Diagnóstico
Para hacer un diagnóstico, el oftalmólogo realiza un examen ocular y busca irregularidades en cualquier parte del ojo.
Es posible que se realicen las siguientes pruebas para encontrar la ubicación y la extensión de la enfermedad:
- Prueba de la rejilla de Amsler. Un especialista en ojos puede utilizar una rejilla de Amsler para examinar la claridad de tu visión central. Te preguntará si las líneas de la rejilla se ven borrosas, cortadas o distorsionadas. Detectar dónde se encuentra la distorsión en la rejilla puede ayudar a comprender el alcance del daño en la retina. Si tienes degeneración macular, también podría pedirte que recurras a esta prueba para vigilar tu afección en casa.
- Tomografía de coherencia óptica. Esta prueba es una excelente técnica para capturar imágenes precisas de la retina. Esto puede ayudar a diagnosticar membranas epirretinianas, agujeros maculares y la hinchazón macular, denominada edema. También puede vigilar el alcance de la degeneración macular húmeda relacionada con la edad y cómo responde al tratamiento.
- Autofluorescencia del fondo de ojo. La autofluorescencia del fondo de ojo puede utilizarse para determinar la etapa de las enfermedades de la retina, incluida la degeneración macular. La autofluorescencia del fondo de ojo resalta la lipofuscina, que es un pigmento de la retina que aumenta con el daño o la disfunción de la retina.
- Angiografía con fluoresceína. Para realizar esta prueba, se utiliza un tinte que hace que los vasos sanguíneos de la retina resalten bajo una luz especial. Esto ayuda a identificar con exactitud los vasos sanguíneos obstruidos, los que tienen filtraciones y los que son nuevos e irregulares, así como los cambios sutiles en la parte posterior del ojo.
- Angiografía con verde de indocianina. Esta prueba utiliza un tinte que se ilumina cuando se expone a la luz infrarroja. Las imágenes resultantes muestran los vasos sanguíneos de la retina y los vasos sanguíneos más profundos y difíciles de ver que se encuentran detrás de la retina en un tejido que se conoce como coroides.
- Ecografía. Esta prueba utiliza la ultrasonografía, que incluye ondas sonoras de alta frecuencia, para observar la retina y otras estructuras del ojo. También puede identificar ciertas características del tejido que pueden ayudar a diagnosticar y tratar los tumores en el ojo.
- Tomografía computarizada y resonancia magnética. En casos excepcionales, estos métodos de obtención de imágenes pueden utilizarse para evaluar tumores o lesiones en el ojo.
Tratamiento
Los principales objetivos del tratamiento son detener o ralentizar la progresión de la enfermedad y preservar, mejorar o restaurar la visión. En muchos casos, el daño que ya ha ocurrido no se puede revertir, por lo que la detección temprana es importante. El oculista colaborará contigo para decidir cuál es el mejor tratamiento.
El tratamiento de la enfermedad de la retina puede ser complejo y a veces urgente. Estas son algunas opciones:
- Usar un láser. La cirugía láser puede reparar un agujero o un desgarro de la retina. El cirujano utiliza un láser para hacer pequeños puntitos en la retina. Esto crea una cicatriz que, normalmente, une la retina al tejido subyacente. El tratamiento inmediato con láser de un nuevo desgarro de la retina puede disminuir la posibilidad de que se produzca un desprendimiento de retina.
- Encoger los vasos sanguíneos irregulares. El oculista puede aplicar una técnica que se conoce como fotocoagulación con láser de dispersión para encoger los nuevos vasos sanguíneos irregulares que sangran o que representan una amenaza de sangrado en el ojo. Este tratamiento puede ayudar a las personas con retinopatía diabética. Usar mucho este tratamiento puede causar la pérdida de una parte de la visión lateral o periférica, o de la visión nocturna.
- Congelamiento. En este proceso, que se conoce como criopexia, el cirujano aplica una sonda muy fría en la pared externa del ojo para tratar un desgarro de la retina. El frío intenso llega hasta la parte interna del ojo y congela la retina. La parte tratada luego cicatrizará y unirá la retina a la pared del ojo.
- Inyectar aire o gas en el ojo. Esta técnica, que se conoce como retinopexia neumática, se usa para reparar ciertos tipos de desprendimiento de retina. Se puede usar en combinación con la criopexia o la fotocoagulación con láser.
- Crear una hendidura en la superficie del ojo. Esta cirugía, que se conoce como anillo escleral, se usa para reparar un desprendimiento de retina. El cirujano cose un trozo pequeño de silicona en la parte externa de la superficie del ojo, denominada esclerótica. Esto crea una hendidura en la esclerótica y alivia parte de la fuerza causada por el tirón vítreo en la retina y vuelve a unir la retina. Esta técnica puede utilizarse junto con otros tratamientos.
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Evacuar y reemplazar el líquido del ojo. En este procedimiento, que se conoce como vitrectomía, el cirujano extrae el humor vítreo que es el líquido gelatinoso que llena el interior del ojo. Luego, se inyecta aire, gas o líquido en el espacio.
La vitrectomía se puede utilizar si el sangrado o la inflamación nublan el vítreo y no permiten que el cirujano vea la retina. Esta técnica puede formar parte del tratamiento para personas con desgarro de la retina, retinopatía diabética, agujero macular, membrana epirretinal, infección, traumatismo ocular o desprendimiento de retina.
- Inyección de medicamento en el ojo. El oculista puede sugerir la inyección de un medicamento en el vítreo del ojo. Esta técnica puede ser eficaz para tratar a personas con degeneración macular húmeda, retinopatía diabética o ruptura de vasos sanguíneos dentro del ojo.
- Implantar una prótesis de retina. Las personas que tienen pérdida grave de la visión o ceguera debido a ciertas enfermedades de la retina heredadas pueden necesitar cirugía. Se implanta un pequeño chip de electrodos en la retina que recibe la entrada de una cámara de video en un par de anteojos. El electrodo recoge y transmite la información visual que la retina dañada ya no puede procesar.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
La pérdida de visión por enfermedad de la retina puede afectar tu capacidad para hacer ciertas actividades, como leer, reconocer rostros y conducir. Estos consejos pueden ayudarte a lidiar con los cambios en tu visión:
- Pídele al oculista que revise tus anteojos. Si usas lentes de contacto o anteojos, asegúrate de que tu receta médica esté actualizada y en su máxima potencia. Si un par de anteojos más potente no ayuda, pide que te remitan a un especialista en baja visión.
- Usa lupas recetadas. Existen diversos dispositivos de aumento recetados por un especialista en baja visión que pueden ayudarte a leer y a hacer tareas en las que se necesita ver de cerca, como la costura. Estos dispositivos incluyen lentes de mano o lentes de aumento que se usan como anteojos. También puedes utilizar un sistema de circuito cerrado de televisión que consta de una cámara de video para ampliar el material de lectura y proyectarlo en una pantalla. Es posible que las lupas de venta libre no funcionen tan bien.
- Cambia la pantalla de la computadora y agrégale sistemas de audio. Ajusta el tamaño de la fuente y el contraste del monitor en los ajustes de la computadora. Considera agregarle a tu computadora sistemas de salida de voz u otras tecnologías.
- Usa sistemas de asistencia electrónica de lectura e interfaces de voz. Prueba usar calculadoras y relojes parlantes, libros con letra grande, tabletas y audiolibros. Algunas aplicaciones para tabletas y teléfonos inteligentes están diseñadas para ayudar a las personas con visión reducida. Asimismo, muchos de estos dispositivos ahora disponen de una función de reconocimiento de voz.
- Escoge dispositivos especiales hechos para personas con visión reducida. Algunos relojes, radios, teléfonos y otros dispositivos tienen números de gran tamaño. Te puede resultar más fácil ver televisión en una pantalla más grande con alta definición, o quizás prefieras sentarte más cerca de la pantalla.
- Usa luces más luminosas en tu casa. Una mejor iluminación ayuda con la lectura y otras actividades diarias, y también reduce el riesgo para caídas.
- Considera tus opciones de transporte. Si conduces, consulta a tu médico si es seguro seguir haciéndolo. Ten mucho cuidado en ciertas situaciones, como cuando conduces por la noche, cuando hay mucho tránsito o en caso de mal tiempo. Usa el transporte público o pídele a un amigo o familiar que te ayude. Haz arreglos para usar los servicios locales de furgoneta o de transporte, redes de conductores voluntarios o viajes compartidos.
- Busca apoyo. Tener una afección en la retina puede ser difícil, y es posible que debas hacer cambios en tu vida. Mientras te adaptas, seguramente pasarás por varios estados emocionales. Considera hablar con un consejero o unirte a un grupo de apoyo. Pasa tiempo con familiares y amigos que te brinden apoyo.
Preparación para la consulta
Para verificar si tienes alguna enfermedad de la retina, generalmente, es necesario realizar un examen ocular con la pupila dilatada. Pide una consulta con un especialista en el cuidado de los ojos: un optometrista o un oftalmólogo. El médico puede realizar un examen ocular completo.
Qué puedes hacer
Antes de la cita médica:
- Cuando programes la cita, pregunta si debes hacer algo para prepararte.
- Anota todos los síntomas que tengas, incluidos los que parezcan no tener relación con el problema de visión.
- Enumera todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que tomas y las dosis.
- Pídele a un familiar o amigo que te acompañe. La dilatación de las pupilas para el examen de la vista afectará tu visión durante un tiempo; por lo tanto, es posible que necesites a alguien para que conduzca o para que te acompañe después de la cita.
- Prepara una lista de preguntas para hacerle al médico.
Cuando se trata de la enfermedad de la retina, estas son algunas preguntas que debes hacerle al médico:
- ¿Está mi afección en etapa avanzada?
- ¿Es seguro para mí conducir?
- ¿Sufriré una mayor pérdida de la visión?
- ¿Se puede tratar mi afección?
- ¿Ayudará tomar vitaminas o suplementos minerales a prevenir una mayor pérdida de la visión?
- ¿Cuál es la mejor manera de vigilar mi visión para detectar cualquier cambio?
- ¿Qué cambios en mis síntomas indican que debo llamarlo?
- ¿Qué podría ayudarme para la visión reducida?
- ¿Qué cambios puedo hacer en mi estilo de vida para proteger mi visión?
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga una serie de preguntas, como las siguientes:
- ¿Cuándo notaste tu problema de visión por primera vez?
- ¿Te afecta un solo ojo o ambos?
- ¿Tienes dificultades para ver objetos cercanos, a distancia o ambos casos?
- ¿Fumas o fumaste alguna vez? Si es así, ¿en qué medida?
- ¿Tienes algún otro problema médico, como colesterol alto, presión arterial alta o diabetes?
- ¿Tienes antecedentes familiares de enfermedades de la retina?
- ¿Alguna vez sufriste una lesión en los ojos?