parecen ser parte de la causa de los terrores nocturnos, el profesional de atención médica puede sugerirte que consultes con un especialista del sueño. La terapia cognitivo conductual, la hipnosis o la terapia de relajación pueden ser útiles.
  • Despertar anticipatorio. Consiste en despertar a la persona que padece terrores nocturnos unos 15 minutos antes del evento. Luego, la persona permanece despierta durante unos minutos antes de volver a dormirse.
  • Medicamentos. Es poco frecuente que se utilicen medicamentos para tratar los terrores nocturnos, sobre todo en el caso de los niños. Pero si es necesario, el profesional de atención médica puede recetar medicamentos que ayuden a conciliar el sueño, como las benzodiacepinas o ciertos antidepresivos.

Estilo de vida y remedios caseros

Si tú o tu hijo sufren terrores nocturnos, a continuación, te ofrecemos algunos consejos:

  • Duerme lo suficiente. El cansancio extremo puede contribuir a los terrores nocturnos. Si no duermes lo suficiente, prueba irte a dormir más temprano y establece un horario más regular para dormir. A veces, es útil hacer una siesta breve. Si es posible, evita los ruidos u otros estímulos que puedan interrumpir el sueño.
  • Fija una rutina regular y relajante para antes de irte a dormir. Realiza actividades tranquilas y relajantes antes de acostarte. Lee libros, arma rompecabezas o sumérgete en un baño caliente. Los ejercicios de meditación o relajación también pueden ayudar. Haz que el dormitorio sea cómodo y tranquilo para dormir. Evita consumir cafeína antes de acostarte.
  • Haz que la zona sea segura. Para evitar lesiones, cierra y traba todas las ventanas y puertas exteriores por la noche. Incluso, podrías trabar las puertas interiores o poner alarmas o campanillas en las ellas. Bloquea las puertas o escaleras con una reja. Mueve los cables eléctricos u otros objetos que puedan suponer un peligro de tropiezo. No utilices literas, si es posible. Coloca los objetos punzantes o frágiles fuera de su alcance. Además, guarda bajo llave todas las armas.
  • Controla el estrés. Identifica las cosas que te causan estrés. Piensa en formas de manejar el estrés. Si tu hijo parece ansioso o estresado, habla con él acerca de qué lo perturba. Un profesional de la salud mental puede ayudar.
  • Reconfórtalo. Si tu hijo tiene un terror nocturno, considere la posibilidad de solo esperar a que pase. Observarlo puede ser angustiante, pero el niño no se lastimará. Puedes abrazarlo y tranquilizarlo con suavidad. Después, intenta que vuelva a la cama. Habla con suavidad y con calma. No grites. Intentar despertar a tu hijo o impedir que se mueva puede empeorar las cosas. Por lo general, el evento se detendrá en un momento.
  • Busca un patrón. Si tu hijo tiene terrores nocturnos, lleva un registro del sueño. Durante unas cuantas semanas, toma nota del tiempo que transcurre desde que se va a dormir hasta que se produce el terror nocturno. Si el tiempo es bastante constante, los despertares anticipatorios pueden ayudar.

Preparación para la consulta

Los terrores nocturnos en los niños suelen desaparecer en la adolescencia. No obstante, si te preocupa la seguridad o las afecciones subyacentes tuyas o de tu hijo, habla con tu profesional de atención médica. El profesional de atención médica puede remitirte a un especialista del sueño.

Lleva un registro del sueño durante dos semanas antes de la cita. Un registro del sueño puede ayudar al profesional de atención médica a comprender mejor el horario de sueño, los problemas que afectan al sueño y cuándo se producen los terrores nocturnos. Por la mañana, anota la rutina para ir a la cama, la calidad del sueño y cualquier otra cosa que consideres importante. Al final del día, registra las conductas que pueden afectar el sueño, como cambios en el horario de dormir y consumo de medicamentos.

Recomendamos ir acompañado de un familiar o un amigo, si es posible, para que brinde más información.

Qué puedes hacer

Antes de la cita, prepara una lista con lo siguiente:

  • Cualquier síntoma, incluso los que no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita. Si es posible, lleva el registro del sueño a la cita. Puede ser útil una grabación de un episodio de terror nocturno.
  • Información personal esencial, como situaciones estresantes o cambios recientes en tu vida que sean importantes.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos a base de plantas medicinales y de otro tipo que tomes, y las dosis.
  • Preguntas que quieras hacerle al profesional de atención médica para aprovechar al máximo el tiempo con él.

Algunas preguntas incluyen las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa probable de estos síntomas?
  • ¿Cuáles son otras causas posibles?
  • ¿Qué tipo de pruebas se necesitan?
  • ¿Es probable que la afección dure poco o mucho tiempo?
  • ¿Cuál es el mejor plan de acción?
  • ¿Cuáles son otras opciones a las medidas principales que recomienda?
  • ¿Me recomienda que consulte a un especialista?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda consultar? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas durante la cita.

Qué esperar del médico

Es probable que tu médico u otro profesional de atención médica te haga varias preguntas; por ejemplo:

  • ¿Cuándo comenzaron los terrores nocturnos?
  • ¿Con qué frecuencia se presentan?
  • ¿En qué momento de la noche se producen los episodios?
  • ¿Puedes describir un episodio típico?
  • ¿Has tenido problemas de sueño en el pasado?
  • ¿Hay alguien más en tu familia que sufra problemas de sueño?
  • ¿Ocasionaron los episodios alguna lesión?

Debes estar preparado para responder las preguntas de modo que tengas tiempo para revisar la información en la que desees detenerte.