Descripción general
El cáncer del recto es un tipo de cáncer que comienza como una proliferación de células en el recto. El recto comprende los últimos centímetros del intestino grueso. Comienza al final del último segmento del colon y termina cuando llega al ano, que es un pasaje corto y estrecho.
Para referirse al cáncer dentro del recto y al cáncer dentro del colon, se suele usar el término cáncer colorrectal.
Si bien estos dos tipos de cáncer son similares en muchos aspectos, sus tratamientos son bastante diferentes. Esto se debe principalmente a que el recto está apenas separado de otros órganos y estructuras. Se ubica en un espacio estrecho, lo que puede dificultar la cirugía para extirpar el cáncer del recto.
Habitualmente, el tratamiento contra el cáncer del recto implica una cirugía para extirpar el cáncer. Otros tratamientos pueden incluir quimioterapia, radioterapia o una combinación de ambas. También pueden utilizarse la terapia dirigida y la inmunoterapia.
Síntomas
El cáncer del recto puede no causar síntomas al principio. Los síntomas suelen aparecer cuando la enfermedad está avanzada.
Los signos y síntomas del cáncer del recto incluyen los siguientes:
- Un cambio en los hábitos intestinales, como diarrea, estreñimiento o necesidad de evacuar con más frecuencia
- Sensación de que el intestino no se vacía por completo
- Dolor abdominal
- Sangre de color rojo oscuro o brillante en las heces
- Heces delgadas
- Pérdida de peso involuntaria
- Debilidad o fatiga
Cuándo consultar al médico
Programa una cita con un médico u otro profesional de atención médica si tienes algún síntoma que te preocupa.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la mayoría de los tipos de cáncer del recto.
El cáncer del recto se presenta cuando se producen cambios en el ADN de las células del recto. El ADN de una célula contiene las instrucciones que le indican qué debe hacer. En las células sanas, el ADN da las instrucciones para crecer y multiplicarse a un determinado ritmo. Las instrucciones les indican a las células que deben morir en un momento determinado. En el caso de las células cancerosas, los cambios en el ADN hacen que las instrucciones sean diferentes. Los cambios les indican a las células cancerosas que produzcan muchas más células con rapidez. Las células cancerosas pueden seguir viviendo luego del momento en que deberían morir. Esto causa un exceso de células.
Las células cancerosas pueden formar un bulto que se conoce como tumor. El tumor puede aumentar de tamaño hasta invadir y destruir el tejido corporal sano. Con el tiempo, las células cancerosas pueden desprenderse y diseminarse a otras partes del cuerpo. Cuando el cáncer se disemina, se llama cáncer metastásico.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de tener cáncer del recto son los mismos que los que aumentan el riesgo de tener cáncer de colon. Los factores de riesgo del cáncer colorrectal incluyen los siguientes:
- Antecedentes personales de cáncer colorrectal o pólipos. El riesgo de padecer cáncer colorrectal es mayor si tuviste cáncer del recto, cáncer de colon o pólipos adenomatosos.
- Raza negra. Las personas de piel negra que viven en Estados Unidos tienen un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal que las personas de otras razas.
- Diabetes. Las personas con diabetes tipo 2 pueden correr un mayor riesgo de tener cáncer colorrectal.
- Consumo de alcohol. El consumo frecuente y excesivo de alcohol aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.
- Una alimentación con pocas verduras. El cáncer colorrectal puede estar relacionado con una alimentación que incluye pocas verduras y mucha carne roja.
- Antecedentes familiares de cáncer colorrectal. Es más probable que desarrolles cáncer colorrectal si alguno de tus padres, hermanos o hijos tiene cáncer de colon o cáncer del recto.
- Enfermedad inflamatoria intestinal. Las enfermedades inflamatorias crónicas del colon y del recto, como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, aumentan el riesgo de tener cáncer colorrectal.
- Síndromes hereditarios que aumentan el riesgo de tener cáncer colorrectal. En algunas familias, los cambios en el ADN que se transmiten del padre y la madre a los hijos pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. Estos cambios ocurren solo en un pequeño porcentaje de los tipos de cáncer del recto. Los síndromes hereditarios pueden incluir la poliposis adenomatosa familiar y el síndrome de Lynch. Las pruebas genéticas pueden detectar estos y otros síndromes menos frecuentes de cáncer colorrectal hereditario.
- Obesidad. Las personas obesas corren un mayor riesgo de tener cáncer colorrectal que las personas que se considera que tienen un peso saludable.
- Edad avanzada. El cáncer colorrectal se puede diagnosticar a cualquier edad, pero la mayoría de las personas con este tipo de cáncer tienen más de 50 años. La tasa de incidencia de cáncer colorrectal en personas menores de 50 años ha aumentado, pero los profesionales de atención médica no están seguros del motivo.
- Radioterapia para tratar otros tipos de cáncer anteriores. La radioterapia dirigida al abdomen para tratar otros tipos de cáncer anteriores puede aumentar el riesgo de tener cáncer colorrectal.
- Fumar. Las personas que fuman corren un mayor riesgo de tener cáncer colorrectal.
- Hacer muy poco ejercicio. Si eres una persona inactiva, tienes más probabilidades de presentar cáncer colorrectal. Realizar actividad física con regularidad puede reducir el riesgo de tener este tipo de cáncer.
Complicaciones
El cáncer del recto puede derivar en complicaciones, que incluyen las siguientes:
- Sangrado del recto. El cáncer del recto suele causar sangrado en el recto. A veces, la cantidad de sangre genera inquietud, por lo que se podría necesitar un tratamiento para detenerla de inmediato.
- Obstrucción intestinal. El cáncer del recto puede diseminarse y bloquear los intestinos. Esto impide la expulsión de las heces del cuerpo. La cirugía para extirpar el cáncer suele aliviar una obstrucción. Si no te pueden operar de inmediato, podrías necesitar otros tratamientos para aliviar la obstrucción.
- Perforación intestinal. El cáncer del recto puede causar un desgarro en los intestinos. Por lo general, la perforación requiere cirugía.
Prevención
No hay ninguna forma de prevenir el cáncer del recto, pero puedes disminuir los riesgos si haces lo siguiente:
Pregunta sobre el examen de detección para el cáncer del recto
Los exámenes de detección del cáncer colorrectal reducen el riesgo de cáncer mediante la identificación de pólipos precancerosos en el colon y el recto que podrían convertirse en cáncer. Consulta a tu profesional de atención médica cuándo deben comenzar a realizarte los exámenes de detección. La mayoría de las organizaciones médicas recomiendan comenzar con los exámenes de detección aproximadamente a los 45 años. Es posible que te hagan exámenes de detección antes si tienes factores de riesgo de cáncer colorrectal.
Existen varias opciones de exámenes de detección. Consulta a tu profesional de atención médica acerca de tus opciones. Juntos pueden decidir qué exámenes son adecuados para ti.
Bebe alcohol con moderación, si es que lo haces.
Si decides beber alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos sanos, significa una copa al día en el caso de las mujeres y hasta dos copas al día en el de los hombres.
Come más frutas y verduras
Elige una dieta saludable con variedad de frutas y verduras. Las fuentes alimentarias de vitaminas y nutrientes son las mejores. Evita tomar grandes dosis de vitaminas en pastillas, ya que pueden ser perjudiciales para tu salud.
Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana
Ten como objetivo hacer 30 minutos de ejercicio casi todos los días de la semana. Si últimamente no has hecho actividad física, pregunta a tu profesional de atención médica si puedes hacer ejercicio y comienza despacio.
Mantén un peso saludable
Si tienes un peso saludable, mantenlo. Si necesitas perder peso, pregunta a un profesional de atención médica cómo hacerlo de manera saludable. Come menos calorías y aumenta de a poco la cantidad de ejercicio.
Deja de fumar
Habla con tu equipo de atención médica sobre las estrategias y los recursos que pueden ayudarte a dejar el hábito. Las opciones comprenden sustitutos de la nicotina, medicamentos y grupos de apoyo. Si nunca fumaste, no comiences a hacerlo.