Diagnósticos
El médico realizará pruebas para encontrar dónde se encuentra ubicado el tumor del nervio periférico y qué tipo de tumor es.
Pruebas
Te podrían hacer una o más de las siguientes pruebas.
- Resonancia magnética. Este es el método de preferencia para obtener imágenes de los tumores de los nervios periféricos. En este estudio se usa un campo magnético y ondas de radio para crear una vista tridimensional detallada de los nervios y de los tejidos circundantes. Puede ayudar a determinar si tienes un tumor y si está dentro o fuera del nervio.
- Tomografía computarizada. El escáner para latomografía computarizada gira alrededor del cuerpo y registra una serie de imágenes. Esta prueba no es tan útil como una resonancia magnética para diagnosticar un tumor del nervio periférico. Sin embargo, tu proveedor de atención médica podría recomendarla si no pueden hacerte una resonancia magnética o si se necesita más información sobre el hueso cercano.
- Electromiografía. Esta prueba registra la actividad eléctrica de un músculo cuando intentas moverlo. Se usa para ubicar el tumor e identificar los nervios afectados.
- Estudio de conducción nerviosa. Es probable que te realicen esta prueba junto con la electromiografía. Esta prueba mide la rapidez con que los nervios transportan señales eléctricas a los músculos.
- Biopsia del tumor. Si las pruebas por imágenes identifican un tumor en los nervios, es posible que el proveedor de atención médica extirpe y analice una pequeña muestra de las células (biopsia) del tumor. Según el tamaño y la ubicación del tumor, quizás necesites anestesia local o general durante la biopsia. La biopsia se puede hacer con una aguja y con la ayuda de imágenes, o se puede hacer durante la cirugía.
- Biopsia del nervio. Para ayudar a identificar el tipo de tumor, el proveedor de atención médica podría hacer una biopsia del nervio. Esto implica tomar una pequeña muestra del tejido y enviarla al laboratorio, donde la estudian para detectar signos de cáncer.
Tratamientos
El tratamiento de los tumores nerviosos periféricos consiste en la extirpación quirúrgica o la observación.
Si existe poca probabilidad de que el tumor se vuelva canceroso y si no te está causando problemas, es posible que no necesites cirugía.
Es posible que el proveedor de atención médica te recomiende la observación si el tumor se encuentra en un lugar que dificulta la extirpación. La observación consiste en realizar controles o pruebas por imágenes regulares para determinar si el tumor crece.
Es posible que se necesite una cirugía si existe la preocupación de que el cáncer sea canceroso. El tumor también se puede extirpar de forma quirúrgica si es grande o provoca dolor u otros síntomas, como debilidad, entumecimiento u hormigueo.
Preparación para la consulta
Podrías ser remitido a un neurólogo o un neurocirujano. Un neurólogo se especializa en trastornos del sistema nervioso. Un neurocirujano está capacitado para realizar cirugías del cerebro y del sistema nervioso.
La siguiente información te ayudará a prepararte para la cita médica y a saber qué puedes esperar.
Qué puedes hacer
- Anota en qué momento comenzaste a notar el problema y si cambió con el tiempo.
- Anota tu información médica más importante y si cambió con el tiempo.
- Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
- Averigua si alguien en tu familia alguna vez ha tenido problemas similares.
- Pídele a un amigo o a un familiar que te acompañe para ayudarte a recordar la información que recibas durante la cita médica.
- Anota las preguntas que quieras hacer durante la cita médica.
Preguntas para hacerle al médico
- ¿Cuál es la causa más probable del problema?
- ¿Qué tipo de pruebas necesito que se me hagan?
- ¿Qué tratamientos hay disponibles?
- Tengo otras enfermedades. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas de manera conjunta?
Además de hacer las preguntas que preparaste, no dudes en hacer otras que se te ocurran durante la cita médica.
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica te haga algunas preguntas. Estar preparado para responderlas te permitirá disponer de tiempo para revisar los puntos sobre los que quieras hablar en profundidad. Estas son algunas de las preguntas que podría hacerte:
- ¿Sientes dolor? ¿Dónde?
- ¿Sientes debilidad, entumecimiento u hormigueo?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Qué tratamientos probaste hasta ahora?