Diagnósticos
A veces puede resultar difícil distinguir entre el prolapso rectal y las hemorroides. Para detectar el prolapso rectal y descartar otros problemas de salud relacionados, el proveedor de atención médica puede sugerir:
- Examen digital del recto. El proveedor de atención médica coloca un dedo enguantado y lubricado en el recto para comprobar la fuerza de los músculos del esfínter y para verificar si hay problemas en el área rectal. Durante el examen, el proveedor de atención médica puede pedirte que ejerzas presión para verificar si hay prolapso rectal.
- Manometría anal. Se introduce un catéter estrecho y flexible en el ano y el recto. En la punta del catéter se puede inflar un pequeño globo. Esta prueba ayuda a medir la firmeza del esfínter anal y el funcionamiento del recto.
- Colonoscopia. Para descartar otras afecciones, como hemorroides, pólipos o cáncer de colon, es posible que te hagan una colonoscopia, que consiste en colocar un catéter flexible en el recto para inspeccionar todo el colon.
- Defecografía. Esta prueba incorpora el uso de una sustancia de contraste a un estudio de imágenes, como los rayos X o la resonancia magnética. La defecografía puede ayudar a mostrar cambios estructurales en y alrededor del tracto digestivo inferior y a comprobar el funcionamiento de los músculos rectales.
Tratamientos
El tratamiento para el prolapso rectal suele implicar cirugía. A menudo, se requiere un tratamiento para el estreñimiento con ablandadores de heces, supositorios y otros medicamentos. Existen varios métodos quirúrgicos para tratar el prolapso rectal. El proveedor de atención médica elegirá el mejor tratamiento para ti después de considerar tu edad, tus problemas de salud y el funcionamiento de tus intestinos.